Enterró viva a su beba recién nacida y le atenuaron la pena

El Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata condenó ayer a 15 años de prisión, por homicidio, al acusado de haber colocado en una bolsa y enterrado a su bebé recién nacida, en complicidad con su mujer y madre de la víctima.

En el fallo -dictado por los jueces Emir Caputo Tártara, Juan Carlos Bruni y Germán Alegre- se dio por acreditado que “en la tarde del 24 de septiembre de 2010, en una habitación de la planta alta, de una casa de calle 7, entre 609 y 610, del barrio Aeropuerto, el acusado, conjuntamente con su mujer, menor de edad, indujeron el nacimiento de la hija de ambos mediante el uso de fármacos, constatándose luego que el alumbramiento se produjo en término temporal, y con vida”.

“Luego y de inmediato, previo cortar el cordón umbilical (el que ataron con un cordón de color negro de una zapatilla del acusado), colocaron a la beba viva dentro de una bolsa de nylon, y lo propio se hizo en otras, con restos placentarios, toalla y otros desechos, todo lo cual -y a fin de consumar definitivamente el acto homicida y el ocultamiento del crimen- fue enterrado horas más tarde por el imputado, en un predio de las proximidades de su casa”, se explicó en el fallo.

También se señaló que “un vecino encontró a la beba, llamó a la Policía” y “extraído que fue el cadáver del lugar, y analizado con pericias de diversa especie, se concluyó que la recién nacida murió por asfixia, habiendo detectado tierra en sus pulmones”.

El Tribunal entendió que se trató de un homicidio calificado por el vínculo, que establece penas de prisión o reclusión perpetua, como lo solicitó la fiscal de Juicio Graciela Rivero. Sin embargo consideraron que hubo “circunstancias extraordinarias de atenuación”, que permiten aplicar una pena menor.

En ese sentido, el Tribunal tomó en cuenta “la inexperiencia de vida del imputado (sus datos no se dan a conocer para no revelar la identidad de la menor involucrada en el caso), que al momento de los hechos recién había cumplido 18, igual situación de la joven madre (juzgada en el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil), que tenía para la fecha 17, y la cerrada actitud de ambos (por idénticas razones) al guardar el `secreto´ principalmente para con personas mayores; y más especialmente, sus respectivos padres quienes insólitamente y demostrando una manifiesta negligencia en cuanto al cuidado de sus hijos no habían advertido la gravidez de la joven, evidenciando una palmaria y muy grave desconexión en la relación paterno-filial, en el diálogo, contralor, atención, percepciones, que de haberse percibido con antelación suficiente, habrían evitado que el secreto impuesto por la pareja, que los llevó en la situación en que se encontraron, a tomar una decisión gravísima, que sin duda en lo personal, signará sus vidas”.