Golpe comando en cerealera de Brandsen

La mecánica fue la de un golpe comando, aunque sus ejecutores se llevaron un monto sensiblemente inferior a los que suelen justificar tanto despliegue. Tampoco ahorraron en violencia: una de las víctimas fue hospitalizada con traumatismo de cráneo y una herida cortante, aunque está fuera de peligro.

Ocurrió en una cerealera ubicada en el kilómetro 51.600 de la ruta 2, a la altura de Brandsen, donde alrededor de las 7 de la tarde del viernes irrumpieron 5 hombres con armas de fuego (pistolas y revólveres) y cuchillos.

Al dueño de la empresa, oficialmente identificado como Juan Manuel Llull, de 44 años, no sólo lo amenazaron, sino que también lo golpearon fuerte. Junto a él estaban una pareja de amigos y un proveedor. Ninguno de los tres fue maltratado, aunque al proveedor le sacaron un teléfono celular, comentaron las fuentes.

Con las víctimas bajo control, la banda insistió con las intimidaciones para forzar al dueño a revelar el lugar donde estaba “la plata grande”. Después de unos cuantos minutos de tensión -por lo que contaron los voceros, uno de los delincuentes estaba alterado y violento- a los intrusos no les quedó otra opción que convencerse de que no encontrarían más de lo que ya tenían. Y optaron por irse con 2.000 pesos.

Enojados con el curso que tomaron las cosas, intentaron mejorarlas llevándose un coche; pero ni siquiera eso les salió bien.

“No pudieron ponerlo en marcha”, resumió un pesquisa, de modo que abandonaron el intento y se alejaron en un auto gris que los estaba esperando afuera.

ASISTENCIA

Una vez que los ladrones se fueron las víctimas pidieron ayuda al 911 y no tardaron en llegar los patrulleros. Minutos después, el dueño de la cerealera era trasladado al hospital de Melchor Romero, donde lo asistieron por un traumatismo de cráneo y una herida cortante a la altura de las costillas, que no fue profunda ni puso en riesgo la vida del comerciante.

Mientras tanto, los policías se desplegaron por la zona para tratar de localizar el auto de la banda, con el dato de que habría escapado en dirección a Berazategui. No lo encontraron.

En la escena trabajaron peritos de Policía Científica y buscan pistas en las cámaras de seguridad apostadas en la zona.

Se presume que el grupo llegó a a la cerealera con un “dato cambiado” y la certeza de que iban a robar un suma importante, lo que explica la saña con la que castigaron al propietario, quien -según la Policía- ya recibió el alta.