Internaron a Barreda en un hospital de Pacheco por problemas de salud mental

Por problemas de salud mental, el cuádruple homicida Ricardo Barreda, a pocos días de haberse convertido en noticia, cuando la Justicia platense consideró extinguida su condena a prisión perpetua, que lo convirtió en un hombre totalmente libre, fue internado ayer en un hospital de General Pacheco.

La situación del odontólogo, que lo llevó a estar alojado en ese establecimiento médico, estalló a través de una publicación en Facebook, donde se conoció que, en una condición de aparente abandono, había sido visto en los pasillos del centro asistencial, al que habría concurrido bajo una identidad falsa, por una afección de su salud, que a todas luces se veía desmejorada.

Fueron funcionarios del área social del Municipio de Tigre quienes lo ubicaron en la casa donde vive y lo trasladaron nuevamente al hospital “Magdalena Villegas de Martínez”, situado en avenida De Los Constituyentes (ex Ruta 9) entre Córdoba y Entre Ríos, donde quedó internado para diversos estudios y su posterior seguimiento.

Según trascendió el cuádruple homicida se había presentado en el hospital el miércoles por la noche pidiendo atención y un lugar para dormir. “Manifestó un problema en la próstata y que su familia lo había abandonado”, contó la mujer que lo fotografió.

Trascendió que, en esas circunstancias habría tratado mal a una enfermera y cuando le preguntaron si era Barreda respondió que se llamaba Alberto Navarro.

Al rato se fue del lugar, con evidentes problemas para caminar, porque “tenía los pantalones bajos”, mencionó el informante.

Quien posteó la situación en que se encontraba Barreda fue Laura Cesetti, quien en su cuenta de Facebook dijo “amigos, este señor abuelo (por el de la foto), está en el hospital, no sé cuánto hace. Se llama Alberto Navarro, dice que no tiene parientes. Pero yo creo que sí. Ahora me pregunto, cómo pueden abandonarlo a su suerte. Si usted lo conoce y conoce a su familia, está en el hospital de Pacheco. Y díganle también a sus hijos o sobrinos, hermanos, qué son. No voy a decir la palabra, pero yo daría por tener a mis viejos vivos, cuidarlos como ellos me cuidaron a mi. Pero se ve que la familia de Alberto Navarro lo dejaron en su mundo, vaya saber cuál. Pero su mirada, por Dios, pérdida, buscando amor, cariño. Vamos compartí esta foto y, quién dice, la familia se arrepienta y lo vaya a buscar. Gracias en nombre de mis viejos y de los tuyos. Gracias!!!”.

Horas más tarde, cuando todos sabían quién era ese abuelo, Cesetti volvió a usar la red social para expresar: “Y al final era Barreda, mil disculpa a las personas que me dijeron que era. Pero sigo pensando igual. No somos nadie para juzgar y tampoco, creo, que todos los señores abuelos o señoras abuelas, que están abandonadas en un hospital o en una estación o en la calle, no abandonen a sus viejos, ni siquiera en un asilo”.

Anoche, la primera publicación había sido compartida más de 8.000 veces entre distintos usuarios.

OTRO TIPO DE ENCIERRO

Mientras tanto, Barreda, que había recuperado la libertad definitiva por extinción de la pena, tal como este diario informó en exclusiva, otra vez sufre un encierro, aunque esta vez ocasionado por su desmejorado cuadro de salud. Como se sabe, el 15 de noviembre dde 1992 el odontólogo mató a escopetazos a su esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), a su suegra Elena Arreche (86) y a sus hijas Celina (26) y Adriana (24), en una casona de la centro de La Plata, sobre la calle 48 entre 11 y 12.

Por ese cuádruple asesinato, que conmovió al país, fue condenado a la pena de reclusión perpetua.

En 2008 fue beneficiado con el régimen de prisión domiciliaria porque había cumplido 70 años, pero unos años más tarde, a partir de los problemas de convivencia que surgieron con quien fuera su última pareja, la ya fallecida Berta “Pochi André, el camarista platense Raúl Dalto, que en esta causa actuó como juez de ejecución, determinó que existía peligro para sí o para terceros y volvió a encarcelarlo hasta que consiguiera un nuevo domicilio.