No encuentran al novio de la chica del Liceo asesinada

Hace más de una semana que Gustavo Ramón Arzamendia Torales (28) tiene pedido de captura nacional e internacional por el femicidio de su novia Lucía Guadalupe Ríos, de apenas 16, pero no aparece. Buscándolo, policías de la DDI allanaron en las últimas horas seis domicilios en La Plata y Ensenada.

Aunque Arzamendia no estaba, en uno de los registros encontraron un revólver 38 con la numeración borrada y 50 municiones del mismo calibre, arma que será peritada para determinar si es la que se usó para matar a Lucía el 16 de septiembre. La vivienda en la que secuestraron el revólver está situada a unas 5 cuadras de 4 entre 603 y 604, donde un día después del hecho se halló el Chevrolet Corsa de tres puertas y color gris en el que, según testigos, Arzamendia huyó de la escena del crimen.

Lucía fue asesinada cuando estaba en la vereda de su casa de 158 y 34 esperando a que saliera su madre para ir juntas a comprar el pan. Por lo que contaron los testigos -entre ellos la madre de la chica, Claudelina Ríos (32)-, en ese momento apareció Arzamendia en el Corsa gris, discutieron y Lucía recibió un tiro en la espalda, a la altura de la cintura.

El joven escapó en el auto y la adolescente fue asistida por familiares y vecinos. Un móvil del Comando de Patrullas la llevó al hospital de Romero, donde ingresó ya sin vida. En la autopsia los forenses recuperaron del cuerpo un proyectil calibre 38 igual a los hallados en la casa del sospechoso y en los registros realizados ayer a pedido de la fiscal Mariana Rufino, titular de la UFI especializada en violencia de género.

Además del revólver, en los procedimientos “se obtuvieron elementos de valor para continuar con la búsqueda y localización del imputado”, dijeron fuentes oficiales.

“ANTINATURAL”

Lucía cursaba el 3º D” en el Liceo Víctor Mercante, donde el lunes posterior al crimen no hubo clases y el viernes pasado se hizo una jornada en la que recordaron y pidieron justicia para la adolescente. Cortaron la diagonal 77 entre 4 y 46 para leer poesías y cartas que escribieron sus compañeros, colocar carteles con frases contra la violencia de género y hubo música que ejecutaron los propios alumnos. En el encuentro se realizaron diferentes talleres y en todos se abordó lo “antinatural” que resulta la muerte de una chica de 16 años.

Mañana, desde las 13, la comunidad educativa del Liceo se concentrará frente al colegio para marchar hacia las fiscalías de 7 entre 56 y 57 junto a la familia de Lucía, y acompañarla en el pedido de Justicia.

La adolescente asesinada quería ser policía “para pelear contra la inseguridad”, según contaron sus allegados. Con Arzamendia comenzó a salir hace aproximadamente dos años, después de que su familia se instaló en ese sector de Romero.

Es que el acusado vivía a la vuelta, en 35 entre 158 y 159, vivienda que el fiscal Marcelo Romero ordenó custodiar luego del hecho para evitar que algunos vecinos cumplieran con sus advertencias de quemarla.

Aunque muchos estaban al tanto de que la relación entre Lucía y su novio no era tranquila, al parecer nadie sabía de golpes. La Policía no encontró denuncias contra Arzamendia por agresiones, por lo menos de parte de la víctima.

En el Liceo también comentaron que nunca recibieron ningún indicio de que Lucía podía estar siendo víctima de su pareja, pese a que trabajan sobre el tema desde hace tiempo.

La madre de la víctima aclaró que su hija había dejado a su pareja una semana antes “y él no se lo bancó”.

“Hubo muchas peleas entre ellos, casi siempre por los celos de él. Mi hija se cansaba, estaban distanciados dos o tres días y luego se reconciliaban” pero “esta vez iba a ser definitivo”, comentó.

Recordó además que “en uno de sus distanciamientos él le dijo que si no volvían iba a matarla y amenazó con hacer lo mismo con mi hijo de 11 años”.

Claudelina sostuvo por último que “los celos de él eran tan enfermizos que hace dos meses le sacó el celular a mi hija”.