Por tirar la bengala, lo condenaron a nueve años y medio de prisión

Los familiares de la víctima, exhibiendo carteles con las fotos del joven muerto, se abrazaron y lloraron. Los del acusado quedaron en silencio, eran pocos. Y el imputado estuvo ausente, tal vez porque temía que iba a ser condenado. Y así fue, momentos antes de esa escena en la sala de audiencias de los Tribunales de 8 y 56, los jueces, por unanimidad condenaron a Iván Fontán (25), a 9 años y 6 meses de cárcel.

Se lo halló responsable del delito de homicidio simple con dolo eventual, en perjuicio de Miguel Ramírez (32), acribillado con una bengala, en el 2011, durante un recital del grupo de rock La Renga, en el autódromo platense Roberto Mouras.

Para el Tribunal Oral en lo criminal II de La Plata -integrado por los jueces Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Liliana Torrisi, aquel trágico 30 de abril, cerca de las 22,30, el acusado arrojó una bengala naval (tiene mayor poder de fuego que las comunes) sobre las 80 mil personas que estaban dispuestas a ver el recital.

En el fallo se tomó en cuenta que el imputado sabía que con esa conducta podía ocasionarle la suerte o un daño grave a alguien, no le importó, y prosiguió con su accionar.

Los jueces tomaron en cuenta el relato formulado por amigos del acusado, quienes señalaron en el debate oral que le habían advertido al joven que no usara allí la bengala porque era muy peligroso. Inclusive se relató en el juicio que uno de esos amigos hasta llegó a tomarse a golpes de puño para impedir ese accionar.

Eso es dolo eventual, el equivalente al homicidio con intención, como el que mata directamente apuntándole a otro con un revólver cargado y apretando el gatillo con el claro propósito de matar, según graficaron a este diario especialistas en derecho penal.

La semana pasada, en su alegato, la fiscal de Juicio Silvina Langone entendió que se trató de un caso de dolo eventual, y solicitó una pena de 20 años de cárcel.

El Tribunal descartó la posibilidad de que la muerte del joven haya sido producto de una mala atención en el hospital donde fue internado y murió días después.

Esa hipótesis de la presunta mala praxis fue introducida al debate por al defensa del imputado, pero según el fallo los peritos médicos descartaron por completo esa posibilidad y aseguraron que el joven murió por las heridas provocadas por la bengala, que le dio en el maxilar inferior derecho y primera Costilla.

La defensa del acusado, a cargo del doctor Gustavo Avellaneda solicitó la absolución de Fontán al considerar que no está probada su autoría.

En su alegato la defensa no negó que Fontán haya arrojado ese día una bengala, sino que no está probado que haya sido la que impactó en Ramírez.

Para ello tuvo en cuenta que hay testigos que aseguraron en el juicio haber visto que ese día arrojaron más bengalas en el Mouras.

La defensa también rechazó el planteo del dolo eventual, al explicar que Fontán solo tuvo intención de arrojar una bengala, no de lastimar a nadie.

El Tribunal se inclinó por la hipótesis de la fiscalía, pero aplicó una pena menor a la requerida por la acusación, tomando en cuenta solo el agravante de que el autor esperó la noche para actuar.

El Tribunal, como el acusado no concurrió a la lectura el veredicto y sentencia, dispuso ayer la captura de Fontán, tal como lo había solicitado la fiscal en su alegato.