Salió a bailar con amigos y terminó en un hospital

Ocho compañeros de trabajo, mitad varones y mitad mujeres, se reunieron a cenar el sábado a la noche. Un plan entre tantos que se organizaron en el fin de semana largo. Después de comer se decidieron a salir a bailar, y eligieron un boliche de 44 entre 10 y 11 para compartir el resto de la noche.

Sin embargo, uno de ellos en vez de seguir la salida en la pista de baile terminó internado con toda clase de heridas en la cama de un hospital, después de que, según una denuncia que ya está en manos de la Policía, un grupo de patovicas de ese local nocturno lo golpeó sin motivo aparente.

Poco después de las 4 de la madrugada del domingo pasado, el grupo estaba haciendo la cola para entrar. Les pidieron los documentos y les revisaron la ropa que llevaban puesta, en un procedimiento que se cumple con cada joven que pretende entrar al boliche.

“A un amigo lo ‘rebotaron’ porque no tenía camisa”, empezó contando Leandro Trenti (30), uno de los muchachos que esperaban en la fila. Ante el rechazo, “se fue a cambiar y volvió”. Todos lo esperaron en la vereda.

En el nuevo intento, las mujeres entraron y la mitad de los varones también. Los últimos de ese grupo eran el joven que se tuvo que sacar la remera y Leandro. “Otra vez no le permitieron pasar, no se sabe por qué”, señaló Trenti en diálogo con este medio.

Allí se desencadenó una discusión entre el muchacho al que no dejaban pasar y algunos de los custodios de traje, que seguían firmes en la entrada.

“En el medio hubo manotazos y mi amigo se fue. Ahí se me vinieron encima los patovicas a pegarme a mí, porque estaba con el chico que habían ‘rebotado’”, sostuvo Leandro.

Siempre según su relato, fueron cinco los controladores de admisión -tal es su denominación oficial según el sindicato que los nuclea- que comenzaron a golpear a Trenti.

Inclusive, la víctima destacó que la golpiza continuó mientras lo cruzaban a la vereda opuesta de la avenida 44. “Yo me cubría la cara, pero igual me pegaban. Me daban patadas por todo el cuerpo y me preguntaban dónde estaba mi amigo, porque lo iban a hacer mierda”, aseguró el joven.

EL DIA intentó ayer comunicarse con los encargados del boliche, pero no obtuvo ninguna respuesta a los repetidos llamados.

GRAVE LESION

En lugar de estar bailando con sus amigos en la pista, Leandro pasó el resto de la madrugada tendido en la calle. La paliza -aclaró- “terminó cuando pasó un grupo de chicos, que hizo que los patovicas pararan”.

Luego intervino la Policía para cumplir con el protocolo de pedir una ambulancia. Desde el 107 anunciaron una tardanza de más de una hora, por lo que al final fueron los propios agentes los que lo trasladaron al hospital Rossi.

En ese centro médico Leandro ingresó casi desvanecido y con una convulsión. Aunque su cuadro era grave el personal asistencial pudo hacer que se recuperara.

Pero el paciente aún tiene toda clase de heridas. “Me lastimaron por todo el cuerpo, inclusive la columna, y tengo una fisura en el cráneo”, dijo la víctima.

Por ahora los médicos confían en que el paciente pueda recomponerse, aunque aún está obligado a permanecer en cama y con cuello ortopédico.

De oficio, la Policía jurisdiccional ya comenzó una investigación por el episodio para tratar de identificar a los custodios que trabajaron esa noche en la puerta del local bailable.