Se investigan en La Plata más de 100 denuncias por pedofilia

Ella estaba convencida de que el autor de esos mensajes era el actor de la tira que no se perdía por nada; al que iba a ver al teatro. La cara que empapelaba las paredes de su pieza. Estaba segura de que era él quien enviaba esos mails que arrancaron prometiendo castings de acceso a la fama y terminaron exigiéndole fotos desnuda, como condición para no ejecutar terribles amenazas.

Era así como operaban los integrantes de una banda de pedófilos que la justicia penal platense desbarató tiempo atrás en una causa que pronto será elevada a juicio (ver aparte), aunque hay muchos otros grupos que permanecen activos.

Para investigar estas prácticas la Procuración Bonaerense designó, hace poco más de un mes, fiscales referentes en Pornografía Infantil en la Red y Delitos Conexos para los 18 departamentos judiciales, cargo que en el de La Plata recayó en el mismo titular de la UFI de Delitos Conexos con la Trata de Personas, Fernando Cartasegna.

El objetivo es que esta nueva UFI investigue las denuncias de particulares, Interpol, y organismos oficiales

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya tiene convenio con la organización norteamericana National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC), que monitorea actividades de pornografía infantil en la red y comunica a las autoridades porteñas todos los movimientos detectados en Argentina, de modo que desde capital federal remitirán a los distintos departamentos judiciales los que se vinculen con el territorio bonaerense.

Fuentes judiciales confirmaron en las últimas horas que en lo que va del año se recepcionaron en La Plata unas 100 denuncias, algunas provenientes de ámbitos oficiales y otras de particulares que acercan sus inquietudes o datos por distintas vías.

Para su funcionamiento está prevista la designación de tres nuevos instructores y un perito informático que jugará un rol clave en las investigaciones. En la contención y asistencia de los menores y sus familiares intervendrán una psicóloga y una asistente social. Fuentes judiciales explicaron que la pedofilia y el negocio de la pornografía infantil ha mutado con el avance de la tecnología y las redes sociales. “Antes -dijeron- la principal vía de contacto era el messenger y ahora es el Facebook, pero siempre operan a través de otras redes y aplicaciones”.

Los especialistas están atentos a la circulación de material pornográfico que tenga como protagonistas a menores de ambos sexos. Los delincuentes suelen entablar el primer contacto por sustitución de identidad, es decir, simulando ser otros chicos para ganar la confianza de la víctima y convencerla de tomarse una foto, grabar un video o acordar un encuentro. Cuando los menores desconfían o quieren negarse, se activan las amenazas directas.

“Cuando hay un material previo los amenazan con publicarlo, pero también con agredirlos a ellos o a sus padres”, comentó un pesquisa.

Si el modus operandi de estos personajes es casi único, sus motivaciones suelen ser distintas. Según la misma fuente, “algunos lo hacen por placer sexual, otros por dinero y no pocos por encargo”. Las consecuencias de este fenómeno también son idénticas, más allá de las particularidades de cada historia: si se vulnera la intimidad de un chico, éste se convierte en víctima.