Tiene 15 años y una patota la violó frente a su novio

Tienen 15 y 18 años. Son dos novios que, asfixiados por el calor que hacía en el salón donde otra quinceañera festejaba su cumpleaños, aprovecharon a tomar aire en el patio. Se alejaron un poco y se quedaron charlando, uno al lado del otro. De repente, un ruido los sorprendió. Tardaron poco en ver que se trataba de cinco hombres, todos armados, que no sólo se conformarían con robarles, sino con verlos sufrir.

Todo pasó en una quinta de la localidad de San Pedro. Fue en marzo, pero trascendió recién ayer. La parejita fue sorprendida por esos delincuentes que, al principio, parecían querer quitarles los celulares. Los chicos les dieron sus teléfonos, pero el calvario recién empezaba.

Según lo que publicó Clarín ayer, las víctimas fueron obligadas a desnudarse detrás de un montículo de tierra, en un sitio alejado de una fiesta en la que, por el relato de esa nota, había unos 500 invitados.

Por orden de los delincuentes, los chicos se tuvieron que sacar toda la ropa. El suplicó que a ella no le hicieran nada pero sus palabras fueron en vano.

A la quinceañera la manosearon, en lo que constituyó el comienzo de una serie de vejaciones: “Me preguntaban si yo eran virgen, les dije que sí, y querían que tuviéramos relaciones sexuales nosotros dos ahí, para mirarnos. Obviamente que no podíamos”, contó la adolescente en diálogo con ese medio porteño.

“A mí me seguían tocando. Nosotros fingíamos que lo hacíamos, pero se dieron cuenta de que no podíamos. Entonces uno dijo: ‘Bueno, que me la chupe’. Y me hicieron hacerles eso. No sé, a tres, a cuatro, a todos... No sé porque cerré los ojos”, continuó relatando.

En el medio, los agresores se relamían sacándole fotos a la pareja, que iba camino a descompensarse de tanto terror. “Pensé que nos iban a matar”, soltó la chica, que en aquel momento recién llegaba de su viaje a Disney para festejar sus 15.

Recién ahí fue que el ataque terminó, aunque al parecer el grupo tenía planeado hacer lo mismo con otras chicas que se cruzaran en los alrededores del salón donde, todavía, ningún invitado se había percatado de lo que pasaba.

Las víctimas atinaron a salir pidiendo auxilio, a los gritos y corriendo. Quienes estaban en la fiesta creyeron que mentían, porque se habían alejado a un lugar oscuro siendo novios. Pero a los pocos minutos se dieron cuenta de que decían la verdad y salieron a buscar a los agresores.

A tres de ellos los atraparon. Dos cayeron cuando los invitados le descubrieron a uno las pertenencias de los chicos. Los golpearon y después los subieron a un patrullero. El tercero sería arrestado un tiempo después. Otro sigue prófugo y el quinto aún no fue identificado, según trascendió.

En ese reportaje se subrayan además errores en el resguardo de pruebas y en el trámite policial: “Los detenidos pasaron por al lado de las víctimas en la comisaría”, se consigna en la nota.

Los novios siguen juntos, pero el horror los dejó marcados. La madre de la chica dijo: “Ya no es ella”.