Una chica alegre, con sueños de adolescente

Evelin Antonella Herrera, la joven de 17 años que fue encontrada muerta en la entrada al terraplén costero de Berisso, tenía gustos, rutinas y sueños parecidos a los de cualquier chica de su edad, que disfrutaba de los ratos con sus amigos y la compañía de su familia.

Le gustaba pasar su tiempo libre frente a la computadora, visitar las redes sociales o encontrarse en un conocido cíber del centro de Berisso con otros adolescentes. Pero hubo un episodio bisagra en la vida de esta joven.

Horas después del hallazgo del cuerpo, algunos de sus amigos charlaron con este diario sobre Evelin y aquella circunstancia, coincidiendo con sus familiares al decir que su historia sufrió un quiebre hace diez meses, con la muerte de su padre.

En noviembre pasado el hombre tuvo un ACV y falleció al mes siguiente.

Fue un golpe tremendo para su familia, pero particularmente para Evelin, que era muy apegada al papá.

Días atrás la madre de la adolescente, María de los Angeles Bernal, había señalado a EL DIA que esa pérdida caló tan hondo en su hija, que fue necesario brindarle un tratamiento psicológico con una profesional, terapia que todavía seguía vigente.

Ayer, en medio de las diligencias policiales y judiciales que se realizaban en el lugar donde apareció Evelin sin vida, un grupo de amigos suyos la describieron como “una chica que siempre fue muy alegre, con sueños como cualquiera de nosotros. Pero desde que falleció el padre empezó a vestirse con negra a pintarse los labios y las uñas del mismo color”.

Pero nunca dejó de estar con amigos. “Se la podía ver por el ciber Vía 13, de calle 13 casi avenida Montevideo. También acompañada por un grupo de pibes que suelen estar en la vereda del Teatro Argentino”, reflejaron Milagros (16), Alexis (18), Pablo (17) y Agustín (15).

Los jóvenes aseguraron además que “estuvo un tiempo de novia con el hijastro de un comisario, al que le encontraron el celular de ella”.

“NO SE SUICIDO”

Más tarde, en la casa donde Evelin vivía junto a su madre y su hermano de 12 años, la angustia acumulada en 15 días estallaba en un dolor que se reflejaba en lágrimas y en un creciente pedido de justicia.

Atravesada por la tragedia, María Bernal, su madre, se limitó a recordar que “había pedido que a mi hija no me la terminaran entregando en una bolsa negra. Y fue así. Pero no se suicidó, como dice la Policía. Ni ante un aniversario de su padre lo hubiera hecho. Ahora exijo justicia”.

Reveló luego que “a la madrugada me desperté con un escalofrío. Como si hubiese presentido esto”. Afuera, sus vecinos, amigos y familiares lloraban en silencio. En la morgue, se hacía la autopsia.