Una rueda suelta rompió el frente de una librería

Un colectivo de la línea 273, en su recorrido habitual, tuvo un desperfecto mecánico y dos de sus ruedas traseras se desprendieron. Una salió disparada, como la bala de un cañón. Sólo gracias a que esto sucedió un feriado fue que las consecuencias resultaron apenas daños menores en el frente de un negocio.

Poco antes de las 16 de ayer, Juan Daniel Torres (27) iba al volante de un micro, en su ramal Hx28. Había ingresado a Plaza Italia, pero allí quedó varado.

Las ruedas duales del costado trasero izquierdo se soltaron de su eje. “Una salió rodando, picando” sobre el empedrado, explicó el conductor.

Esa falla mecánica fue apenas percibida por los 10 pasajeros que iban arriba del colectivo. Para ellos, sólo “fue como si hubiéramos agarrado un bache”, señaló Juan.

El conductor empezó a hilvanar distintas especulaciones respecto de qué habría pasado si el desperfecto se daba en un día hábil: “Si viajaba gente parada, seguro que alguno se iba a caer”.

Pero sin dudas los riesgos mayores estaban alrededor del micro. Juan supuso que si la rueda despedida hubiera dado contra un peatón que cruzaba la calle, lo hubiera herido gravemente. “Y si agarraba a algún auto, lo hubiera roto por completo. Por suerte esto pasó un feriado, si no hubiera sido una desgracia”, estimó.

En esa plaza, tal vez una de las que concentra el mayor caudal de tránsito en la Ciudad, fue absolutamente casual que no hubieran otros autos detenidos frente a uno de los semáforos de diagonal 74. El paisaje era de poquísimo movimiento.

El neumático con la llanta atravesó 40 metros, y su trayectoria terminó en el frente de una librería que da a la plaza. El negocio solamente sufrió daños en la vidriera delantera. “Por suerte venía despacio, si no había que ir a sacar la rueda de adentro del local”, aseguró Juan.

La Policía se dedicó a ubicar al dueño del comercio, para que reparara el vidrio que quedó desplazado de su lugar, y evitar posibles robos.

El chofer aclaró que el desperfecto es algo “atípico” en los micros que él maneja. Tan poco frecuente como las condiciones a su alrededor, que hicieron que nadie saliera lastimado.