Violento incidente vial en el Centenario: un joven herido y un juez demorado

¿Cuántas discusiones de tránsito hay por día? Seguramente muchas, que no pasan de un bocinazo o un insulto apenas audible detrás de los vidrios de un auto. Sin embargo, no siempre quedan en la nada. El domingo, cuando ya anochecía, un joven de 21 años y un juez de 62 quedaron enfrentados por una maniobra vial. El resultado fue que el primero resultó lastimado en el cuello con tres cortes superficiales, y el segundo demorado en la comisaría, con una causa judicial abierta en su contra.

No eran ni las 19 cuando en el camino Centenario entre 502 y 503, en plena zona comercial de Gonnet, casi chocaron un Chevrolet Agile y un Ford Focus. Al volante del primer auto iba Jorge Alt, un joven de la zona, acompañado de su novia. En el otro vehículo y acompañado de su mujer manejaba Armando Norberto Gallo, magistrado laboral en Avellaneda (Departamento Judicial de Lomas de Zamora) y domiciliado en el barrio La Loma de nuestra ciudad.

Paradojas o no, los dos volvían a sus casas después de un día distendido: los jóvenes de tomar mates en el Parque Pereyra y el matrimonio, de un asado en Arturo Seguí. “Estaba estacionado y fui a incorporarme en el carril lento, porque había un espacio. El que venía por detrás se apuró y me empezó a tocar bocina”, contó Jorge Alt.

Ni siquiera hubo choque, pero ese fue el comienzo de lo que vendría. Cada uno de ellos accedió a contarle a este diario su versión de lo que pasó.

“El chico me tiró el auto, le reclamé por la maniobra y entonces él frenó y se bajó”, sostuvo el juez Gallo. “Le decía que estaba loco, que no podía meterse así. Yo me bajé también del auto pero sin nada encima. Quería que se fuera y listo”, continuó.

“La verdad es que no le iba a pegar. El me repetía ‘te voy a matar hijo de p...’ Yo me bajé porque me tocó bocina una cuadra y media, y eso me enojó. Pero no dimensioné lo que podía llegar a pasar”, reconoció el joven.

La discrepancia entre ambos relatos surge en relación a lo que ocurrió después. “No sé qué le pasó que , cuando parecía que se iba lo más bien, volvió y me encaró de nuevo. Me abrió la puerta del auto y como es un muchacho corpulento me asusté, por mí y por mi mujer”, argumentó el magistrado.

Según el joven, “siguió la discusión y en un momento él me hizo una toma. Me apoyó en el cuello uno de los tres cuchillos que llevaba en el auto y en el forcejeo me corté tres veces, porque estaba muy afilado”.

Armando se excusó diciendo que esos cuchillos los llevaba porque volvía de un asado: “No es que ando siempre armado”, lanzó. Y explicó que su intención fue “que se fuera de una vez”, porque él se sintió “amenazado y agredido”. “Me asusté mucho por si me hacía algo a mí o a mi mujer, y lo que hice fue defenderme”, afirmó.

Fue después de ese cruce que el cuello del joven comenzó a sangrar. El magistrado alegó que fue él quien avisó al 911. El primer patrullero tardó unos minutos en llegar y después tuvo que ir uno más, “para frenar a toda la gente que lo quería linchar al juez”, señaló Alt.

A todo esto, hubo dos testigos que vieron toda la situación en un auto que iba detrás, que se bajaron a separarlos. El cruce verbal habría seguido en los minutos posteriores: “Decía que por ser él juez, todo iba a quedar en nada. Y le daba patadas a mi auto”, afirmó el joven lesionado.

La situación terminó por encauzarse cuando a Gallo se lo llevaron en un patrullero a la comisaría, y a Alt en una ambulancia al hospital San Roque. Mientras al hombre lo notificaban del inicio de una causa en su contra, que en principio es por el delito de “lesiones”, al joven le daban puntos de sutura intradérmica. “Aunque fueron superficiales, los cortes me los hizo a un centímetro de la yugular. Casi me mata”, sostuvo el muchacho.

¿Hubo algo en lo que ambos estuvieron de acuerdo? Solamente en que toda la situación los sobrepasó y en que nunca imaginaron un desenlace así.

“Estoy arrepentidísimo, fue todo algo muy desgraciado. Tendré que presentarme ante el Juez para que se siga toda la causa como corresponde”, dijo Gallo.

“Fue una discusión muy caliente, pero que no justifica en nada lo que hizo. Parecía que él sentía que actuaba bien”, concluyó Alt.