Dietas exprés: el peligro de querer bajar de peso en poco tiempo

El verano está cada vez más cerca y, atentos a la época de playa o pileta, buscar bajar esos kilos de más y perder peso lo antes posible se convierte en una obsesión de hombres y mujeres casi por igual. Sin embargo, intentar adelgazar los kilos que se fueron juntando durante el año es una tarea que, en muchos casos, suele estar rodeado de mitos, verdades de internet y falacias que sólo desatan peligros para nuestra salud. El hada madrina del adelgazamiento no existe. Y las llamadas “dietas exprés” o “milagrosas”, coinciden los especialistas, de velocidad y milagro tienen muy poco.

La preocupación de quienes analizan el tema no es nueva pero se acrecienta con los primeros calores. Y se multiplica al ver la variedad de ofertas que, desde sitios web o en redes sociales, ofrecen un sinfín de fórmulas mágicas para lucir un cuerpo perfecto de los modos más estrambóticos que se puedan imaginar.

La dieta del pepino, del repollo, de la zanahoria, de la manzana y de la soja, entre otras que circulan en internet y por el boca en boca, se presentan como la “gran” solución: prometen una rápida pérdida de peso en poco tiempo. Pero no hay nutricionista que no las desautorice y alerte, incluso, sobre los riesgos para la salud y un posible “efecto rebote” que llevaría a recuperar todos esos kilos con la misma velocidad con que supuestamente se perdieron.

Los especialistas sostienen que un peso corporal saludable y deseable sólo es sostenible en el tiempo, en la medida en que se adquieran hábitos saludables, y advierten sobre los riesgos de las dietas “de moda”. Por eso recomiendan planes personalizados, que incluyan todos los grupos nutricionales, acompañados de actividad física y suplementos dietarios.

“Con las dietas de moda se empiezan a tener déficits porque apelan a una desarmonía de los nutrientes, y después el problema es el efecto de recuperación; se bajan unos kilos pero si después no se cuida la alimentación se sube de peso rápidamente, eso está demostrado”, explican desde el Hospital de Clínicas de Buenos Aires.

Los profesionales precisan que “bajar de peso es cambiar el estilo de vida con adecuada alimentación y con actividad física, sino las dietas son de tiempo corto. Siempre que se intenta bajar de peso debe ser manteniendo la distribución natural de nutrientes, haciendo una reducción del valor calórico de características moderadas, es decir 500 a 600 calorías por día menos de lo que se venía comiendo, y alimentación completa”.

En general se sugiere una alimentación que contenga 55 por ciento de hidratos de carbono, 15 de proteína y 30 de grasa, “esa es la distribución normal apelando a incorporar variados alimentos con abundantes frutas y verduras”, se explica.

Desde la Carrera de Médicos Especialistas en Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA, en tanto, se apunta que las dietas de moda permiten un descenso rápido de peso, ya que “en lugar de grasa, que es el objetivo de todo tratamiento para la obesidad, se pierde gran cantidad de agua y de masa muscular. “Ello hace que cada vez sea más difícil bajar de peso, puesto que al reducirse la cantidad de músculo disminuye la cantidad de `maquinaria metabólica` para `quemar grasa`”.

Los expertos señalan que los signos para reconocer las dieta “de moda” son las que prometen una pérdida de peso rápida, que los efectos duran toda la vida, que son fáciles de seguir, que son seguras y sin riesgos para la salud. A su vez, esas dietas prohíben determinados alimentos como si fueran responsables de impedir bajar de peso, generan ansiedad, pérdida de volumen o fuerza muscular, cansancio, problemas para conciliar el sueño, pérdida de cabello y fragilidad en las uñas.

Para los expertos la ecuación es sencilla: si alguna de las dietas milagrosas diera resultado real, no habría tanta gente con sobrepeso buscando la nueva dieta año a año. Entre las dietas “milagrosas” están la de `los hongos o M-plan`, `disociada`, `detox`, `dukan`, `de los cinco bocados`, `comida de bebé`, `hollywood` o `del pomelo, `de los siete colores` y `fricker`. Algunas ofrecen una alimentación basada en proteínas. Otras tienen su clave en la prohibición de comer carnes, huevos, lácteos y derivados. Sea una o la otra, todas generan alarma entre los expertos en nutrición, muchos de los cuales aseguran que el tema no es moda sino una tendencia que crece y preocupa.