Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Genio y locura, separados por una delgada frontera

Escritores, músicos y pintores afectados por trastornos mentales. El caso del poeta argentino Jacobo Fijman. Visión filosófica y médica de José Alberto Mainetti sobre este dilema que viene desde la Antigüedad

29 de Marzo de 2015 | 00:27

Por MARCELO ORTALE

Un sendero muy estrecho, una frontera delgada separa al genio de la locura. Es extensa la lista de atormentados, de excéntricos, de esquizofrénicos que dejaron maravillosas obras literarias, pictóricas o musicales. ¿Fueron creadores porque estaban deprimidos, porque sufrían de una melancolía esencial, o fue a la inversa? ¿Hasta qué punto la locura que padecieron explica la genialidad de sus trabajos? ¿Es necesario contar con un cerebro psíquicamente alterado para disponer de mayor poder creativo?

En la Argentina el caso más patético y elocuente es el del poeta Jacobo Fijman, que vivió treinta años internado y murió en 1970 en el hospital Borda, el hospicio más emblemático dedicado a las enfermedades mentales. Aún desconocido para el gran público, Fijman es considerado por muchos críticos como uno de los mayores poetas místicos de la Argentina.

Salvador Dalí, Tolstoy, el Conde de Lautremont, Antonin Artaud, Dostoievski, Miguel Angel, Virginia Woolf, Irving Berlin, Hemingway, Van Gogh, son sólo ejemplos de una extensa lista de quienes convivieron con su genio y su locura, tironeados por esos extremos.

“Esta cuestión no es nueva, tiene su origen histórico en un trabajo de Hipócrates denominado “La enfermedad sagrada”, que se refiere a lo que hoy conocemos como epilepsia”, dice José Alberto Mainetti, filósofo y médicos, fundador en nuestra ciudad del Instituto de Bioética y Humanidades Médicas.

El mismo tema es tomado por Aristóteles que sostiene que sostiene que la “poiesis” –la poesía, como creación o producción global- pertenece a la melancolía, añade Mainetti que ofrece esta cita del filósofo griego: “¿Por qué todos los que han sobresalido en filosofía, la política, la poesía o las artes eran manifiestamente melancólicos, y algunos hasta el punto de padecer ataques causados por la bilis negra, como se dice de Heracles en los [mitos] heroicos?”

Todos los hombres excepcionales son melancólicos, aseguraba Aristóteles. Y citaba varios casos: Heracles, Ajax y Belorofonte entre los guerreros; Empédocles, Sócrates y Platón entre los filósofos, y muchos más entre los poetas. Esta condición obedece, según Aristóteles, a causa físicas –un exceso de bilis negra- y, por lo tanto, “todos aquellos que tengan este exceso participarán también de la excepcionalidad que está reservada a los grandes personajes”, expresó, por su parte, Rubén Peretó Rivas, investigador del Conicet.

NEUROCIENCIA

Mainetti junto con colaboradores trabajan en la actualidad en la llamada “neurociencia de la espiritualidad”. La creatividad y la locura tienen una relación íntima, sostiene, para señalar que la neurociencia “es la ciencia cognitiva del cerebro y ha avanzado muchísimo en los últimos años, al punto de que se ha llegado a la neuroimagen”.

Se trata de establecer, agrega, las bases neuronales que tienen la mística, la espiritualidad, la religión, el arte y sobre estos temas se realizará en La Plata en noviembre un encuentro organizado por el Instituto de Bioética y Humanidades Médicas.

“La enfermedad mental hace excéntrico al sujeto y le otorga un pasaje a un mundo de creatividad que le es propio y que no se corresponde con el de la mayoría de los otros hombres, que carecen de esos excesos”, añade Mainetti. “El arte, la literatura, la música pueden hacer de contención a quien padezca trastornos mentales liberándolo de la estigmatización social”

Hay algunos filósofos, advierte, que van al otro extremo “y que sostienen que la naturaleza humana es loca...Aluden al homo-demen...Lo cierto es que el hombre lucha como puede contra su finitud y el arte es también una forma de evasión...Personalmente creo que puede decirse que la locura crea al arte y que el arte cura a la locura”, añadió Mainetti.

ENCUESTA

Mainetti concluyó señalando que en fecha reciente el Instituto Karo linska de Estocolmo (Suecia) realizó sobre un millón y medio de habitantes una encuesta demostrativa de que las personas que trabajan en profesiones que exigen más creatividad, básicamente las artísticas, son las que con más frecuencia reciben tratamientos de salud mental.

El estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, afirma que existe una conexión especialmente evidente entre ser escritor y padecer esquizofrenia. Además, los bailarines, los fotógrafos y también los investigadores científicos son más propensos a padecer trastorno bipolar, una enfermedad mental grave que se caracteriza por cambios drásticos en el estado de ánimo, pasando cíclicamente de momentos de euforia a estados depresivos. “Se demostró que la creatividad y la esquizofrenia conforman la falta de filtros para regular la información que llega al cerebro. Hay una base biológica en torno a todo esto”, concluyó.

JACOBO FIJMAN

Jacobo Fijman, nacido en Besarabia (hoy Rumania) en 1898 fue un poeta judeoargentino. Vino con su familia extremadamente pobre, desarrolló diversos oficios y se hizo conocer y admirar como poeta por Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo y por Leopoldo Marechal. Este último lo fijó como personaje inolvidable –llamado Samuel Tesler- de su novela “Adan Buenosayres”. Fijman sedujo a los poetas martifinerristas, pero en 1921 había comenzado a sufrir trastornos mentales.

Pese a la pobreza en que creció, estudió matemática, filosofía, música clásica, latín, griego y religión. Con esa suma de conocimientos fue nutriendo una poesía rica en originalidad, realizó traducción y escribió algunos artículos en Martín Fierro y en revistas religiosas. Viajó en su juventud a Europa y allí conoció a André Bretón y a Antonín Artaud.

Poeta místico, se convirtió al catolicismo en 1930 y colaboró en varias revistas antes de quedar internado definitivamente en el Borda, afectado de una seria enfermedad mental. Eso no impidió que buena parte de su obra la escribiera en el manicomio. Publicó “El Molino”, “Hecho de estampas”, “Estrella de la Mañana” entre otros libros luego recogidos en las obras completas. Sobre su enfermedad e internación alguna vez dijo las siguientes palabras: “Los médicos hacen lo que pueden sin embargo yo no los odio. Lo terrible que nos traen para que uno no se muera por la calle. Y luego todos nos morimos aquí...”

Uno de sus poemas más inolvidables, “Canto del Cisne” dice así: “ Demencia:/ el camino más alto y más desierto. //Oficios de las máscaras absurdas;/ pero tan humanas. / Roncan los extravíos; / tosen las muecas /y descargan sus golpes/ afónicas lamentaciones./ Semblantes inflamados; / dilatación vidriosa de los ojos /en el camino más alto y más desierto. / Se erizan los cabellos del espanto. / La mucha luz alaba su inocencia./ El patio del hospicio es como un banco /a lo largo del muro. /Cuerdas de los silencios más eternos. /Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío. /¿A quién llamar? / ¿A quién llamar desde el camino / tan alto y tan desierto? / Se acerca Dios en pilchas de loquero / y ahorca mi gañote /con sus enormes manos sarmentosas; / y mi canto se enrosca en el desierto. /¡Piedad!”

Leopoldo Marechal lo consideró un “héroe metafísico”. Y eso fue Fijman, desposeído de todo bien, de todo dinero y de toda consideración social. Los poemas que iba escribiendo se los regalaba a los médicos y enfermeros del Borda. Nadie sabe bien cómo fueron rescatados por editores, libreros y anticuarios que los fueron compilando.

“Cabe preguntarse entonces ¿quién fue el Jacobo Fijman de carne, hueso, talento y hambre que llegó a tocar el violín en la calle para sobrevivir? ¿Qué lugar ocupó en esa élite de escritores vanguardistas de principios del siglo XX? ¿Cómo se debe leer la obra de un hombre que una sociedad positivista excluyó por considerarlo loco?” se preguntó recientemente en un escrito Damián Huergo, columnista de Página 12.

A Fijman le tocó –en su condición de creador- la peor de las locuras, la de la exclusión. No hubo para él ninguna piedad científica, salvo la de los continuos electroshock. No pudo ser el excéntrico y triunfador Dalí, rescatado de la demencia por la originalidad de su arte. Ni tampoco Miguel Angel o Tolstoy, amparados por un reconocimiento universal. Fijman fue el loco sin redención, el ahorcado por los dioses del loquero y que, pese a ese absoluto desamparo, dejó una obra poética vanguardista que cada vez se recorre con mayor devoción.

JACOBO FIJMAN

Poeta judeoargentino

Año de nacimiento: 1898
Lugar: Besarabia (hoy Rumania)
 

Le tocó –en su condición de creador- la peor de las locuras, la de la exclusión. No hubo para él ninguna piedad científica, salvo la de los continuos electroshock.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla