“Vamos a volver a dar créditos hipotecarios con cuotas bajas”

Juan Curutchet fue vicepresidente del Banco Ciudad. Y desde diciembre, se hizo cargo de la presidencia del Banco Provincia. Abogado y docente, sostiene que la entidad “es un gigante dormido” y que uno de sus principales desafíos pasa porque el Bapro “vuelva a ser una empresa que armonice lo que es propio del sector público con criterio de eficiencia y rentabilidad”.

En una entrevista con este diario, afirmó que la gobernadora María Eugenia Vidal le encomendó que el Banco Provincia vuelva al mercado inmobiliario y que ese desafío “es un objetivo central” de su gestión.

A continuación, los aspectos salientes del diálogo con Curutchet.

¿Con qué situación se encontró al asumir en el Bapro?

La Provincia nos debe 30 mil millones de pesos y eso genera una fuerte incidencia en el manejo porque es absolutamente imposible hacer una gestión profesional si tenés la incertidumbre de si cuando el bombero pasa te saca semejante suma. Claramente es un objetivo de la gestión reordenar esto a cuatro años vista. Nadie espera 30 mil millones cash, porque además esa deuda tiene distintos componentes y en algunos casos es altamente rentable para el banco. El tema principal es que el banco arrastra un problema que se creyó solucionado y no está que es el déficit de la Caja de Jubilados, que fue de 3 mil millones de pesos el año pasado y este año tendrá 4 mil millones. Entre el final del mandato de Solá y el principio del de Scioli se convino que la Provincia asumiría ese déficit pero en la práctica nunca sucedió y es el banco el que adelanta esos fondos. En mi visión el banco tiene que poner acento en la rentabilidad. El año pasado ganamos unos mil millones de pesos, y eso es menos de lo que obtuvo el Banco Ciudad que es de un tercio de su tamaño. No está bien que 16 millones de bonaerenses tengan que hacerse cargo del déficit cuando el banco tiene las herramientas para funcionar eficientemente y prestar mejores servicios. Se tomó como objetivo político crecer a cualquier costo, mostrar que era el segundo banco del sistema y eso le erosionó rentabilidad. Ahora tiene que volver a ser una empresa que armonice lo que es propio del sector público con criterio de eficiencia y rentabilidad. Ese es el desafío.

“No pensamos en cerrar sucursales sino en una refuncionali-zación. Y esto genera ansiedades. Hay posiciones chicas que generan déficit y en otros lugares que crecieron mucho, no estamos”

Y en ese marco, ¿las empresas del Grupo Bapro son rentables?

En el sentido nominal el Grupo generó utilidades el año pasado. Pero si se hace una análisis ácido de sus balances hay problemas importantes en las dos empresas de seguros que está señalado por la Superintendencia de Seguros de la Nación que está marcando insuficiencia de capital. Tristemente se ha puesto de moda no pagarle a esas compañías y así no hay negocio que aguante. La provincia de Mendoza le debe 200 millones de pesos y hasta una empresa de recolección de residuos de Córdoba tiene deudas de ART. La Gobernación le debe casi 700 millones de pesos a cada compañía. Así, es el antiseguro y no resiste ningún análisis. ¿Cuál es la lógica que el contribuyente bonaerense financie un incumplimiento contractual de otra jurisdicción?

Estructuralmente, en cantidad de personal y sucursales, ¿el Bapro está en parámetros razonables?

No se dio acá el fenómeno de expansión artificial de la plantilla. Con el cambio de la ley jubilatoria se jubiló más gente y de un pico histórico de 12.600 empleados se bajó a 10.500. Pero en este banco la relación préstamo-empleado y empleado-depósito, es la peor del sistema bancario. La solución es expandir la operatoria porque el Bapro puede hacer el doble de lo que hoy hace. Es un gigante dormido.

¿En qué plazos se pude producir esa expansión?

Pedí que se trabaje en objetivos estratégicos a la línea para mejorar de la rentabilidad, la calidad de atención que es un déficit grave, avanzar con la cultura digital que es ir cambiando la forma en que uno concibe la operación y la relación con los clientes. Si lanzamos créditos hipotecarios, que se realice a través de la web y recién la gente vaya al banco a firmar. También queremos ir hacia la banca responsable para que el segmento de menores ingresos también tenga productos financieros con tarjetas de crédito con promociones. Hay un proceso muy manual, presencial, hay que capacitar a la gente y cuando eso suceda se van a captar más depósitos y a otorgar más préstamos.

En materia de créditos para vivienda, ¿qué están evaluando?

Lo hablamos con la Gobernadora. Estamos a la espera de que salga una reglamentación del Central para copiar el modelo chileno, que baja un tercio la cuota. Cuando salga, nos lanzaremos rápidamente en el mercado hipotecario. Y en los próximos meses, cuando baje la inflación nos va a permitir reducir la tasa. En los últimos tiempos el Bapro prácticamente se retiró del mercado hipotecario y volver es un objetivo central de la gestión. A Vidal le preocupa mucho este tema, pero estoy seguro de que a mediano plazo los bancos van a volver a competir fuerte por el mercado de las hipotecas. Pero lo veo más en el segundo semestre del año con variables económicas más estabilizadas.