Vuelve el debate sobre el atraso del dólar

La evolución del dólar durante la semana pasada generó más de un desvelo entre los exportadores argentinos, sobre todo los del sector industrial.

Es que durante varios día la cotización del billete verde se alejó de los $ 16, que durante semanas se había considerados su piso y en medio de un constante ingreso de divisas proveniente de la liquidación de exportaciones agrícolas, pero sobre todo de dólares financieros de nuevos préstamos y colocaciones en moneda extranjera hechas en el país. No extrañó así que la reservas internacionales se ubicaran el viernes por encima de los niveles previos al cepo cambiario iniciado en el último tramo del gobierno de Cristina Kirchner, es decir en 49.088 millones de dólares.

EN LOS NIVELES DE HACE UN AÑO

Así, antes de a recuperación del viernes que llevó al dólar a $ 15,96, el dólar se movió por debajo de los $ 16 y sigue en valores similares a los de hace un año, cuando al 29 de febrero de 2016 la divisa se negociaba en $ 15,90 cuando en la semana que pasó se negoció a $ 15,70. Para los inversores este precio del dólar es barato, pero para distintos sectores de la economía son preocupantes y no faltan versiones en la city porteña que insisten en la idea de un dólar atrasado.

Algunos observadores no sólo insisten en las graves consecuencias que un dólar atrasado tiene para la competitividad argentina, más allá del efecto positivo como ancla inflacionaria que ejerce en el mercado interno.

Es que esos mismos observadores señalan que ningún esfuerzo interno que busque mejorar la penetración de productos argentinos en el mundo podrá lograrse sin una devaluación del peso.

Este panorama nada hace pensar que se modifique en el corto plazo. Durante el primer semestre el dólar no mostrará saltos bruscos, salvo en casos circunstanciales. Pese a que algunos exportadores guarden la cosecha en silobolsas hasta encontrar precios más atractivos, una parte esa producción se liquida y es suficiente para que presione el precio del dólar durante seis meses. Otro factor que presiona sobre la competitividad es la escalada del dólar en comparación con otras monedas de la región. Esto, por ejemplo, impacta sobre el real de Brasil y afecta directamente en el intercambio comercial con nuestro principal socio. También el tipo de cambio real multilateral que informa el Banco Central, muestra el incremento del valor del peso respecto a las monedas de algunos de los principales socios y añade otra luz de alarma.

La situación se vio agravada por la exitosa colocación de Lebacs realizada por el Banco Central, que hizo que muchos ahorristas particulares que se alejaron del dólar para hacer sus colocaciones financieras en las exitosas letras.