Ex combatientes platenses llevaron reclamo a Malvinas

En el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas, hay 237 tumbas de argentinos fallecidos en la guerra contra Gran Bretaña. Más de la mitad de las lápidas -123- no tiene el nombre del combatiente sepultado y cada inscripción de los NN repite como un latigazo que pertenece a un "soldado argentino sólo conocido por Dios". La falta de identificación de los caídos es una deuda que todavía ningún gobierno ha saldado, según insisten los integrantes del CECIM, que desde el año pasado van regresando por grupos al archipiélago para cerrar un ciclo largo y doloroso que empezó en abril de 1982.

Cumpliendo con el viejo reclamo del CECIM y el suyo propios Enrique Splittek, Fernando Papasodaro y Manuel Carranza, que integraron el último contingente que viajó a las Islas -junto a seis ex soldados más-, fueron a Darwin con un propósito extra además del anhelado homenaje "in situ" a los muertos en combate. Para esa visita especial desplegaron una gran bandera celeste y blanca con una leyenda que demandaba: "Devolvamos la identidad a nuestros caídos. No puede haber NN en nuestro cementerio". La manifestación es un paso más en la exigencia a las autoridades nacionales para que se realice el reconocimiento de los cadáveres.

Splittek cuenta su historia sobre su participación en la guerra. Platense, cuando se alistó en el Ejército en 1981, en el Distrito Militar donde tuvo que presentarse lo destinaron a la fila de los que iban al Grupo de Artillería Aerotransportada Nº 4 de Córdoba. Cuando estalló la guerra él ya estaba de licencia en su casa de Gonnet esperando la baja. "Me convocaron a través de un radiograma el 4 de abril, a los dos días estaba de nuevo en el regimiento y el 10 llegaba a Malvinas", recuerda. El ex combatiente dejó en las Islas a tres compañeros de "colimba" que cayeron en combate. Solamente a uno pudo rendirle homenaje frente a la fosa, sabiendo que ahí estaban enterrados sus restos. Los otros dos están entre las 114 sepulturas sin identificar.

"En algunas tumbas hay entre cuatro y seis cuerpos. Queremos que todas sean individuales y que se hagan las pruebas de ADN para reconocer a los que están sin identificar. Sabemos que se han hecho algunas gestiones pero todavía falta mucho para que se atienda nuestra necesidad", plantea Splittek.

Los ex soldados reconocen que luego de haber sido abandonados a su suerte durante los largos años que siguieron al conflicto comenzaron a llegar las reivindicaciones. El pago de pensiones a los veteranos de guerra, convenios como el establecido con la comuna local que les permite el regreso al archipiélago son logros obtenidos que destacan. Pero la identificación de los cuerpos de los conscriptos caídos es una obligación moral que esperan que cumpla el gobierno argentino. "Madres, padres y familiares necesitan que haya una tumba con el nombre de su ser querido y esa es una deuda del Estado nacional", reclamó Papasodaro.

El CECIM considera que con los NN enterrados en Malvinas no se respeta el derecho a la identidad. En un documento que firma del presidente de la entidad, Ernesto Alonso, tras remitirse a un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos destaca que "el Estado debe realizar todas las gestiones necesarias para que se devuelva la identidad a los que cayeron defendiendo la soberanía y dieron vida a la democracia" y en ese sentido agrega que "es necesario que el Equipo Argentino de Antropología Forense realice la tarea de identificación como una acción humanitaria en búsqueda de la verdad para que la sociedad no siga siendo víctima de las acciones de la dictadura".