“Una generación que cambió al club”

PABLO MORANT FUE UNO DE LOS PILARES DE AQUEL GIMNASIA CAMPEON DE LA COPA CENTENARIO, EN ENERO DE 1994. SE CUMPLEN 20 AÑOS DEL LOGRO

Uno de los pilares de aquel equipo campeón fue Pablo Morant. El Flaco, voz de mando de la defensa que ganó la Centenario, repasó en diálogo con este diario lo que significó el título.

“Considero que con el paso del tiempo para nosotros, y también para el club, este logro tomará un mayor significado. El hecho de que le hayamos ganado la final a River, que fue el mejor equipo de los 90´, luego campeón de América, con todos sus titulares, te da la pauta de la relevancia de aquella conquista”, comenzó marcando el ex marcador central.

Sobre el trámite del torneo, relató que “aquella Copa tuvo un formato similar al de la actual Copa Argentina, aunque sin los equipos del ascenso. La jugaron todos los equipos de primera y, como pasa ahora con la Copa Sudamericana, a medida que los partidos avanzan, todo va generando mayor expectativa”.

Morant también se refirió a la importancia del título: “vaya si tendrá importancia aquel logro, que si ahora se confirma el torneo en el que invitarán a todos los campeones, Gimnasia formará parte de ese lote por haber sido campeón de la Copa Centenario. Tuve la suerte de integrar una generación que cambió por completo los objetivos que había en la institución, ya que se pasó de pelear el descenso a lograr un título y luego estar siempre en la pelea grande con total protagonismo e incluso clasificando a torneos internacionales. Creo que ese es el principal legado de esa generación de jugadores”, destacó.

En cuanto a los momentos salientes del camino a la gloria, recalcó que “creo que de todos los partidos se sacan conclusiones importantes, pero, sacando la gran final, lo más emocionante fue haber eliminado a Estudiantes y luego haber ganado por penales aquella eliminatoria ante Belgrano en Córdoba, lo que le dio una dosis mayor de dramatismo. También fue trascendente haber dejado en el camino a Argentinos Juniors de visitante, en cancha de Español”.

El punto más alto, lógicamente, se dio en la gran final: “se llegó a la definición con cierto nerviosismo, ya que enfrente estaba el súper campeón de la década, con Passarella en el banquillo, mientras que nosotros sufrimos el cambio de técnico, porque la definición se pasó de diciembre de 1993 para inicios de 1994. Sin embargo, no lo sentimos porque lo importante era el grupo de jugadores que se había conformado, que no tenía estrellas y era un plantel más bien mediocre desde lo técnico, pero que contaba con hombres de una gran personalidad, que entraban a la cancha con carácter y gran inteligencia. Jugadores como el Topo Sanguinetti, el Indio Ortíz, Dopazo, Bianco, Guerra o el Moncho, demostraban su personalidad en cada aspecto del juego, por eso nos sobrepusimos al cambio de técnico a partir del carácter, era un grupo con una gran riqueza espiritual y en eso se basó el logro”, cerró.