Una mirada sobre el tema

Las predicciones anunciaban apocalípticamente la desaparición del libro, sin embargo los estantes se pueblan cada vez más con libros de calidad, y más aún en los espacios destinados a los niños, es decir, el de la literatura infantil y juvenil, o bien una literatura sin adjetivos como menciona la gran escritora argentina María Teresa Andruetto.

Como fenómeno creciente y que genera interrogantes, esos estantes se van expandiendo y editoriales tanto nacionales como extranjeras apuestan a textos de calidad, a ediciones cuidadas, a ilustradores innovadores y a escritores diversos.

De allí entonces, surgen sucintamente algunas razones para pensar el por qué del incremento de las ventas en los libros para niños.

En los espacios institucionales -nos referimos específicamente a la escuela, al jardín y a las bibliotecas populares- la presencia material de libros de calidad seleccionados por especialistas permite que estos lectores que se van formando tengan la posibilidad de leer, tocar, conocer obras, autores, ilustradores y editoriales; salas y salones de clases van conformando en esos espacios sus propias bibliotecas. Las entregas de textos literarios por parte de entidades gubernamentales para generar tanto bibliotecas áulicas como bibliotecas personales permiten que el libro -material y simbólicamente- tenga otra representación.

Es posible además pensar nuevos modos de leer que se van habilitando, modos que tienen que ver con cambios sociales y culturales en los que estamos inmersos; esas modalidades impactan también en la producción y circulación de libros para niños en los que siempre media un adulto quien de algún modo extiende su mano.

Asimismo, como todos sabemos, la infancia es centro de los mercados de producción, objetivo primordial de venta y las editoriales no están distantes de esto. De modo que la circulacián de la que hablamos -mediador adulto frente al niño- pesa en la decisión al momento de orientar: libros que seducen a niños y adultos a la vez (como por ejemplo, el libro-álbum); esos adultos apasionados que han encontrado en la literatura para niños un arte en expansión permiten diferenciar entre cantidad y calidad.

Analizar este fenómeno implica discutir otras variables más profundamente; lo importante es ese mayor reencuentro –valioso- entre un texto literario para niños y un lector que aprende a eligir porque la experiencia con la variedad de lecturas y el intercambio le permite encontrar entre sus páginas un mundo posible.