Diagonal 74 y 47, la esquina del descontrol y el todo vale

Cambiaron las reglas, pero los vecinos siguen sin poder dormir. Los comerciantes de la zona se encuentran con un cuadro desagradable después del baile. Las quejas son históricas y el caos sigue a pesar de que prometieron más controles

No alcanzó con una normativa que permite a los locales céntricos funcionar como bailables a cambio de estrictas medidas de seguridad, y tampoco bastó el compromiso de los bolicheros de mantener el orden en la vía pública los fines de semana. Vecinos y comerciantes de diagonal 74 y 47 siguen sin encontrar un alivio a los ruidos molestos, los disturbios y la suciedad que muestran las veredas al otro día de cada noche agitada.
La vida nocturna en esa esquina está como desde entonces, cuando el baile era una actividad vedada en el centro platense e igual se realizaba. Una ordenanza de junio de 2000 permitió a los boliches trabajar en el marco de la legalidad, pero no parecen cumplirse las condiciones que se exigieron para habitarlos como discotecas. Los vecinos se quejan porque no pueden dormir. Los jóvenes siguen copando las veredas en largas colas; se escuchan gritos, peleas y la música a todo volumen sale de los potentes estereos de los autos. Quienes abren sus negocios al día siguiente de la movida se encuentran con latas, botellas de cerveza rotas, vómitos y "otras asquerosidades".

QUEJAS HISTORICAS
"¿Por qué tenemos que pasar por esto?" se lamentan los vecinos del edificio de 47 Nº 767, desde donde se escuchan quejas históricas por el descontrol que se vive los fines de semana a la noche. "Somos personas que trabajan, tenemos derecho a descansar, a vivir más tranquilos. Nadie controla los ruidos molestos ni el consumo de alcohol", dicen, pero no quieren identificarse "por temor a represalias".
Algunos comerciantes sí se animan, y con nombre y apellido detallan lo que encuentran en la entrada de sus locales cuando levantan las persianas al día siguiente del baile. "Tengo que trabajar más de lo habitual, porque la vereda no queda limpia con una simple barrida. Hay latas, vasos, vidrios de botellas, otras cosas que no me atrevo a decir y un olor muy desagradable", cuenta Ana Vázquez, propietaria de un comercio de ropa de mujer ubicado en diagonal 74 entre 46 y 47.
Guillermina Mignola, encargada de un local de indumentaria para adolescentes ubicado sobre la diagonal, al lado de Metropolis, cumple, resignada, con la misma rutina los sábados a la mañana. "Además de la suciedad, nos es imposible mantener las paredes limpias de graffittis. Como la cola de los chicos que están por entrar a la disco sigue hasta acá, mientras esperan, pintan la fachada con aerosoles", dice.

UNA NOCHE EN LA MOVIDA
El panorama que describe la gente de ese barrio céntrico incluye, en el rubro "ruidos molestos", bocinazos, música a todo volumen que sale de los boliches cada vez que se abren las puertas, y gritos. Los vecinos transmiten también el mal momento que pasan cada vez que regresan a la noche a sus casas y se topan con peleas, jóvenes orinando en las fachadas de las viviendas y disturbios producto del exceso de alcohol. Esto es viernes y sábados a la noche y a la madrugada, pero desde hace un tiempo los chicos salen a bailar también los jueves, y la tendencia platense de un día más de diversión nocturna en plena semana le agregó a la gente de la zona una noche menos de sueño.
Una recorrida de este diario por la movida nocturna de diagonal 74 y 47 permitió observar: los chicos siguen permaneciendo en la puerta de los boliches copando varios metros de vereda, consumen alcohol en la vía pública, orinan en los frentes de casas y comercios y obstruyen el tránsito. El cuadro se completa con la presencia de dos policías apostados especialmente en la zona para controlar el orden de la vía pública. Pero el caos continúa.

"SE CUMPLEN LOS REQUISITOS"
Los boliches bailables de ese centro nocturno son Metropolis, Alem y El Siglo, al que se suma el bar Sport Café, que comunica con una puerta interna al primer local mencionado. La onda para los jóvenes es tomar algo antes de entrar a bailar a la disco contigua. De acuerdo a lo que afirman en Control Urbano -la dependencia municipal a cargo de hacer cumplir las ordenanzas- "todos reúnen los requisitos exigidos". Sin embargo, fuentes del organismo reconocen que la esquina "es uno de los puntos conflictivos" de la vida nocturna platense, por lo que disponen de patrullas asignadas al sector del microcentro.
"Vamos a promover reuniones con los vecinos de la zona para que planteen sus inquietudes -aseguran las mismas fuentes-. Pero estamos controlando desde el Centenario y 511 hasta el microcentro".

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