Regreso triunfal de un monarca
El arrollador triunfo electoral del depuesto monarca Simeón II en las elecciones de Bulgaria, marca el camino de muchos reyes y descendientes de tronos europeos que quieren volver a su país, y aún a los tronos que alguna vez ocuparon sus familias. Sin embargo, la situación de Bulgaria casi no tiene equivalentes en el resto de Europa
| 19 de Junio de 2001 | 00:00

El amplio triunfo electoral de Simeón II en Bulgaria, se convirtió en un fenómeno político de primer nivel para toda Europa. Se trata del primer monarca destituido en un país de Europa Oriental, que vuelve al poder gracias a una coalición de pequeños partidos opositores y que está en condiciones de comandar los destinos del que fuera su reino, pero ahora como jefe de Gobierno. El dato no es menor y fue seguido por numerosos príncipes, princesas y monarcas derrocados con distintos objetivos. Algunos, como los descendientes de los Romanov en Rusia, no descartan un regreso al poder; otros como los Saboya en Italia, tienen fines menos ambiciosos: apenas quieren volver a su país, porque la Constitución se los prohibe.
Lo cierto es que la cuidadosa arquitectura política que montó Simeón II -un monarca que cuando regresó por primera vez a Sofía luego de su largo exilio español, en 1996, fue recibido con gritos eufóricos por sus ex súbditos- logró convocar a algunos de los grupos políticos minoritarios de su país para formar el Movimiento Nacional Simeón II, que el domingo alcanzó el 43,4 por ciento del total de los votos y logró la mitad de los escaños (120) en el Parlamento unicameral de su país -de 240 bancas-, a sólo un asiento de lograr la mayoría absoluta. Sin embargo, en sus primeras declaraciones públicas, luego de su arrolladora victoria electoral, Simeón II anunció que intentará formar un gobierno de coalición nacional, aunque no reveló cuáles serán sus funciones en el nuevo Ejecutivo y si aceptará ocupar el cargo de primer ministro. Hay, quienes aseguran que el fin último del ex monarca que llegó al trono en 1943, cuando tenía apenas 6 años, es terminar con la república y restablecer una monarquía constitucional. "
Y si bien la abrupta irrupción del rey en la vida pública búlgara, con una alianza formada apenas hace dos meses, le permite una abrumadora mayoría parlamentaria, deberá conformar una alianza para gobernar con alguno de los otros tres partidos: las Fuerzas Democráticas Unidas (FDU), actualmente en el poder, los ex comunistas del Partido Socialista Búlgaro (PSB), y el Movimiento de los Derechos y las Libertades (MDL). Además, la posibilidad de que vuelva a ocupar el trono, que el propio monarca insinuó en sus declaraciones públicas, tendría pocas posibilidades, según las encuestas a boca de urna realizadas por la empresa Gallup. Un 82 por ciento de los búlgaros prefiere mantener la república parlamentaria actual. En su primera aparición pública, el derrocado monarca afirmó: "Hoy emprendemos juntos el camino del crecimiento espiritual de Bulgaria", mientras ofrecía a la oposición formar una amplia coalición con los partidos que comparten parte de su ideario, es decir la adhesión acelerada a la Unión Europea, a
Desde los Borbones de Francia, pasando por los Romanov en Rusia y Alejandro de Yugoslavia, todos advierten que como Simeón, pueden aspirar al regreso a sus viejas glorias de poder. Pero no todos los reyes y casas reales europeas tienen las mismas chances. Pocos se imaginan el fin de la Quinta República francesa para entregar el trono a Henri de Orleans, conde de París o a Alfonso de Anjou, heredero por la rama de los Borbones. Menos aún que Charles Bonaparte se siente en el trono de emperador que alguna vez ocupó Napoleón. Sin embargo, otra es la situación y las chances de algunas casas reales, como por ejemplo, Constantino II de Grecia, que sueña con terminar su largo exilio londinense, o el ex rey Leka de Albania, quien ya en 1997 logró en un referéndum un respaldo del 35 por ciento a una nueva coronación. Aún mejores perspectivas tiene el ex rey Miguel I de Rumania, quien encabeza en su país un movimiento monárquico cada vez más numeroso y popular. Un sueño que comparte María I Romanov, pero que la mayoría
En cambio, los descendientes varones de los Saboya en Italia, tienen menos aspiraciones. Sólo quieren poder regresar a su patria, donde la Constitución les tiene vedado el retorno. Los observadores, por su parte, consideran que la situación búlgara es única e irrepetible. Para muchos, el triunfo de Simeón II responde, en realidad, al descreimiento de los habitantes de su país, con los dos partidos que se han alternado en el gobierno desde hace once años, con algunos triunfos parciales, como el retroceso de la inflación que puede mostrar la gobernante Fuerzas Democráticas Unidas del actual premier Ivan Kostov, pero a costa de un desempleo que trepa al 18 por ciento y una pésima distribución del ingreso. Situación que Bulgaria comparte con alguno de los países de Europa Oriental, pero que difícilmente pueda compararse con la situación de Francia, Italia y aún de Grecia.
Lo cierto es que la cuidadosa arquitectura política que montó Simeón II -un monarca que cuando regresó por primera vez a Sofía luego de su largo exilio español, en 1996, fue recibido con gritos eufóricos por sus ex súbditos- logró convocar a algunos de los grupos políticos minoritarios de su país para formar el Movimiento Nacional Simeón II, que el domingo alcanzó el 43,4 por ciento del total de los votos y logró la mitad de los escaños (120) en el Parlamento unicameral de su país -de 240 bancas-, a sólo un asiento de lograr la mayoría absoluta. Sin embargo, en sus primeras declaraciones públicas, luego de su arrolladora victoria electoral, Simeón II anunció que intentará formar un gobierno de coalición nacional, aunque no reveló cuáles serán sus funciones en el nuevo Ejecutivo y si aceptará ocupar el cargo de primer ministro. Hay, quienes aseguran que el fin último del ex monarca que llegó al trono en 1943, cuando tenía apenas 6 años, es terminar con la república y restablecer una monarquía constitucional. "
Y si bien la abrupta irrupción del rey en la vida pública búlgara, con una alianza formada apenas hace dos meses, le permite una abrumadora mayoría parlamentaria, deberá conformar una alianza para gobernar con alguno de los otros tres partidos: las Fuerzas Democráticas Unidas (FDU), actualmente en el poder, los ex comunistas del Partido Socialista Búlgaro (PSB), y el Movimiento de los Derechos y las Libertades (MDL). Además, la posibilidad de que vuelva a ocupar el trono, que el propio monarca insinuó en sus declaraciones públicas, tendría pocas posibilidades, según las encuestas a boca de urna realizadas por la empresa Gallup. Un 82 por ciento de los búlgaros prefiere mantener la república parlamentaria actual. En su primera aparición pública, el derrocado monarca afirmó: "Hoy emprendemos juntos el camino del crecimiento espiritual de Bulgaria", mientras ofrecía a la oposición formar una amplia coalición con los partidos que comparten parte de su ideario, es decir la adhesión acelerada a la Unión Europea, a
Desde los Borbones de Francia, pasando por los Romanov en Rusia y Alejandro de Yugoslavia, todos advierten que como Simeón, pueden aspirar al regreso a sus viejas glorias de poder. Pero no todos los reyes y casas reales europeas tienen las mismas chances. Pocos se imaginan el fin de la Quinta República francesa para entregar el trono a Henri de Orleans, conde de París o a Alfonso de Anjou, heredero por la rama de los Borbones. Menos aún que Charles Bonaparte se siente en el trono de emperador que alguna vez ocupó Napoleón. Sin embargo, otra es la situación y las chances de algunas casas reales, como por ejemplo, Constantino II de Grecia, que sueña con terminar su largo exilio londinense, o el ex rey Leka de Albania, quien ya en 1997 logró en un referéndum un respaldo del 35 por ciento a una nueva coronación. Aún mejores perspectivas tiene el ex rey Miguel I de Rumania, quien encabeza en su país un movimiento monárquico cada vez más numeroso y popular. Un sueño que comparte María I Romanov, pero que la mayoría
En cambio, los descendientes varones de los Saboya en Italia, tienen menos aspiraciones. Sólo quieren poder regresar a su patria, donde la Constitución les tiene vedado el retorno. Los observadores, por su parte, consideran que la situación búlgara es única e irrepetible. Para muchos, el triunfo de Simeón II responde, en realidad, al descreimiento de los habitantes de su país, con los dos partidos que se han alternado en el gobierno desde hace once años, con algunos triunfos parciales, como el retroceso de la inflación que puede mostrar la gobernante Fuerzas Democráticas Unidas del actual premier Ivan Kostov, pero a costa de un desempleo que trepa al 18 por ciento y una pésima distribución del ingreso. Situación que Bulgaria comparte con alguno de los países de Europa Oriental, pero que difícilmente pueda compararse con la situación de Francia, Italia y aún de Grecia.
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