Fox se casó con su vocera y blanqueó un complejo romance
El presidente mexicano eligió una fecha simbólica, la de su cumpleaños y la de su espectacular triunfo electoral sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI), para realizar una discreta boda civil con Martha Sahagún, hasta ayer su funcionaria de prensa y la más resistida de su entorno, por tratar de destacarse en demasía, al punto de opacar a los miembros del gabinete. Y, de paso, con el casamiento, Fox se sacó un problema político de encima
| 3 de Julio de 2001 | 00:00

Frente a unos pocos testigos, entre quienes no estaban sus cuatro hijos -todos adoptados durante su primer matrimonio-, el presidente de México, Vicente Fox, de 59 años, se casó ayer con su vocera Martha Sahagún (48). De esta forma, el hombre que hace un año sorprendía al mundo al derrotar en las urnas por primera vez en 71 años al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de su país, eligió la misma fecha de ese triunfo y la de su cumpleaños para blanquear un largo y controvertido romance con la que hasta ayer fue una de sus funcionarias más resistidas.
En la residencia oficial de Los Pinos, y ante ese puñado de testigos, entre quienes sí habrían estado los hijos de la ahora primera dama mexicana, este ex gerente de Coca-Cola que llegó a la presidencia logrando lo que muchos interpretaron como una proeza política sin precedentes en su país, consiguió también poner fin a una controversia que se le estaba escapando de las manos. Fox, amante de los símbolos eligió esa fecha tan particular en su vida y en su carrera política, para unirse en matrimonio a esta mujer, con la que mantenía un más o menos discreto romance desde hacía cinco años, que había trascendido a los medios de prensa. Para ambos es su segundo matrimonio.
"Sólo véanme la cara de felicidad que traigo", dijo ayer el presidente, en su primera manifestación pública sobre la boda. Pero el tema excedió largamente el terreno de la vida personal del mandatario. El analista político y director del periódico independiente Milenio Diario, Raymundo Riva Palacio, dijo que "con Fox ya no se sabe si la boda la usa para ganar popularidad, pero es cierto que esto le da un espacio enorme, porque toca la fibra más sentimental de los mexicanos". Según Riva, con la relación del presidente y su portavoz se daba una "dicotomía complicada" no sólo para el propio Fox, sino para los miembros de su gobierno. Al ser Sahagún vocera y novia del presidente "hacía que la relación profesional con la vocera saliera de los límites" habituales para cualquier otro funcionario. Por esta relación de confianza, la ahora esposa del presidente Fox había transgredido las reglas y "solía ponerse por encima del gabinete".
Desde hace un año Vicente Fox, era considerado como el "soltero más codiciado" del país, aunque su romance con su ahora ex vocera nació hace al menos cinco años. Ambos tuvieron matrimonios previos. Ella, con Manuel Bribriesca, con quien tuvo tres hijos. El presidente mexicano estuvo casado con Lilian de la Concha, con la que adoptó cuatro hijos. Ambas fueron relaciones muy largas, y se mantienen bajo estricta reserva. La relación de Fox con su vocera no ha estado al margen de aparentes discrepancias familiares, ya que el año pasado, Ana Cristina Fox, hija mayor del mandatario, narró al diario El Economista que en una reunión familiar su padre había hablado de que no pensaba casarse en el corto plazo. Entonces, la hija de Fox dijo que "la señora Martha Sahagún trabaja con mi padre. No somos amigas y eso es todo". Los cuatro hijos de Fox no asistieron a la boda porque se encuentran de vacaciones en Italia.
Fue tal la reserva respecto a la boda, que ni siquiera trascendió quiénes fueron los testigos del casamiento, a pesar de las diversas especulaciones que hizo la prensa mexicana. Como vocera, la ahora primera dama mexicana recibió tantos elogios como críticas. Y estas últimas sobre todo apuntaban a los problemas que se creaban en la relación con los otros miembros del gabinete de Fox. Por eso, algunos analistas consideran que Fox mató dos pájaros de un tiro. Por un lado, solucionó una relación que podría crearle serias criticas en un país de tan profundas bases católicas como es México. Por el otro, logró una elegante salida política, para enfrentar un conflicto con sus colaboradores que amenazaba con estallarle en la cara. Ahora, la flamante primera dama pasará a desempeñar otro cargo, la de presidenta del Sistema para Desarrollo Integral de la Familia, la función que tradicionalmente han ocupado las esposas de los mandatarios mexicanos.
En la residencia oficial de Los Pinos, y ante ese puñado de testigos, entre quienes sí habrían estado los hijos de la ahora primera dama mexicana, este ex gerente de Coca-Cola que llegó a la presidencia logrando lo que muchos interpretaron como una proeza política sin precedentes en su país, consiguió también poner fin a una controversia que se le estaba escapando de las manos. Fox, amante de los símbolos eligió esa fecha tan particular en su vida y en su carrera política, para unirse en matrimonio a esta mujer, con la que mantenía un más o menos discreto romance desde hacía cinco años, que había trascendido a los medios de prensa. Para ambos es su segundo matrimonio.
"Sólo véanme la cara de felicidad que traigo", dijo ayer el presidente, en su primera manifestación pública sobre la boda. Pero el tema excedió largamente el terreno de la vida personal del mandatario. El analista político y director del periódico independiente Milenio Diario, Raymundo Riva Palacio, dijo que "con Fox ya no se sabe si la boda la usa para ganar popularidad, pero es cierto que esto le da un espacio enorme, porque toca la fibra más sentimental de los mexicanos". Según Riva, con la relación del presidente y su portavoz se daba una "dicotomía complicada" no sólo para el propio Fox, sino para los miembros de su gobierno. Al ser Sahagún vocera y novia del presidente "hacía que la relación profesional con la vocera saliera de los límites" habituales para cualquier otro funcionario. Por esta relación de confianza, la ahora esposa del presidente Fox había transgredido las reglas y "solía ponerse por encima del gabinete".
Desde hace un año Vicente Fox, era considerado como el "soltero más codiciado" del país, aunque su romance con su ahora ex vocera nació hace al menos cinco años. Ambos tuvieron matrimonios previos. Ella, con Manuel Bribriesca, con quien tuvo tres hijos. El presidente mexicano estuvo casado con Lilian de la Concha, con la que adoptó cuatro hijos. Ambas fueron relaciones muy largas, y se mantienen bajo estricta reserva. La relación de Fox con su vocera no ha estado al margen de aparentes discrepancias familiares, ya que el año pasado, Ana Cristina Fox, hija mayor del mandatario, narró al diario El Economista que en una reunión familiar su padre había hablado de que no pensaba casarse en el corto plazo. Entonces, la hija de Fox dijo que "la señora Martha Sahagún trabaja con mi padre. No somos amigas y eso es todo". Los cuatro hijos de Fox no asistieron a la boda porque se encuentran de vacaciones en Italia.
Fue tal la reserva respecto a la boda, que ni siquiera trascendió quiénes fueron los testigos del casamiento, a pesar de las diversas especulaciones que hizo la prensa mexicana. Como vocera, la ahora primera dama mexicana recibió tantos elogios como críticas. Y estas últimas sobre todo apuntaban a los problemas que se creaban en la relación con los otros miembros del gabinete de Fox. Por eso, algunos analistas consideran que Fox mató dos pájaros de un tiro. Por un lado, solucionó una relación que podría crearle serias criticas en un país de tan profundas bases católicas como es México. Por el otro, logró una elegante salida política, para enfrentar un conflicto con sus colaboradores que amenazaba con estallarle en la cara. Ahora, la flamante primera dama pasará a desempeñar otro cargo, la de presidenta del Sistema para Desarrollo Integral de la Familia, la función que tradicionalmente han ocupado las esposas de los mandatarios mexicanos.
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