Editorial del diario "El Fundador" de Villa Gesell:
| 25 de Febrero de 2002 | 00:00

"Una noticia aislada, perdida en medio de anuncios y de titulares sobre los dramas y desencantos actuales, dispara como un resorte la posibilidad de crear un espacio de optimismo. En el diario regional "El Mensajero de la Costa", edición del 21 de febrero, se anuncia la instalación de una fábrica de calzados en la vecina ciudad de Madariaga. Se trata de un emprendimiento que pone en marcha máquinas en desuso, que desde hace años duermen el sueño de la improductividad en un país invadido por productos importados de todo tipo (buenos y malos, caros y regalados).
"La pregunta es: ¿se puede buscar algo positivo en medio de esta crisis? La misma palabra lo expresa: crisis tiene la connotación de cambio y el cambio trae siempre destrucción, pero también construcción. Este cambio cultural implica que tengamos la capacidad para confiar en nuestras fuerzas y trabajar para el bien común. Las nuevas condiciones de la economía permitirán, si es que todo no vuela en pedazos, iniciar un camino de reconstrucción.
"Cabe esperar que las autoridades nacionales avancen en un modelo que permita a los argentinos producir algo, generar la propia riqueza. Una economía abierta en forma desmedida no es posible sostenerla demasiado tiempo. Y así es que hoy, en todos los rubros, se vive un clima de desolación, desabastecimiento y abrupta suba de precios.
"Esta situación dispara también la viveza criolla, en su aspecto positivo. Comienzan a movilizarse fuerzas que estaban dormidas, como por ejemplo en el rubro de la computación ya se conocen iniciativas para fabricar algunos insumos en nuestro país. Tal vez con alguna calidad menor, o con materiales alternativos que pueden diferir de los importados, pero que permitirán acceder a los mismos desde nuestras posibilidades económicas.
"Claro que este proceso es largo y complejo, y tiene una etapa muy dolorosa que es la que comenzamos a vivir ahora. La transición de una economía a otra, con todas las secuelas que está dejando de desocupación y pobreza. Pequeñas noticias como la que comentamos al principio, aisladas por ahora, abren una lucecita de esperanza".
"La pregunta es: ¿se puede buscar algo positivo en medio de esta crisis? La misma palabra lo expresa: crisis tiene la connotación de cambio y el cambio trae siempre destrucción, pero también construcción. Este cambio cultural implica que tengamos la capacidad para confiar en nuestras fuerzas y trabajar para el bien común. Las nuevas condiciones de la economía permitirán, si es que todo no vuela en pedazos, iniciar un camino de reconstrucción.
"Cabe esperar que las autoridades nacionales avancen en un modelo que permita a los argentinos producir algo, generar la propia riqueza. Una economía abierta en forma desmedida no es posible sostenerla demasiado tiempo. Y así es que hoy, en todos los rubros, se vive un clima de desolación, desabastecimiento y abrupta suba de precios.
"Esta situación dispara también la viveza criolla, en su aspecto positivo. Comienzan a movilizarse fuerzas que estaban dormidas, como por ejemplo en el rubro de la computación ya se conocen iniciativas para fabricar algunos insumos en nuestro país. Tal vez con alguna calidad menor, o con materiales alternativos que pueden diferir de los importados, pero que permitirán acceder a los mismos desde nuestras posibilidades económicas.
"Claro que este proceso es largo y complejo, y tiene una etapa muy dolorosa que es la que comenzamos a vivir ahora. La transición de una economía a otra, con todas las secuelas que está dejando de desocupación y pobreza. Pequeñas noticias como la que comentamos al principio, aisladas por ahora, abren una lucecita de esperanza".
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