Llegan a nuestra ciudad los grandes inventos argentinos
Se inaugura hoy una muestra de patentes de inventos y el lunes especialistas de Naciones Unidas brindarán un seminario
| 1 de Agosto de 2002 | 00:00

"Francisco Florio llegó de Turín en el año 1900 cuando tenía 12 años, junto a su familia. Su padre, Antonio, había sido uno de los artesanos y constructores convocados por Dardo Rocha para levantar la ciudad. Había venido en 1884 o en el 85 para trabajar en los grandes edificios y en 1900 volvió a Turín para traer a su familia. Francisco se crió y educó en La Plata. Siendo muy joven y ya casado con otra descendiente directa de piamonteses como él, abrió una hojalatería muy grande en 10 entre 64 y 65, sobre una calle empedrada y a pocas cuadras de donde paraban los carros lecheros porque él les hacía los tarros. Era inquieto y observador. Así pudo inventar un recipiente para residuos hospitalarios en 1917, aprobado por Salud Pública y al año siguiente lo patentó. "Guardo toda la documentación y las imágenes de aquel tiempo", cuenta hoy con orgullo su nieto llamado como él, Francisco Florio. Su abuelo murió en 1942 y no alcanzó a conocerlo. Las fotos amarillentas de aquel recipiente especial para hospitales tomadas en 1917, los planos que explican su mecanismo y la documentación original forman parte de la muestra sobre inventos patentados en nuestro país que se inaugura hoy a las 19,30 en el Centro Islas Malvinas, 51 y 19, organizada por la Dirección de Propiedad Intelectual, Secretaría de Relaciones Institucionales de la Universidad Nacional de La Plata con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, dependiente de Naciones Unidas y el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial.
En la muestra se exhiben los planos y patentes de numerosos inventos, algunos célebres, pero también curiosidades. En las 360 mil invenciones inscriptas en el Registro Nacional de Patentes figuran desde la presentación de Ladislao Biró en 1940 de su bolígrafo, hasta la máquina para hacer llover del ingeniero Juan Baigorri Velar. Desde la Hesperidina patentada por Melville Bagley en 1866 -la primera inscripción del Registro-, hasta una forma de doblar un pañuelo. A una parte de esa riquísima documentación podrán acceder los platenses a partir de hoy en el Centro Malvinas.
Una de las curiosidades pero que muestran el avance de la ciencia nacional es el submarino de Ricaldoni, propuesto a consecuencia de los conflictos que se mantenían entonces con Chile. Y ese invento tiene conexión con nuestra ciudad porque Tebaldo Ricaldoni fue el organizador del Instituto de Física de la Universidad Nacional de La Plata. Este ingeniero, a instancias del gobierno nacional, comenzó el desarrollo de "una torpedera submarina", para que la Argentina tuviera predominio naval en el posible conflicto. El 14 de enero de 1893 presentó cálculos y planos al ministerio de Marina. El capitán Domecq García respaldó el proyecto, pero la comisión de análisis dijo que debía cumplir con los 17 puntos que solicitaba la marina norteamericana para desarrollarlo. Y no los cumplía porque el concepto de Ricaldoni era diferente. No obstante, tiempo después según cuentan sus descendientes, EE UU le ofreció una cifra importantísima de dinero que rechazó, porque ese invento era su ofrenda a su patria de adopción. Porque Tebaldo Ricaldoni era ingeniero ferroviario, en construcciones y civil. Fue el primer doctor en ingeniería graduado en el país y obtuvo "palmas académicas en Francia. Es responsable de muchos inventos, perfeccionó la vara del trolley para tranvías, mejoró la selectividad y potencia de la radiofonía, una boya de rescate y un sistema de purificación de aire para los submarinos de guerra. Inventó también un arma poderosísima de la que sólo se conoce como "pincel de fuego", ya que él al ver su poder destructivo la desguazó y se conjuró con sus colaboradores para no revelar jamás el secreto. Murió en 1922 a causa de afecciones sufridas por sus experiencias con el radium. La muestra también rinde tributo a estos hombres que ya homenajeara Roberto Arlt en una de sus célebres Aguafuertes Porteñas.
Esta muestra es el marco de un seminario organizado por las mismas instituciones, que se desarrollará el 5 y el 6 de agosto. En el mismo hablarán especialistas de Naciones Unidas en el tema. La inscripción para el seminario se realizará hasta mañana en la Dirección de Propiedad Intelectual, secretaría de Relaciones Institucionales de la UNLP, calle 7 Nº 776, primer piso, oficina 26 bis, de 9 a 13.
En la muestra se exhiben los planos y patentes de numerosos inventos, algunos célebres, pero también curiosidades. En las 360 mil invenciones inscriptas en el Registro Nacional de Patentes figuran desde la presentación de Ladislao Biró en 1940 de su bolígrafo, hasta la máquina para hacer llover del ingeniero Juan Baigorri Velar. Desde la Hesperidina patentada por Melville Bagley en 1866 -la primera inscripción del Registro-, hasta una forma de doblar un pañuelo. A una parte de esa riquísima documentación podrán acceder los platenses a partir de hoy en el Centro Malvinas.
Una de las curiosidades pero que muestran el avance de la ciencia nacional es el submarino de Ricaldoni, propuesto a consecuencia de los conflictos que se mantenían entonces con Chile. Y ese invento tiene conexión con nuestra ciudad porque Tebaldo Ricaldoni fue el organizador del Instituto de Física de la Universidad Nacional de La Plata. Este ingeniero, a instancias del gobierno nacional, comenzó el desarrollo de "una torpedera submarina", para que la Argentina tuviera predominio naval en el posible conflicto. El 14 de enero de 1893 presentó cálculos y planos al ministerio de Marina. El capitán Domecq García respaldó el proyecto, pero la comisión de análisis dijo que debía cumplir con los 17 puntos que solicitaba la marina norteamericana para desarrollarlo. Y no los cumplía porque el concepto de Ricaldoni era diferente. No obstante, tiempo después según cuentan sus descendientes, EE UU le ofreció una cifra importantísima de dinero que rechazó, porque ese invento era su ofrenda a su patria de adopción. Porque Tebaldo Ricaldoni era ingeniero ferroviario, en construcciones y civil. Fue el primer doctor en ingeniería graduado en el país y obtuvo "palmas académicas en Francia. Es responsable de muchos inventos, perfeccionó la vara del trolley para tranvías, mejoró la selectividad y potencia de la radiofonía, una boya de rescate y un sistema de purificación de aire para los submarinos de guerra. Inventó también un arma poderosísima de la que sólo se conoce como "pincel de fuego", ya que él al ver su poder destructivo la desguazó y se conjuró con sus colaboradores para no revelar jamás el secreto. Murió en 1922 a causa de afecciones sufridas por sus experiencias con el radium. La muestra también rinde tributo a estos hombres que ya homenajeara Roberto Arlt en una de sus célebres Aguafuertes Porteñas.
Esta muestra es el marco de un seminario organizado por las mismas instituciones, que se desarrollará el 5 y el 6 de agosto. En el mismo hablarán especialistas de Naciones Unidas en el tema. La inscripción para el seminario se realizará hasta mañana en la Dirección de Propiedad Intelectual, secretaría de Relaciones Institucionales de la UNLP, calle 7 Nº 776, primer piso, oficina 26 bis, de 9 a 13.
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