Estremece otro crimen policial

El cadáver del joven Ezequiel Demonty, que hace una semana fue obligado por policías de la Federal a arrojarse al Riachuelo, fue hallado ayer flotando a la altura del puente Presidente Victorino de la Plaza, y uno de los efectivos habría confesado que un oficial fue el responsable directo del crimen.
El hallazgo del cuerpo causó ayer estupor en la opinión pública, a punto tal que el propio jefe de la Policía Federal, comisario general Roberto Giacomino, calificó de "traidores", "enemigos" y "delincuentes", a los policías responsables del crimen. Por su presunta participación en el hecho hay diez uniformados detenidos.
En tanto, Dolores Ingambam, madre de Ezequiel, consideró que los responsables del asesinato fueron hombres y no la Policía Federal. "Son seres humanos, acá el que falló fue el hombre, no el uniforme. Lamentablemente el hombre que falló tenía un uniforme", dijo.
Pero el defensor adjunto de la Defensoría del Pueblo porteña, Gustavo Lesbegueris, sostuvo que "lamentablemente en la zona del Bajo Flores, en la zona oeste y sur de la ciudad, son prácticas que sabemos que existen, pero que son muy difíciles de conseguir que se denuncien".

CONFESION
El hallazgo se produjo ayer por la mañana, horas después de que un sargento de la Policía Federal se quebrara ante la justicia porteña y acusara al jefe del servicio externo de la comisaría 34º, oficial subinspector Gastón Somohano, como el presunto responsable directo del crimen, dijo una fuente de la Defensoría del Pueblo.
Según esa declaración, Somohano, hijo del ex jefe de la Policía bonaerense entre 1990 y 1991, comisario general Osvaldo Somohano, fue quien supuestamente ordenó llevar a tres chicos al Riachuelo y quien los habría obligado a que se zambullan en el agua. Dos salieron, pero Ezequiel no lo logró.
La declaración del sargento fue corroborada posteriormente por la jueza porteña María Cristina Bértola con otros tres policías, quienes habrían acusado a Somohano de llevar la "voz cantante" y habrían admitido que nadie le discutió la orden, según informaron fuentes del caso.
Por tal motivo, la magistrada, que instruye la causa junto al fiscal Marcelo Romá, dispuso ayer que dos oficiales -entre ellos Somohano- y ocho suboficiales quedaran detenidos, mientras otros dos policías que se encontraban en la comisaría 34º esa noche recuperaron su libertad.
El jefe del Destacamento La Boca de la Prefectura, prefecto Hugo Zabala, indicó que el cuerpo de Ezequiel fue hallado cuando uno de sus botes de goma "se dirigía desde Vuelta de Rocha hasta el Puente Uriburu, donde se focalizaba la búsqueda".
El hallazgo se logró mientras 12 policías estaba arrestados en forma preventiva por disposición de la propia Policía Federal, sospechados de detener en forma ilegal a los tres chicos, golpearlos y obligarlos a cruzar a nado el Riachuelo, durante la madrugada del pasado sábado 14, en el barrio porteño de Nueva Pompeya.
Como se sabe, dos de los chicos lograron salir del Riachuelo, pero Demonty, de 19 años, desapareció en las contaminadas aguas hasta que ayer, luego de siete días, su cuerpo fue hallado en estado de descomposición.
La confesión de uno de los policías que patrulló durante esa madrugada había tomado anteanoche por sorpresa al fiscal Romá, ya que los dos compañeros del policía que declararon antes que él, negaron el hecho.
El suboficial declaraba como testigo y, tras una serie de preguntas, se "quebró" y reconoció que participó en el operativo de detención ilegal llevado a cabo por tres o cuatro patrulleros durante aquella madrugada.
Cuando el policía confesó, el fiscal Romá ordenó que no continúe declarando como testigo, ya que podía autoincriminarse. Su testimonio fue suficiente para remitirle el expediente a la jueza Bértola y solicitar la detención e indagatoria de doce policías, aunque dos de ellos finalmente quedaron en libertad por orden de la magistrada.
Se trata de los 10 suboficiales que estaban de guardia en los patrulleros y de dos oficiales encargados del servicio de calle y de comisaría aquella noche.
En la fiscalía declaró también una testigo que dijo haber visto cómo entre tres y cuatro patrulleros detenían a tres chicos. Se trata de un testimonio clave, ya que apoya la versión que dieron los dos amigos de Demonty.

ANTECEDENTES DEL CASO
Ezequiel Demonty y dos amigos -de 14 y 18 años- fueron a bailar el viernes 13 de setiembre por la noche a la bailanta "Peñambí" del barrio de Constitución.
Al salir del baile en horas de la madrugada del sábado pasado, regresaron al denominado Barrio Illia, en Nueva Pompeya, donde vive la familia de Ezequiel. El joven decidió acompañar a sus dos amigos hasta una remisería de avenida Cruz y pasaje La Constanza.
Según relataron ante el fiscal Romá los dos amigos de Ezequiel, cuando tocaron el timbre de la remisería irrumpieron tres patrulleros de la comisaría 43 y los policías los obligaron a tirarse al piso, los golpearon y los llevaron hasta la orilla del Riachuelo.
En el Puente Presidente Uriburu -también conocido como Puente Alsina-, les preguntaron "¿saben nadar?" y, ante la respuesta afirmativa, los obligaron a que cruzaran el Riachuelo a nado. Sus dos amigos pudieron salir, pero Demonty desapareció.