Siete muertos, dos desaparecidos en la peor tragedia de Bariloche

Intensa búsqueda de los estudiantes no hallados aún. Escenas desgarradores de familiares y compañeros

La avalancha en el cerro Ventana, en San Carlos de Bariloche, que provocó siete muertos, dos desaparecidos y seis heridos de un contingente de estudiantes universitarios de Educación Física, constituye la peor tragedia de montaña registrada en la región.
Como se informó ampliamente en nuestra edición de ayer, la tragedia ocurrió el domingo a la tarde. Todo había comenzado el sábado, cuando a las 9 dos contingentes de 36 y 37 alumnos, a cargo del instructor Andrés Lamuniere, salieron hacia el cerro Ventana para realizar una práctica habitual para la cátedra Caminatas de Montaña, informaron fuentes de la Universidad.
El cerro está a unos 12 kilómetros al sur de la ciudad, y su ladera norte, donde ocurrió el accidente, llega hasta el barrio El Pilar II, en el extremo sur del ejido barilochense.
A las 16 de ese día llegaron al sitio en donde instalarían un campamento para pernoctar y realizar las tareas prácticas de la materia, en la zona del vivac (refugio precario para una escala o una emergencia) "El Horrible".
El domingo, los estudiantes continuaron con las tareas planificadas en la cima del Ventana y, a las 16, emprendieron el regreso a la ciudad, en primer término el grupo "A", seguido por el "B".
Cerca de las 16,30 el primero de los grupos atravesó sin problemas un filo de oeste a este, a unos 1.700 metros de altura sobre el nivel del mar, donde había abundante nieve acumulada, indicaron las fuentes.
A las 16,45, el "B" intentó atravesar el mismo desfiladero cuando la base de nieve sobre la que caminaban (llamada placa) se quebró y dio origen a la avalancha.
Toneladas de nieve cayeron en forma zigzagueante por un cañadón de unos 300 metros de desnivel (muy abrupto) y unos 900 metros de largo, arrastrando a 14 alumnos y el instructor Lamuniere barranca abajo.
Mientras Lamuniere y otros cinco chicos lograron escapar del alud de nieve y piedras, los otros nueve estudiantes resultaron literalmente sepultados por la avalancha, que según el sector tuvo entre 8 y 10 metros de profundidad.
El instructor, con golpes en todo el cuerpo, logró comunicarse con la Comisión de Auxilio (CAX) del Club Andino Bariloche, que de inmediato dispuso un operativo de rescate, indicaron miembros del primer grupo y de socorristas que recibieron el llamado.
En pocas horas, se sumaron al dispositivo expertos de montaña del Ski Club Bariloche, Gendarmería, el Ejército, las empresas Alta Patagonia y Robles Catedral (concesionarias de explotación del cerro Catedral), Parques Nacionales y la policía rionegrina, entre otros.
En total, unas 60 personas se acercaron al lugar de la avalancha, la mayoría de las cuales se concentró en la típica tarea de "barrido" de la avalancha, con largas sondas que se clavan en la nieve en busca de las personas desaparecidas.
Se trata de una técnica minuciosa, en la que los socorristas caminan paso a paso y hombro a hombro, para no dejar ni un centímetro de terreno sin sondear, mediante la cual hallaron seis cuerpos hasta las 4 de ayer y, a las 11, apareció el séptimo.
Antes habían evacuado del lugar a los sobrevivientes, quienes fueron internados en el Hospital Privado Regional y la Clínica San Carlos, y están fuera de peligro.
Los alumnos fallecidos son Martín Lemos, Gimena López, Adrián Mercado, Mario Tapia, Antonio Díaz y Fabricio Vaccari, de Río Negro, y Paolo Marchello, de la provincia de Buenos Aires.
Los desaparecidos son Roberto Montero, de Neuquén, y Gimena Padín, de Río Negro, y están fuera de peligro Juan Carlos Antuña Nicolás Lemos Senillosa, Nicolás Olmedo, Gustavo Vega y Maxi Warnes.
En la ciudad, el drama tuvo dos epicentros: Uno fue la sede del Club Andino Bariloche (CAB), donde se concentraba la información y la coordinación del operativo, y el otro la sede del Centro Regional Universitario (CRUB) de la Universidad Nacional del Comahue.
En el CAB se instalaron, en una angustiosa vigilia, los familiares de los desaparecidos, mientras que al CRUB fueron los sobrevivientes y sus compañeros, además de otros familiares, quienes contaron allí con un operativo de asistencia psicológica dispuesto por la Universidad.
Desde las primeras horas de ayer, mientras los socorristas continuaban con la búsqueda en la montaña, sin interrupción, el CRUB siguió concentrando a cientos de personas.
Ayer a la tarde, la perspectiva de los socorristas no era optimista en cuanto a los dos desaparecidos, ya que si bien no perdieron esperanza de encontrarlos con vida, el paso de más de 24 horas desde que resultaron tapados por la avalancha reduce las expectativas favorables.
Escuelas y organismos públicos de Bariloche decretaron un asueto de dos días, que será más largo en la Universidad, donde será velado al menos uno de los chicos muertos.
La causa quedó a cargo del juez federal de Bariloche, Leónidas Moldes, quien no autorizó aún la entrega de los cadáveres a sus deudos.

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