Las computadoras que persiguen criminales

Antes de ejecutar a su víctima el asesino había bebido un generoso vaso de cerveza fresca. Sus huellas digitales quedaron impregnadas en el vidrio, todavía humedecido. Pero esas marcas no pertenecían a ninguna persona con antecedentes policiales en territorio bonaerense. La búsqueda, entonces, podía durar largos meses en la intrincada madeja de burocracia judicial y policial.

Como dice un refrán popular en el ambiente de los investigadores, "tiempo que pasa, verdad que huye" y hasta antes de 2000 ese asesino hubiese tenido grandes chances de quedar impune, pero en los últimos tres años el Sistema de Investigaciones Criminalísticas de la Policía Judicial bonaerense ha conseguido poner un retén a la impunidad. Su novedoso sistema informático ha permitido en este tiempo identificar al 12 % de los autores de homicidios y al 37% de los participantes en secuestros extorsivos ocurridos hasta la fecha.


INTERES INTERNACIONAL

El SIC funciona en un sótano al que se accede por los laberínticos pasillos de lo que alguna vez fue el edificio de Vialidad provincial, en 7 y 56, donde hoy funcionan las Fiscalías. Con viejas computadoras recuperadas del desuso y con escaso personal -en el que se incluyen meritorios que hace tres años no cobran sueldo- el organismo, que depende de la Procuración General de la Corte Bonaerense, ha conseguido captar el interés de las policías de Francia, Brasil, Italia, Chile, Uruguay y Costa Rica, entre otros países que en los últimos meses han enviado representantes para que, en ese sótano, se los instruya en el funcionamiento del sistema.

Hasta la implementación del sistema -que no ha sido oficialmente bautizado aunque su nombre original es Delta- la identificación de un sospechoso por sus huellas digitales y la posibilidad de establecer sus antecedentes podía demorar meses, después de recorrer un largo y polvoriento camino de oficios, correos, expedientes perdidos o directamente nunca contestados por el destinatario.

La clave del sistema desarrollado por peritos y abogados investigadores de la Procuración se basa, a grandes rasgos, en que permite relacionar, en poco más de tres minutos, los datos sobre huellas digitales, características antropométricas, tatuajes, formas de delinquir y otras variables delictuales contendidas en las bases de datos de una decena de organismos de seguridad desde el Servicio Penitenciario hasta la Policía Federal pasando por Migraciones, Gendarmería y hasta la Interpol. "Antes, para saber quién era realmente el sospechoso al que estaba investigando, un fiscal tenía que mandar oficios a todas esas instituciones y rezar para que se los contestaran lo más rápido posible. Ahora entra a nuestra página de Internet -de acceso restringido- y ahí tiene toda la información. Ha ocurrido muchas veces que un fiscal, después de seis meses, se enteraba que un sospechoso tenía varios crímenes en su haber", señala Jorge Amorín, jefe de la Policía Judicial, que a manera de anécdota cuenta que uno de los llamados 'Doce Apóstoles', el grupo que protagonizó el sangriento motín de Sierra Chica en 1996, figuraba como "sin antecedentes" en un informe que, por otra causa, había pedido a la policía bonaerense un fiscal de Lomas de Zamora. El detenido era el que, según los investigadores de aquel motín, jugaba al fútbol con la cabeza del interno Agapito Lencina, después de haberlo decapitado.


HUELLAS PALMARES

El sistema -que incluye la confección digital de identikits-, según se explicó, avanza hacia mayores niveles de excelencia y, en ese marco, Amorín reveló que se está armando un archivo de huellas palmares que sería el primero en toda Latinoamérica. "En el 40% de las escenas criminales se encuentran, además de huellas digitales, huellas palmares. Por eso creemos fundamental tener un sistema que nos permita identificar sospechosos de acuerdo con esos rastros", explica Amorín que, como sus colegas, sueña con poder armar una "gran base nacional de datos criminales" con los archivos de las policías de todas las provincias argentinas. "Mucho no se necesita, lo más importante ya está hecho", apunta Fabián Díaz, uno de los expertos que trabajan en el SIC.

Del diario contacto con la información procesada, los peritos del SIC manejan datos estadísticos que se van actualizando y que se integran a la base de informaciones criminalísticas. Así por ejemplo, revelan que el 80% de los extranjeros que han sido alguna vez procesados por delitos ingresaron ilegalmente al país. "Estamos por concretar un convenio con Migraciones para que ellos puedan recibir esa información on line y decidir, ya que está en sus facultades, las detenciones o deportaciones que correspondan", señalan el prosecretario Daniel Guimil y el analista e instructor informático, Luis Echarren.

"El sistema aumentó notablemente las posibilidades de identificación de huellas digitales por sobre el tradicional de búsqueda con lupa que usan los peritos de rastros en las escenas del crimen. Muchas veces una huella que a lupa casi no se puede 'leer' al entrar en nuestro sistema nos permite identificar a su dueño", explican.

La utilización de estas nuevas técnicas de manejo de información criminalística ha servido para esclarecer, entre otros hechos, numerosos secuestros extorsivos y, recientemente, el audaz robo a la joyería de 8 y 47, ocurrido hace pocas semanas. Por estas horas, en el SIC estudian las huellas de un sospechoso de haber participado en el secuestro y asesinato del joven Bloomberg, según se reveló.

El novedoso sistema no reemplaza al gran descubrimiento al que Juan Vucetich arribó en 1891, siguiendo las investigaciones truncas del inglés Francis Galton, sino que lo optimiza y lo hace aún más valioso. "Si Vucetich pudiese ver esto, se sentiría en el paraíso", imaginan en el SIC.


HIPOLITO SANZONE