La cría de chinchillas: un verdadero "boom" platense
Productores de la Región exportaron a Europa pieles valuadas en 100.000 dólares
| 28 de Agosto de 2005 | 00:00
La Plata exporta la segunda piel más fina y cara del mundo, apenas superada en su valor por una rara especie -la marta cibelina- que sólo se produce en Rusia. La Cooperativa de Chinchillas Rioplatenses, localizada en Los Hornos, acaba de vender a España e Italia 4.500 piezas valuadas en 100.000 dólares, una operación con el mercado exterior considerada récord en la Región.
En octubre próximo empresarios de esos países volverán por más. "Se llevan todo", afirman los productores de la zona. El boom en la cría local de este pequeño animal de la familia del conejo y originario de la zona andina comenzó a principios de 2002 favorecida por el aumento en el precio del dólar, y pegó otro salto en el interés de Europa cuando el euro se fortaleció.
La chinchilla puede producirse en cualquier parte del mundo porque, según indican los expertos, su cría en cautiverio y sólo requiere como condición que el ambiente no exceda los 30 grados de temperatura, algo que en las zonas cálidas se controla con la instalación de un equipo de aire acondicionado. El crecimiento en la exportación se explica porque, por cuestión de costos, a los empresarios europeos les conviene comprar y no producir. "Ellos deberían criar en euros y vender en euros, en cambio nosotros criamos en pesos y vendemos en dólares o euros", señala Alberto Sette, uno de los criadores nucleados en la Cooperativa de 137 y 87.
El predio de Los Hornos tiene 2.500 animales y de acuerdo a la estimación de los productores locales el mercado da para mucho más, pues la demanda mundial es muy superior a la oferta global. "Se necesitaría un millón de pieles para cubrir toda la demanda", calculan, y en ese sentido se añade que en la Argentina -segundo productor del mundo, después de los países del Este europeo- se crían 30.000 pieles anuales.
Por otra parte, debido al valor de las prendas de chinchilla en nuestro país su comercialización prácticamente no existe. El precio de un sacón oscila entre los 30.000 y 40.000 dólares. Los consumidores con posibilidades de tal adquisición están en Francia, Italia, España, Alemania, Japón y Estados Unidos.
Quienes conocen el negocio aseguran que el actual mercado está exigiendo la apertura de nuevos criaderos, pues cada vez hay más gente de mayor poder adquisitivo en países antes inexistentes en ese sentido, como China y Rusia.
El precio de la chinchilla está vinculado más a la calidad de la piel que al costo de producción, aunque también influye en su cotización el largo período gestacional del animal, que tarda 111 días en dar a luz a entre una y cuatro crías. Según precisa Sette "la producción es sencilla y el proceso, que va desde el nacimiento hasta la edad de diez meses, no sale más que 5 dólares. La piel está valorizada por su suavidad, ya que es muy tupida, y sobre todo, porque es de las más livianas. Un tapado de chinchilla pesa 3 kilos, contra uno de zorro, visón o nutria, que llegan hasta los 7 kilos".
A raíz del crecimiento de la actividad se aprobó en La Plata una ordenanza que la regula, ya que hasta hace un tiempo los productores de chinchillas se veían limitados por normativas que regían para otras crías, como pollos y conejos. "Eso nos traía muchísimos problemas. Sobre todo porque la cría de chinchilla es muy especial, ya que es un animal que no ocupa lugar ni provoca olor, lo que permite que se críe en cualquier lugar", agrega otro de los productores de la Cooperativa, Osvaldo Villalba.
En octubre próximo empresarios de esos países volverán por más. "Se llevan todo", afirman los productores de la zona. El boom en la cría local de este pequeño animal de la familia del conejo y originario de la zona andina comenzó a principios de 2002 favorecida por el aumento en el precio del dólar, y pegó otro salto en el interés de Europa cuando el euro se fortaleció.
La chinchilla puede producirse en cualquier parte del mundo porque, según indican los expertos, su cría en cautiverio y sólo requiere como condición que el ambiente no exceda los 30 grados de temperatura, algo que en las zonas cálidas se controla con la instalación de un equipo de aire acondicionado. El crecimiento en la exportación se explica porque, por cuestión de costos, a los empresarios europeos les conviene comprar y no producir. "Ellos deberían criar en euros y vender en euros, en cambio nosotros criamos en pesos y vendemos en dólares o euros", señala Alberto Sette, uno de los criadores nucleados en la Cooperativa de 137 y 87.
El predio de Los Hornos tiene 2.500 animales y de acuerdo a la estimación de los productores locales el mercado da para mucho más, pues la demanda mundial es muy superior a la oferta global. "Se necesitaría un millón de pieles para cubrir toda la demanda", calculan, y en ese sentido se añade que en la Argentina -segundo productor del mundo, después de los países del Este europeo- se crían 30.000 pieles anuales.
Por otra parte, debido al valor de las prendas de chinchilla en nuestro país su comercialización prácticamente no existe. El precio de un sacón oscila entre los 30.000 y 40.000 dólares. Los consumidores con posibilidades de tal adquisición están en Francia, Italia, España, Alemania, Japón y Estados Unidos.
Quienes conocen el negocio aseguran que el actual mercado está exigiendo la apertura de nuevos criaderos, pues cada vez hay más gente de mayor poder adquisitivo en países antes inexistentes en ese sentido, como China y Rusia.
El precio de la chinchilla está vinculado más a la calidad de la piel que al costo de producción, aunque también influye en su cotización el largo período gestacional del animal, que tarda 111 días en dar a luz a entre una y cuatro crías. Según precisa Sette "la producción es sencilla y el proceso, que va desde el nacimiento hasta la edad de diez meses, no sale más que 5 dólares. La piel está valorizada por su suavidad, ya que es muy tupida, y sobre todo, porque es de las más livianas. Un tapado de chinchilla pesa 3 kilos, contra uno de zorro, visón o nutria, que llegan hasta los 7 kilos".
A raíz del crecimiento de la actividad se aprobó en La Plata una ordenanza que la regula, ya que hasta hace un tiempo los productores de chinchillas se veían limitados por normativas que regían para otras crías, como pollos y conejos. "Eso nos traía muchísimos problemas. Sobre todo porque la cría de chinchilla es muy especial, ya que es un animal que no ocupa lugar ni provoca olor, lo que permite que se críe en cualquier lugar", agrega otro de los productores de la Cooperativa, Osvaldo Villalba.
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