Auge en España de las bodas por conveniencia
El diario El País describe el fenómeno y cuenta que se ha extendido mucho a través de internet
| 15 de Octubre de 2007 | 00:00

"Deseo encontrar a un hombre que se case por conveniencia. Le pagaré por este favor. No soy gay. Soy peruano y quiero trabajar". "Hola. Somos una pareja española que quiere casarse con gente sin papeles. Pedimos seriedad". "Busco dama española para casamiento. Pago 4.000 euros y viaje a Colombia". "Por necesidad, busco a una extranjera que quiera arreglar sus papeles a cambio de dinero. No pido sexo".
Internet está plagado de anuncios como éstos. Así lo describe un artículo publicado por el diario español El País, firmado por Jesús García. Y explica cómo funciona el sistema: el interesado anota su dirección de messenger o un número de móvil y espera. A los pocos días habrá recibido decenas de ofertas. En los enlaces por conveniencia, uno de los contrayentes -el español- busca un sobresueldo fácil: puede ganar sin despeinarse entre 3.000 y 12.000 euros. El otro -el inmigrante- persigue una vía rápida para regularizar su situación en España: una vez consumado el matrimonio, obtiene el permiso de residencia y, al cabo de un año, la nacionalidad. Puro intercambio mercantil.
El fraude existe desde hace años. Pero la Red -inmediata, subterránea y anónima- lo ha multiplicado, explica el artículo de El País. Aunque no hay datos oficiales, los casos conocidos "son sólo la punta del iceberg de una práctica extendida", ha dicho el comisario jefe de Extranjería en Barcelona, José María Hidalgo. Casarse sin amor y sin intención alguna de convivir no es delito. Sí lo es, en cambio, una boda que "va a favorecer la inmigración ilegal", subraya Hidalgo.
En Argentina, el fenómeno todavía no ha cobrado entidad. Al menos no se conocen cifras ni casos concretos de ofertas de matrimonios por conveniencia a través de Internet. Pero la red lo globaliza todo. De manera que ya se puede hablar de un fenómeno que involucra a nuestro país y que muestra una faceta particular de la extendida modalidad de los noviazgos y casamientos que empiezan en internet.
En España han descubierto que detrás de muchas de estas bodas por conveniencia hay una red organizada. Por lo pronto, ya han desarticulado en el último año dos en Barcelona. Las sospechas saltan cuando el divorcio es inmediato. O cuando la pareja es incapaz de responder, durante un cuestionario previo, algo tan sencillo como "dónde se conocieron".
Los casamientos por conveniencia no son, por cierto, una completa novedad. Sin contar los antecedentes históricos -hace siglos eran más comunes que los casamientos por amor-, hay que decir que en muchos países desarrollados se impusieron hace tiempo como una forma de obtener la ciudadanía o "los papeles" para superar la condición de inmigrante ilegal. Hay una película, incluso, que retrata ese fenómeno en tono de comedia. Se llama "Green card" (la tarjeta para residir legalmente en Estados Unidos) y es protagonizada por Gerard Depardieu.
Lo que parece haber hecho internet es ampliar ese fenómeno hasta límites insospechados.
No siempre media el interés económico. También hay quien lo hace por solidaridad. O quien, muy a su pesar, se enamora. Por lo general -dice el artículo de El País-, se trata de un español de edad avanzada que se encapricha con una joven extranjera y guapa y se ve abandonado y solo a los pocos días de jurar amor eterno. La policía emplea un nombre muy elocuente para este tipo de enlaces, que también crecen al abrigo de Internet: matrimonios "de amor engañoso".
Internet está plagado de anuncios como éstos. Así lo describe un artículo publicado por el diario español El País, firmado por Jesús García. Y explica cómo funciona el sistema: el interesado anota su dirección de messenger o un número de móvil y espera. A los pocos días habrá recibido decenas de ofertas. En los enlaces por conveniencia, uno de los contrayentes -el español- busca un sobresueldo fácil: puede ganar sin despeinarse entre 3.000 y 12.000 euros. El otro -el inmigrante- persigue una vía rápida para regularizar su situación en España: una vez consumado el matrimonio, obtiene el permiso de residencia y, al cabo de un año, la nacionalidad. Puro intercambio mercantil.
El fraude existe desde hace años. Pero la Red -inmediata, subterránea y anónima- lo ha multiplicado, explica el artículo de El País. Aunque no hay datos oficiales, los casos conocidos "son sólo la punta del iceberg de una práctica extendida", ha dicho el comisario jefe de Extranjería en Barcelona, José María Hidalgo. Casarse sin amor y sin intención alguna de convivir no es delito. Sí lo es, en cambio, una boda que "va a favorecer la inmigración ilegal", subraya Hidalgo.
En Argentina, el fenómeno todavía no ha cobrado entidad. Al menos no se conocen cifras ni casos concretos de ofertas de matrimonios por conveniencia a través de Internet. Pero la red lo globaliza todo. De manera que ya se puede hablar de un fenómeno que involucra a nuestro país y que muestra una faceta particular de la extendida modalidad de los noviazgos y casamientos que empiezan en internet.
En España han descubierto que detrás de muchas de estas bodas por conveniencia hay una red organizada. Por lo pronto, ya han desarticulado en el último año dos en Barcelona. Las sospechas saltan cuando el divorcio es inmediato. O cuando la pareja es incapaz de responder, durante un cuestionario previo, algo tan sencillo como "dónde se conocieron".
Los casamientos por conveniencia no son, por cierto, una completa novedad. Sin contar los antecedentes históricos -hace siglos eran más comunes que los casamientos por amor-, hay que decir que en muchos países desarrollados se impusieron hace tiempo como una forma de obtener la ciudadanía o "los papeles" para superar la condición de inmigrante ilegal. Hay una película, incluso, que retrata ese fenómeno en tono de comedia. Se llama "Green card" (la tarjeta para residir legalmente en Estados Unidos) y es protagonizada por Gerard Depardieu.
Lo que parece haber hecho internet es ampliar ese fenómeno hasta límites insospechados.
No siempre media el interés económico. También hay quien lo hace por solidaridad. O quien, muy a su pesar, se enamora. Por lo general -dice el artículo de El País-, se trata de un español de edad avanzada que se encapricha con una joven extranjera y guapa y se ve abandonado y solo a los pocos días de jurar amor eterno. La policía emplea un nombre muy elocuente para este tipo de enlaces, que también crecen al abrigo de Internet: matrimonios "de amor engañoso".
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