Holanda no sabe cómo combatir daños del "turismo de la droga"

Es que miles de extranjeros llegan de todas partes del mundo a realizar sus compras. Por incidentes, tuvieron que prohibir la venta y el cultivo de champignones alucinógenos


Los alcaldes holandeses tienen previsto reunirse el viernes en Almere, al noreste de Amsterdam, para denunciar el aumento de los perjuicios causados por los llamados "turistas de la droga", es decir, los extranjeros que acuden a Holanda para comprar cannabis.

El encuentro, organizado por la Asociación de Municipios Holandeses (VNG), permitirá analizar "los puntos negros" de la situación para presentarlos a los ministerios del Interior, Justicia y Sanidad, según un comunicado publicado el lunes por la VNG.

Unos 30 municipios ya se inscribieron para participar en la reunión, indicó un portavoz de la asociación. El encuentro fue organizado tras el anuncio realizado por dos localidades del sur de Holanda cercanas a la frontera del cierre, a partir del 1º de febrero de 2009, de sus cafés con licencia para vender cannabis.

Los alcaldes de ambas localidades -que registran una afluencia masiva de belgas y franceses que acuden a comprar droga- explicaron que los 25.000 visitantes extranjeros que anualmente atraen sus cafés tienen "un efecto negativo importante en el orden público".

El gobierno holandés anunció la semana pasada la prohibición de la venta y el cultivo de champiñones alucinógenos -que consumen sobre todo los turistas que visitan Amsterdam- a partir del 1º de diciembre, tras una serie de incidentes.

Según los medios holandeses, algunos partidos políticos del país, como el partido Laborista PvdA, miembro de la coalición gubernamental, están cada vez más divididos sobre su apoyo a la política de tolerancia del cannabis.

El partido democristiano CDA, que también está en el poder, siempre se ha mostrado crítico con esa política, que autoriza la venta de cinco gramos de cannabis por día y persona en los cafés.

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