Internan a Yiya Murano y denuncian que quiso envenenar a su familia

La hija de su nuevo esposo se sintió mal y decidió llevarla a un geriátrico

Los familiares de Yiya Murano, condenada por la Justicia por la muerte de tres mujeres intoxicadas tras haber ingerido cianuro, decidieron internar a la anciana en un geriátrico porque sospechan que intentó envenenarlos.

La suerte de la anciana, conocida como la "envenenadora de Monserrat", cambió hace unos meses cuando su tercer marido y su hijastra la obligaron a abandonar la residencia que compartían, en el barrio porteño de La Boca, y la recluyeron en un geriátrico de Caballito.

Julia Banin sospechó de su madrastra, de 76 años, cuando empezó a sentir fuertes dolores de estómago, mareos y vómitos tras haber comido fideos con manteca e ingerido las tazas de té que ella le preparaba. En esa condición, alegó, haber permanecido durante dos semanas.

"Pudo haber sido paranoia o un estado de psicosis, pero temí lo peor. Creí que me estaba envenenando a mí y a mi viejo, quien tuvo neumonía, pero no tengo pruebas y no me animé a denunciarla. Nunca en mi vida me había sentido tan mal", contó Julia, en declaraciones periodísticas.

Atemorizados

Julia contó que el traslado de Yiya fue consensuado con su padre, Julio Banin. Además de los repentinos malestares estomacales, otro incidente la llevó a dudar de la mujer: el robo del cintillo de oro que le había regalado su madre fallecida.

"Me encariñé con ella porque me cuidó y me ayudó muchas veces. No creí que fuera una criminal, pero cuando se golpeó la cabeza empezó a tratarnos mal. Un psiquiatra dijo que era peligrosa y la verdad es que no podíamos dormir tranquilos", agregó la joven.

Niega las acusaciones

Por su parte, Yiya rechazó las sospechas y sostuvo que "lo único que falta es que me quieran meter más muertos. Déjense de embromar. Nunca envenené a nadie. Soy inocente y niego todo tipo de acusación".

Desde su nueva residencia explicó que "me fui de mi casa pero por otro problema. Extraño mucho a mi marido Julito y no me pienso divorciar. Estoy cansada de ser sirvienta de la gente".

La excarcelación

María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, el verdadero nombre de Yiya, fue condenada a prisión perpetua por los homicidios de tres amigas ocurridos entre el 11 de febrero y el 24 de marzo de 1979. Según la justicia, las tres mujeres fueron envenenadas con cianuro cuando habían sido invitadas a tomar el té con masas en la casa de la acusada.

Una decisión del ex presidente Carlos Menem la ayudó a recuperar la libertad: en 1993 conmutó la pena de cadena perpetua por 25 años de prisión. Ella le había escrito una carta desde su celda del penal de Ezeiza.

En el año 2000 conoció a su actual pareja mientras viajaba en colectivo. Aunque conocía los antecedentes de la mujer, el hombre, que es ciego, aceptó casarse al poco tiempo. "Necesitaba a alguien que me comprara los remedios", comentó Julio, años atrás.

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