Ahora esperan resultados de la "Máquina de Dios"

Científicos de todo el mundo buscan respuestas a los enigmas del Universo

Tras la puesta en marcha del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el mayor acelerador de partículas del mundo, los científicos instalados en la frontera franco-suiza esperan dar respuesta a las grandes preguntas sobre el origen del Universo, aunque los resultados finales podrían demandar meses e incluso años.

"Técnicamente, todo funciona según lo previsto", afirmó satisfecho el director científico de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), Jos Engelen.

"Son tiempos históricos para la humanidad, que quiere saber de dónde viene y adónde va, y si el universo tiene un fin", exclamó por su parte el director general de la organización, Robert Aymar.

Como se ha venido informando, el funcionamiento del acelerador se basa en hacer estallar protones que circulan en sentido inverso, provocando la emergencia de partículas primarias jamás observadas hasta ahora, que corroborarían los pilares teóricos sobre los que se asienta este campo de la física.

Este colosal instrumento está llamado a recrear las condiciones que prevalecieron en el universo justo después del Big Bang, antes de que las partículas elementales se asociaran para formar los núcleos atómicos.

Se espera además que permita observar las partículas supersimétricas que compondrían la materia negra, de la que prácticamente no se tiene ningún conocimiento, salvo que representa el 23% del universo, frente al minúsculo 4% para la materia ordinaria, mientras que la energía oscura, responsable de la expansión del universo, integra el resto.

El LHC también está encargado de detectar la antimateria, generada en partes iguales a la materia en el momento del Big Bang, hace 13.700 millones de años, pero prácticamente desaparecida desde entonces.

Otro desafío no menos apasionante para los científicos será confirmar la existencia del bosón de Higgs, una misteriosa partícula que dotaría de masa a todas las demás. Para tratar de verla por primera vez, se provocarán colisiones de protones que desprenderán una energía de calor 100.000 veces superior a la del centro del Sol.

En los próximos días, guiados por imanes supraconductores enfriados a -271,3º C, cerca del cero absoluto, los haces se estabilizarán progresivamente y serán acelerados a hasta una velocidad rayana a la de la luz.

Las primeras colisiones de protones se producirán "lo antes posible", declaró el jefe del proyecto del LHC, Lyn Evans, sin aventurarse a fijar una fecha. Si toda va bien, alcanzarán a finales de octubre una potencia de 5 teraelectronvoltios (Tev), es decir, cinco veces superior a la del Tevatron del Fermilab estadounidense, hasta ahora el acelerador más potente del mundo.

También, las colisiones podrían crear pequeños agujeros negros que los científicos del LHC aseguran que no comportarán ningún peligro debido a su efímera presencia.

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