Testean el sudor en chicos para diagnosticar fibrosis quística
Lo hacen en el Hospital de Niños local. Es un estudio indoloro y efectivo para prevenir casos graves
| 17 de Enero de 2009 | 01:00

Mediante la técnica del "test del sudor", se puede diagnosticar el 99 por ciento de los casos de fibrosis quística, una compleja enfermedad que afecta al sistema respiratorio y digestivo y que hasta el momento no tiene cura, aunque los nuevos tratamientos permiten aumentar la esperanza de vida de quienes la padecen.
El Hospital de Niños Sor María Ludovica de nuestra ciudad es centro de referencia provincial en estos métodos de diagnóstico, que consisten en medir con aparatología específica el contenido de sodio y cloro en el sudor, ya que el sudor de los niños con fibrosis quística tiene una mayor cantidad de sal que se percibe claramente al besarlos, y gracias a este test es posible diagnosticar la fibrosis quística de una forma sencilla y no invasiva.
En el Hospital de nuestra ciudad, además, se estudian entre tres y cuatro nuevos casos diarios, mientras se encuentran actualmente bajo tratamiento un total de 270 pacientes. La doctora Graciela Diez, jefa de Sala del servicio de Neumonología del "Sor María Ludovica", remarcó que "una vez descubierta la fibrosis quística en el pequeño, el hospital no sólo le suministra gratuitamente la medicación necesaria, sino que pone a disposición del paciente un equipo interdisciplinario compuesto por neumonólogo, nutricionista, enfermeros, asistente social, kinesiólogos y, en caso de ser necesario, profesionales en salud mental".
"El diagnóstico temprano -subrayó Diez- es primordial para la buena calidad de vida posterior del paciente, ya que de este modo puede evitarse que los pulmones del niño no sufran un deterioro tal que complique su vida futura".
La fibrosis quística es una enfermedad crónica y hereditaria que ocasiona serios trastornos en los pulmones y el sistema digestivo. Para mantener controlada la enfermedad las personas necesitan un cuidado permanente con continuos tratamientos y controles periódicos y una dedicación plena del paciente y la familia de por vida, ya que quienes la padecen suelen convivir con trastornos digestivos, problemas para asimilar los nutrientes, delgadez y tos persistente.
Se trata de una enfermedad que afecta a uno de cada 2.500 niños en el país, y cuyos casos más complejos suelen desembocar en trasplante pulmonar o cardiopulmonar. Se estima que en Argentina nacen entre 300 y 400 niños por año con ésta afección, y sólo el 5 por ciento es detectado.
El objetivo primordial del tratamiento de los pacientes con fibrosis quística es mejorar la calidad de vida de los afectados, disminuyendo al máximo posible la aparición de complicaciones, ya que no se cuenta con un tratamiento curativo de la enfermedad. No obstante, el avance de la ciencia permitió un incremento de la esperanza de vida en pacientes que hace apenas una década no alcanzaban la adultez.
El Hospital de Niños Sor María Ludovica de nuestra ciudad es centro de referencia provincial en estos métodos de diagnóstico, que consisten en medir con aparatología específica el contenido de sodio y cloro en el sudor, ya que el sudor de los niños con fibrosis quística tiene una mayor cantidad de sal que se percibe claramente al besarlos, y gracias a este test es posible diagnosticar la fibrosis quística de una forma sencilla y no invasiva.
En el Hospital de nuestra ciudad, además, se estudian entre tres y cuatro nuevos casos diarios, mientras se encuentran actualmente bajo tratamiento un total de 270 pacientes. La doctora Graciela Diez, jefa de Sala del servicio de Neumonología del "Sor María Ludovica", remarcó que "una vez descubierta la fibrosis quística en el pequeño, el hospital no sólo le suministra gratuitamente la medicación necesaria, sino que pone a disposición del paciente un equipo interdisciplinario compuesto por neumonólogo, nutricionista, enfermeros, asistente social, kinesiólogos y, en caso de ser necesario, profesionales en salud mental".
"El diagnóstico temprano -subrayó Diez- es primordial para la buena calidad de vida posterior del paciente, ya que de este modo puede evitarse que los pulmones del niño no sufran un deterioro tal que complique su vida futura".
La fibrosis quística es una enfermedad crónica y hereditaria que ocasiona serios trastornos en los pulmones y el sistema digestivo. Para mantener controlada la enfermedad las personas necesitan un cuidado permanente con continuos tratamientos y controles periódicos y una dedicación plena del paciente y la familia de por vida, ya que quienes la padecen suelen convivir con trastornos digestivos, problemas para asimilar los nutrientes, delgadez y tos persistente.
Se trata de una enfermedad que afecta a uno de cada 2.500 niños en el país, y cuyos casos más complejos suelen desembocar en trasplante pulmonar o cardiopulmonar. Se estima que en Argentina nacen entre 300 y 400 niños por año con ésta afección, y sólo el 5 por ciento es detectado.
El objetivo primordial del tratamiento de los pacientes con fibrosis quística es mejorar la calidad de vida de los afectados, disminuyendo al máximo posible la aparición de complicaciones, ya que no se cuenta con un tratamiento curativo de la enfermedad. No obstante, el avance de la ciencia permitió un incremento de la esperanza de vida en pacientes que hace apenas una década no alcanzaban la adultez.
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