Horas después, con la cabeza fría...

    A tres meses de la luz blanca

      ¿Le pedirían a un infartado que gané una carrera de 100 metros llanos? La respuesta es obvia. Por eso cuesta escuchar algunas cosas después del quinto partido sin derrotas, del partido más maduro del equipo. Madelón lo cerró porque Rosario no llegaba y el desvío de un  chutazo de Gómez le quitó una victoria trabajada, porque este Gimnasia está para trabajar los partidos más que para jugarlos. No es mediocridad, es entender que los escalones se suben de a uno, que para correr primero hay que caminar. Arañando puntitos o puntazos, jugando bien, regular y mal. A veces, todo en un mismo partido. Gimnasia pelea por no descender. Los jugadores y el técnico saben donde están parados. ¿Ustedes?
     "El objetivo es sacar a Gimnasia definitivamente de esta situación. No es lindo domingo tras domingo jugar sabiendo que si perdés estás en promoción o descenso. Como el año pasado necesitamos que estemos todos juntos -jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas- para después pensar más arriba, que es lo que merece esta institución". Tiene claritas las cosas Sebastián Romero. Extraña (¿quién no?) a aquel Gimnasia ordenado, que peleaba campeonatos. Sabe que están haciendo el pastón y poniendo las primeras filas de ladrillos para volver a ser. "Para eso vinimos. Sabía que había que empezar bien de abajo. Este año va a ser duro pero ojalá sea el despegue definitivo del club para que los chiucos de inferiores se sientan respaldados, porque ellos son los que van a tener que seguir con esta historia."

     Escucho constantemente que Gimnasia no le ganó a nadie, que los últimos rivales son los peores del torneo. Y es cierto. Como también es cierto que en la mala, en el inicio del campeonato, perdió con los mejores. Pero contra Vélez y Estudiantes los análisis no fueron tan sesudos. Cuando Gimnasia pierde, es un desastre. Cuando gana, el desastre es el rival. Virtudes, pocas...casi ninguna.   
     En el Gigante, Gimnasia siempre pareció más equipo que Central. Con sus defectos a cuestas: poca generación de juego, contras mal pensadas o decisiones equivocadas, un mediocampo que perdió presencia con la salida de Chirola. Madelón -está escrito- se equivoca como todos pero no hay cambios bien o mal hechos. Salen bien o mal. En Rosario, Milton Casco y Sebastián Ereros entraron livianitos, en otra sintonía. El 1 a 1 final no debería pasar por alto los aciertos de un equipo que supo ser ancho y por momentos profundo, con Luciano Aued en muy buen nivel, un gran segundo tiempo de Rinaudo, Castro dueño del puesto y Ormeño inteligente para atacar. Y Cuevas desequilibrante aunque ,a veces, no tuvo final. La crítica apunta al error de respaldarse en una defensa que no es tan sólida. Doy vuelta el análisis ¿por qué la solución la debe aportar un ataque que no tiene goleadores? En Rosario, Gimnasia jugó bien defensivamente. Sin dudas, tiene que mejorar. Como defensa, como generación de ataque, como equipo. Insisto con la palabra, MADUREZ. Parece haberla encontrado. El equipo sabe a que juega. Está a 46 puntos de jugar definitivamente de otra manera, de poder trazar objetivos más ambiciosos.
     ¿Gimnasia necesita un técnico más ofensivo? ¿Un DT que no piense en la materia prima, que al margen de los jugadores con que cuenta salga a ganar, total el rival no importa? Con todos pibes en la cancha. Con todo el tiempo para diagnosticar. Y si se pierde, nadie se va a quejar. ¿O sí? Una pregunta más, ¿qué será de la vida de Pacho Maturana?


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