María Cortina
| 29 de Abril de 2009 | 00:00

Su fallecimiento
Innumerables muestras de pesar causó el fallecimiento, a los 58 años, de María Teresa García Cortina, proveniente de una tradicional familia platense y quien dedicó parte de su vida a divulgar la cultura de esta ciudad, muy en especial las artes plásticas de exponentes locales. Con su muerte desaparece una personalidad cálida, noble y de un profundo sentido de colaboración con el prójimo.
Perteneciente a una de las familias fundadoras de La Plata, María Teresa era hija de Francisco García Cortina y María Elena Filpe Giménez. Nacida el 6 de diciembre de 1950 fue la menor de tres hermanos, pues antes la pareja había tenido a Francisco -que siguió la carrera de abogado y en la actualidad ejerce funciones como asesor de Menores en Lomas de Zamora- y María Elena -que se dedicó al magisterio-. La escuela primaria la cumplió en el colegio Inmaculada y la formación secundaria la completó en el Misericordia, donde se recibió de maestra.
Después de un tiempo de cursar distintas materias de la carrera de Diseño en la facultad de Bellas Artes de la UNLP, María Teresa decidió interrumpir los estudios para independizarse y fue así que consiguió trabajo en una sucursal bancaria de nuestra ciudad. Con los años dejó ese puesto y comenzó a cumplir tareas administrativas en los juzgados federales ubicados en 8 y 50. Algo de los tiempos de estudio en Bellas Artes le había quedado como asignatura pendiente, pero pudo acercarse a las artes plásticas -una de sus mayores aficiones- durante los veinte años que desde la secretaría de Cultura de la Municipalidad organizó exposiciones en el Pasaje Dardo Rocha, el centro cultural Islas Malvinas y el Palacio Campodónico, entre otros ámbitos en los que supo reunir y presentar obras de destacados artistas de la pintura local, provincial y nacional. De todas sus etapas laborales conservó vínculos que con el tiempo devinieron en profundas amistades.
Generosa, preocupada por la realidad social y trabajadora infatigable, García Cortina militó durante largos años en el Partido Justicialista de La Plata, espacio político al que aportó, a través de ideas y de trabajo concreto, su afán permanente por ayudar a los sectores más vulnerables.
Como un "torbellino", según la describieron en su entorno al definir su espíritu emprendedor y organizativo, siempre atenta a responder a las necesidades de los demás, María Teresa García Cortina fue una persona muy querida y respetada, no sólo por su familia y sus numerosos amigos, sino también por aquellos que la tuvieron como compañera de tareas. Sensible, solidaria y comprometida con cada una de las relaciones que estableció a lo largo de su existencia, su desaparición física representa una ausencia muy difícil de asimilar para todos aquellos a quien trató.
García Cortina deja un hijo, Gustavo -odontólogo y un orgullo para su madre-, fruto de su matrimonio con Gustavo Díaz. Los últimos años de su vida los compartió con un compañero inseparable, el artista plástico Guillermo "Muni" Caretti.
Innumerables muestras de pesar causó el fallecimiento, a los 58 años, de María Teresa García Cortina, proveniente de una tradicional familia platense y quien dedicó parte de su vida a divulgar la cultura de esta ciudad, muy en especial las artes plásticas de exponentes locales. Con su muerte desaparece una personalidad cálida, noble y de un profundo sentido de colaboración con el prójimo.
Perteneciente a una de las familias fundadoras de La Plata, María Teresa era hija de Francisco García Cortina y María Elena Filpe Giménez. Nacida el 6 de diciembre de 1950 fue la menor de tres hermanos, pues antes la pareja había tenido a Francisco -que siguió la carrera de abogado y en la actualidad ejerce funciones como asesor de Menores en Lomas de Zamora- y María Elena -que se dedicó al magisterio-. La escuela primaria la cumplió en el colegio Inmaculada y la formación secundaria la completó en el Misericordia, donde se recibió de maestra.
Después de un tiempo de cursar distintas materias de la carrera de Diseño en la facultad de Bellas Artes de la UNLP, María Teresa decidió interrumpir los estudios para independizarse y fue así que consiguió trabajo en una sucursal bancaria de nuestra ciudad. Con los años dejó ese puesto y comenzó a cumplir tareas administrativas en los juzgados federales ubicados en 8 y 50. Algo de los tiempos de estudio en Bellas Artes le había quedado como asignatura pendiente, pero pudo acercarse a las artes plásticas -una de sus mayores aficiones- durante los veinte años que desde la secretaría de Cultura de la Municipalidad organizó exposiciones en el Pasaje Dardo Rocha, el centro cultural Islas Malvinas y el Palacio Campodónico, entre otros ámbitos en los que supo reunir y presentar obras de destacados artistas de la pintura local, provincial y nacional. De todas sus etapas laborales conservó vínculos que con el tiempo devinieron en profundas amistades.
Generosa, preocupada por la realidad social y trabajadora infatigable, García Cortina militó durante largos años en el Partido Justicialista de La Plata, espacio político al que aportó, a través de ideas y de trabajo concreto, su afán permanente por ayudar a los sectores más vulnerables.
Como un "torbellino", según la describieron en su entorno al definir su espíritu emprendedor y organizativo, siempre atenta a responder a las necesidades de los demás, María Teresa García Cortina fue una persona muy querida y respetada, no sólo por su familia y sus numerosos amigos, sino también por aquellos que la tuvieron como compañera de tareas. Sensible, solidaria y comprometida con cada una de las relaciones que estableció a lo largo de su existencia, su desaparición física representa una ausencia muy difícil de asimilar para todos aquellos a quien trató.
García Cortina deja un hijo, Gustavo -odontólogo y un orgullo para su madre-, fruto de su matrimonio con Gustavo Díaz. Los últimos años de su vida los compartió con un compañero inseparable, el artista plástico Guillermo "Muni" Caretti.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE