El amor también mata

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

FELICITAS, de Teresa Constantini. La receta es: mucho "Camila" y algo de "Lo que el viento se llevó". Felicitas es otra de esas heroínas famosas que murieron por amor en un mundo patriarcal y arcaico, donde ellas sólo podían aspirar a cuidar con esmero al marido, los hijos y la casa. Estamos en 1862. Felicitas Guerrero es una quinceañera fresca y hermosa. Anda jugando al amor con Enrique, un vecino sin lustre. Pero su padre le tiene reservado otro futuro: entregarla en matrimonio al maduro don Martín de Alzaga, un poderoso terrateniente, que le dará, a los Guerrero, apellido y fortuna. Pero como el destino no entiende de planes, entran en escena la pasión, la nostalgia, el azar y la muerte. Y ella terminará encontrando su trágico fin ante dos amores. El filme es puramente decorativo, pero su historia es tan potente que no necesita demasiados agregados para sostener su interés. Sus fallas se notan demasiado: diálogos ampulosos, personajes pintados con superficialidad, actuaciones mediocres. Un melodrama al que le falta química, desesperación y fuerza romántica. Tiene a su favor, detalles de ambientación, una narración bien armada alrededor de esa figura protagónica y un buen trabajo de Alejandro Awada. ¿Y Felicitas? Sabrina Garciarena es bella y frágil cuando corretea por amor, pero carece de vibración y fuerza en los grandes momentos. Un final ambiguo (¿el amor por el obsesivo Enrique no ha cesado?) le suma más dobleces a la biografía de esta muchacha hermosa, a quien la mató el amor. (** ½).

DEMASIADO BUENA

LA FELICIDAD TRAE SUERTE. Mike Leigh se mete otra vez en los barrios modestos para encontrar sus personajes, simples y sencillos. Poppy es una maestra de primaria, vive con una amiga, quiere aprender a manejar. Es la imagen misma del optimismo. Tanto, que veces irrita con esa presencia diáfana y candorosa que bordea el ridículo. Será a través de esas clases de conducción que Leigh encontrará la contra cara de Sally: un profesor neurótico, intratable y estricto, exageradamente pintado por una cámara que no ahorra gestos y subrayados. Y será ella, al final, la que andará por esas calles sembrando una sonrisa que se hará más intensa cuando encuentre en el camino un amor. Poppy muestra su compasión, su simpatía y su poder de adaptación como la otra vereda de un mundo que hace mucho se olvidó de sonreír, tolerar y querer lo que pasa a nuestro alrededor. Y eso es Poppy. Buen trabajo de una cálida Sally Hawkins, que rema con la ternura de un ser que sabe encontrar el lado colorido a las cosas, aunque a veces exagere (la escena con el loco vagabundo). Mike Leigh ("Secretos y mentiras", "El secreteo de Vera Drake") parece haberse tomado un respiro con esta comedia costumbrista, tan cordial, leve y simpática. (*** BUENA).

DISTANTE CORRECCION

CHE, EL ARGENTINO. de Steven Soderbergh. Segunda y última parte de una obra respetable y respetuosa que sin embargo nunca pudo transmitir vibración ni emoción ni fuerza. Es mejor que la anterior. Más concentrada, mejor actuada y sobre todo con un gran final. Además los personajes secundarios están muy bien elegidos. El filme cuenta la batalla final de un combatiente enorme que en esa selva que se empeña en negarlo ve agotarse su vida y su empresa. Es buena la reconstrucción y muy inspirado el trabajo de Del Toro. Pero es uno de esos filmes correctos y distantes, sin fallas ni logros. Soderbergh ha dicho que no quería meterse con el mito sino con el hombre. Y sólo en algunos momentos, alcanza esa meta. El asma que avanza junto a la desesperanza, su rostro pensativo, la marcha en la selva, los signos de agotamiento, las noticias que lo muestran cada vez más solo, son las estaciones de un final que está muy bien pintado por una cámara pudorosa y expresiva, que vela su final con la voz de Mercedes Sosa cantando Balderrama". Como ya lo dijimos al estrenarse la primera parte, es como si la figura del Che hubiera terminado por limitar a un director que no quiso jamás plantear polémicas ni abrir juicios, sino contar un poco desde adentro la vida de esta figura incomparable. (*** BUENA).

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