Con ingenio, pochoclo y globos le sacan jugo a las vacaciones

"Maquilladores", animadores y vendedores de puestos que se instalan en parques y paseos de La Plata aprovechan el receso invernal a pleno

Incorporados al paisaje urbano de las vacaciones de invierno y convertidos en una escala casi obligada para los padres que pasean con sus hijos, los vendedores ambulantes, mimos, payasos y hasta “maquilladores” que pintan a los más chicos le sacan el jugo a las semanas de receso y aprovechan para ofrecer sus servicios y una colorida variedad de artículos que van desde los tradicionales pochoclos hasta muñecos y globos con las más diversas formas.

“Nosotros estamos siempre acá, durante todo el año, pero en las vacaciones de invierno siempre se trabaja más, porque hay mucho más movimiento. Por eso aprovechamos en estos días, salvo que el tiempo se ponga feo...”, señaló Pablo Villalón, quien atiende un puesto de pochoclos y garrapiñadas frente al Zoológico.

La mayoría de los vendedores consultados aseguraron que durante el receso invernal la alta afluencia de público genera ventas que pueden llegar a ser hasta un 50% mayores que en los fines de semana del resto del año.

Pero también se incrementa la cantidad de puestos que aparecen en los espacios públicos, lo que hace que los vendedores se dividan automáticamente entre “los que estamos siempre” y “los que venimos por las vacaciones”.

“Yo trabajo en este mismo lugar desde hace 50 años, no vengo sólo por las vacaciones, pero tengo que reconocer que es en esta parte del año cuando más trabajo”, contó Miriam, mientras atendía múltiples consultas ante un tablón que acumulaba muñecos y globos de múltiples precios, diseños y tamaños.

“Vendemos los globos y vamos a cada evento que hay en la Ciudad. Hoy estamos acá, pero también nos vas a ver en los aniversarios de las localidades o en las fiestas que hay en Plaza Moreno”, dijo, en cambio, Fabián González, mientras buscaba más globos para inflar y continuar con la venta.

CLASICOS VS. NOVEDADES

A la hora de hacer el recuento de los artículos que ofrecen los vendedores ambulantes, en su totalidad apuntados al interés de los más chicos, aparecen tanto productos clásicos como otros que llaman la atención por considerarse “novedosos”.

Así, por ejemplo, los pochoclos, el maní, las garrapiñadas y el “algodón de azúcar”, se multiplican en las manos de los chicos y dan la pauta de que están lejos de pasar de moda. Lo mismo pasa con las pelotas, los muñecos de peluche y los globos, aunque en este último caso se imponen en las preferencias aquellos con formas extrañas o que hacen referencia a personajes televisivos.

Entre las novedades, uno de los artículos que mayor atención acaparó en estas vacaciones es el llamado “burbujero”, que consiste en un tubo con un líquido que al sacarse con un aro y soplarse produce burbujas. “Se vende a 15 pesos y, aunque ya era conocido desde hace años, se renovó el interés por los colores y el diseño que tiene. Estamos vendiendo entre 300 y 400 por día”, explicó Rosa Vera, vendedora del producto.

También se destacó en varios puntos de la Ciudad la actividad de los payasos, mimos, estatuas vivientes y hasta de maquilladores que, con acuarelas lavables, pintan a los más chicos en pleno paseo. Incluso hubo animadores de fiestas infantiles que regalaban figuras hechas con globos para promocionar sus servicios.

UN PRESUPUESTO EN CADA SALIDA

Para una familia tipo el paseo con sus hijos puede ir sumando gastos que al final del día pueden convertirse en un monto imprevisto antes de salir de casa.

Un paquete de pochoclos o un algodón de azúcar, por ejemplo, se ofrecen a 5 pesos cada uno, lo mismo que las garrapiñadas. A eso se le pueden agregar dos globos, a 10 pesos cada uno, los burbujeros de 15 pesos o muñecos de entre 10 y 15 pesos.

También está la opción de las pelotas, que en algunos casos llegan hasta los 20 pesos. Todo eso sin contar las entradas que deben abonarse en muchos de los entretenimientos de las vacaciones.

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