La “máquina de fabricar casas” está en un laboratorio de 1 y 47

Hace bloques que se usarán para construir viviendas seguras

La facultad de Ingeniería de la UNLP apuesta a impulsar la autoconstrucción segura de viviendas en los barrios de la periferia. Para ello, en el marco de un proyecto de extensión, cuatro alumnos del departamento de Mecánica -bajo la supervisión de docentes- convirtieron una máquina de fabricación de bloques que llegó a sus manos totalmente destruida en una moderna bloquera automatizada.

La nueva máquina permitirá, en principio, optimizar y mejorar el trabajo de la cooperativa de Villa Elvira que la utilizaba hasta el año pasado, aunque en la unidad académica ya hablan de la posibilidad de replicar la experiencia.

Los integrantes de la cooperativa la recibirán hoy, y contarán con una capacitación especial para utilizarla y con el asesoramiento del Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica (Lemit) para construir los bloques con los componentes necesarios y en las cantidades adecuadas, luego de un estudio que llevarán a cabo sus investigadores.

“En su momento, estas bloqueras fueron repartidas en todo el país por el ministerio de Desarrollo Social, pero sus usuarios se encontraron con una serie de limitaciones importante”, indicó el director del proyecto, Gustavo Saralegui.

El responsable de la iniciativa, que fue subsidiada por la Universidad, comenzó por resaltar que “las mayores fallas se hallaron en aspectos relacionados con la seguridad. Es una máquina pensada para una obra en construcción o una nave industrial con trabajadores capacitados para manipularla y provistos de todos los elementos de protección”.

“No obstante, en manos de personas que trabajan en el barrio sin capacitación ni elementos de seguridad, se convierte en un peligro”, realzó Saralegui, para comentar que “lo primero que se hizo fue dotar a la máquina de fuertes protecciones laterales de hierro y alambre tejido grueso, y de un tablero con disyuntor y térmica para que se apague sola ante el menor inconveniente. Hay que tener en cuenta que la gente la usa a veces sobre una superficie de barro y en zonas donde van y vienen niños en forma permanente”, apuntó.

replicar la experiencia

El ingeniero dijo que “teniendo en cuenta que se han repartido tantas máquinas, el producto final que lograron los alumnos Juan Montesino, José Rossi, Emilio Bolaños y Federico Ojudo podría ser replicado”.

Un punto central del proyecto fue la automatización de la máquina. “En rigor -se explicó- se le colocó un temporizador para controlar el tiempo exacto que necesita el proceso de fabricación de cada bloque. Eso ayudará a optimizar los tiempos de trabajo y a generar un ahorro muy importante de materiales. Antes, el bloque se sacaba a ojo, por lo cual se perdía mucha cantidad debido a que estaba más o menos tiempo que el que se requiere para producirlo. Todo se hacía a ojo”, resume Saralegui.

No sólo el temporizador ayudará a no desperdiciar materiales. Cuando hoy se entregue la máquina, los cooperativistas recibirán una primera capacitación para aprender a utilizarla, a la vez que “el profesor del departamento de Construcciones e investigador del Lemit, Raúl Zerbino, se llevará muestras para trabajar en el laboratorio y lograr la mejor dosificación”, se detalló.

Es decir que se les enseñará a los usuarios de la bloquera qué cantidad deben usar de cemento, piedra, arena y aditivos para que el producto final sea el indicado sin malgastar “ingredientes”.

Los bloques son grandes, de manera que con poca cantidad se puede levantar una pared. A partir de ahora, los vecinos verán potenciada la posibilidad de la autoconstrucción de viviendas. “Y de forma segura”, se resaltó en Ingeniería.

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