La Ciudad de los ilusionistas

MAGOS PLATENSES EN ACCIÓN. ENTRE ELLOS, “PIN”, MARCELO LUQUE Y LINNET

Dueños de un arte milenario, se suelen presentar elegantemente ataviados para darle rienda suelta a la ilusión, a la fantasía y al asombro, de la mano de elementos comunes como una cuerda, pañuelos, bolas, dedales, bastones, cartas, palomas, bandejas o algo de fuego, para dejar luego entre el público el misterio de sus secretos.

Generalmente no hacen aparecer un tigre, ni vuelan por los aires, ni caminan sobre las aguas. Simplemente con sus manos, a escasos metros de cientos de ojos, hacen que los pañuelos cambien de color, que una paloma salga de una cinta o que una vela se transforme en cintas multicolores para que inmediatamente se conviertan en un bastón rígido y contundente. Tambien pueden hacer que una moneda viaje de una a otra mano, o que un manojo de pañuelos se transforme en un pañuelo grande en donde se vea una mariposa con intensos colores.

En muchos casos no hay gente alrededor, ni siquiera un ayudante. Solo se paran frente al público con sus armas de fantasía para ganarle a la curiosidad que todos los espectadores llevan dentro.

¿Qué fue lo que pasó? Simplemente magia, magia hecha por magos que, desde hace más de 50 años son todo un símbolo de nuestra ciudad.

Y es que desde los años sesenta La Plata ha sobresalido en el concierto de las entidades argentinas de magia tanto en la faz organizativa como así también en la proyección de nóveles magos, preciados conferencistas y fabricantes de insumos mágicos.

Y es que ser mago de La Plata fue durante mucho tiempo sinónimo de una buena base técnica y excelentes conocimientos, sin que hubiera competencias mágicas nacionales o internacionales en las que un mago de la Ciudad no haya conseguido estar en la nómina de premiados o haya podido presentar su acto o conferencia como artista invitado.

Desde aquellos años y hasta hoy, se destacaron en todos los escenarios magos como Keller, Roberto Luas, Greco, Michel, Daniel Celma, Fernando Keller, Nestor Rotsen, Jorge Linett, el Mago Pin, Fabian Paddy, el mago Renne, P aulo Javier y Roberto Mansilla, entre otros. Diferentes especialidades fueron las presentadas por estos magos platenses con un sello de buena preparación, concepto mágico y agradable presentación.

LA MAGIA PLATENSE HOy

Nuestra ciudad viene siendo sede de importantes encuentros de magia en los que se reunen gran cantidad de artistas locales, nacionales e internacionales, y en donde todos pueden aprender.

El Centro Mágico Platense, por ejemplo, organiza el “Torbellino Mágico”, un encuentro en el que no faltan las conferencias para magos y las galas para el público. Este Centro se reúne quincenalmente, posee una interesante biblioteca, DVD y Videoteca, y acepta socios a partir de un examen habilitador que el aspirante debe rendir.

El CEDA I, por su parte, ha organizado tres Jornadas Mágicas, cinco Pic Nic mágicos en la República de los Niños y sus miembros se reúnen quincenalmente los primeros y terceros miércoles de cada mes en su sede propia. Y quien quiera acceder a su centro de estudios, puede hacerlo por invitación y padrinazgo de unos de sus socios, y acceder a una extensa biblioteca que incluye libros, videos y DVD.

El Pináculo Mágico, a cargo del Mago Pin, es otro de los centros platenses y el organizador de los “Encuentros Mágicos”, que ya lleva cinco ediciones y que se alterna entre el Pasaje Dardo Rocha y la República de los Niños. y ya fueron declarados de Interés Municipal.

El Mago Keller, por su parte, supo organizar los Congresos y Festivales de Magia de Mar del Plata y Necochea, mientras que Roberto Luas organizó cinco Congresos en la República de los Niños de nuestra ciudad.

En la actualidad, mientras tanto, son varias las instituciones que siguen “fabricando” magos, entre ellos el Centro Mágico Platense (CMP) fundado en 1958; el Centro de Estudios Dedicado Al Ilusionismo (CEDAI) fundado en 1982; el Pináculo Mágico, fundado en 2003; y la Caja Mágica, fundada en 2008.

Tambien se enseña magia en el Pasaje Dardo Rocha, en la Escuela Argentina de Artes Mágicas y en la sede de ACLHO, en Los Hornos.

Y en lo que hace a la v enta de insumos mágicos, existen en la Ciudad dos casas que poseen elementos mágicos, una en la zona de Tribunales y otra en el barrio “El Mondongo”, mientras que también tienen su lugar en la Ciudad dos fábricas de elementos mágicos que distribuyen internacionalmente, una de ellas dirigida por los magos Michel y Greco y otra dirigida por los magos Jorge Linett y Javier.

En este marco, actualmente son más de 80 los magos amateur y profesionales que viven en nuestra ciudad, y a quienes se puede ver habitualmente amenizando las reuniones infantiles, los festejos de instituciones, agasajos para adultos, en la República de los Niños, el Pasaje Dardo Rocha y hasta aquellos que realizan sus experiencias en las plazas y parques de la Ciudad..Y teniendo en cuenta la cantidad de habitantes que tiene la zona del Gran La Plata, podría decirse que el índice de magos que aquí habitan y trabajan la destaca como la de mayor movimiento mágico a nivel nacional.

REFERENTES PLATENSES

Roberto Favero, el “Mago Lúas”, acaba de cumplir 50 años con la magia, fue recientemente declarado “Ciudadano Ilustre de La Plata” y es todo un referente de la magia local.

“Mis comienzos -cuenta- se remontan al año 1962, cuando un tablado concentraba la atención del público en el Corso de la Diagonal 79, justo el día en que se entregaban los premios en la calle 116 y 62, en pleno barrio Mondongo”.

“Yo era un joven flacucho que se subió a ese tablado de traje y con una galera en la mano, que como no tenía donde ponerla, la dejé en el suelo. Estaba rodeado de gente que se encontraba sobre el palco, y comencé a hacer efectos con tres sogas que cambiaban de tamaño. Hice que un anillo del público apareciera alojado dentro de una cajita; saqué de la boca una larga tira de papel y mostré seis cartas inagotables y unos pañuelos, con el nombre de los ganadores del Corso”.

“Esa fue mi primera actuación pública en La Plata y me aplaudieron tanto que ese día decidí que sería mago por siempre, aunque creo que ya lo era desde antes, creo que desde que tenía seis o siete años, cuando los Reyes Magos me regalaron una caja de magia”.

Desde entonces, el Mago Lúas actuó en distintos programas de televisión -fue figura principal en los recordados “Sábados Circulares de Pipo Mancera- y hasta se presentó en el mismísimo Teatro Colon.

“Participé en la Opera La Rondine, de G. Puccini, en el primitivo Teatro Argentino en 1977, y tambien en el Teatro Colón en los años 1980 y 1990. Es que en el segundo acto de la ópera, se representa una reunión en un cabaret parisino y entre los diferentes números hay un mago, que era yo. Fue el maestro Constantino Juri el que me dió la posibilidad de pisar el palco escénico en los dos coliseos internacionales”.

Más allá de esto, el reconocido mago platense lleva ganados 14 premios en diferentes categorías en competencias nacionales e internacionales, habiendo sido tambien miembro de diferentes jurados calificadores en más de 50 congresos nacionales e internacionales.

EL ARTE DE LA MAGIA

Para Lúas, lo más importante de un artista de la magia “es producir gozo estético, comunicar a través del arte la fina sensibilidad que permita refugiarse en la fantasía para afrontar con nuevos ojos y nueva predisposición la vida de todos los días. El arte, y la magia como arte, nos ofrece la posibilidad de internarnos en un mundo diferente en donde lo real es inexplicable y en el cual nos podemos dejar llevar libremente de la mano por la fantasía, que es en definitiva lo valedero para gozar de la propuesta y el único camino para encontrar el gozo en el reencuentro con la ilusión”.

Para Jorge Linnet, en tanto, maestro platense de magia, conferencista y fabricante de elementos mágicos, “la magia es el encuentro de la técnica del artista con la ilusión y la fantasía del es pectador. Cuando se fusionan estas dos realidades dan forma al inexplicable hecho artístico llamado magia, que es perecedera en sí misma, ya que el asombro termina cuando finaliza el efecto. Es la presentación que el mago ofrece la que da la posibilidad de que la magia perdure en el sentimiento y en el recuerdo del espectador”.

“Hay diferentes clases de magia -señala Linnet- que podríamos dividir en tres ramas, la magia escénica , la magia de salón y la magia de cerca. Cada una de éstas ramas podrán presentarse con música o habladas, dando la posibilidad de distintas disciplinas entre las que se encuentran la magia musical, con grandes elementos, la magia con humor, la magia dedicada a los niños, la magia con cartas, la magia mental, la magia con pequeños adminículos y la manipulación”.

“Como cualquier arte -agrega Linnet- la magia se estudia y sólo profundizando su estudio el mago podrá convertir un juego de entretenimiento en un acto de magia. Hay quienes compran un juego y junto con él aprenden el secreto del mismo, pero este hecho no lo convierte en mago. El mago, que se precie de serlo, deberá tener conocimientos históricos del arte, conocer las técnicas de cada una de sus disciplinas, participar de conferencias, asistir a clases magistrales, presenciar competencias, leer algo de los innumerables libros de magia que existen, revisar videos y practicar. El ensayo es fundamental en las presentaciones, porque la magia siempre juega alguna mala pasada a quienes se sienten muy seguros de su magia sin ensayo, y sin él la presentan al auditorio”.

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