Foo Fighters, a pura potencia en River
| 4 de Abril de 2012 | 00:00

El grupo de rock estadounidense Foo Fighters cerró la primera noche del festival Quilmes Rock 2012 con un potente concierto que se prolongó por más de dos horas y media y que causó
el delirio del público.
Unas 22 mil personas se dieron cita en el estadio de River Plate para presenciar la primera de tres jornadas dedicadas al rock. Joan Jett, MGMT y los locales Massacre fueron los encargados de animar la jornada desde las 17.30.
Pero el plato principal llegó a las 21.10, cuando Foo Fighters salió a escena encabezado por su líder y cantante, Dave Grohl, quien ya desde los primeros segundos dejó en claro que impulsaría el concierto merced a una apabullante entrega física, en la que no escatimó adrenalínicas carreras hacia los costados del escenario.
Tras una mini zapada para entrar en temperatura, el grupo encaró el inicio del concierto con “All My Life”, “Rope” y “The Pretender”, un tema que comenzó como suave balada y derivó en un furibundo rock y que sintetizó la esencia en vivo de las canciones del conjunto.
“Es muy lindo verlos así, están muy salvajes. Me encanta que nos reciban de esta forma. Esta es la primera vez de los Foo Fighters en Argentina y estoy alucinado de cómo están acompañando nuestras canciones. Está claro que vamos a tocar todo lo que quieran, así que no se anden con vueltas y pidan
lo que les gusta”, dijo el cantante, antes de iniciar una secuencia de temas con ritmo intermedio y un sinfín de contrapuntos rockeros.
Así llegaron piezas del calibre de “Learn to Fly” y dos temas del nuevo disco “Wasting Light”: “White Limo” y “Arlandria”. Y más tarde llegó la recordada “Breakout”, en la que Grohl buscó los cómplices coros de la audiencia para prolongar los estribillos de la canción.
Tampoco faltaron “Cold Day in the Sun”, “Long Road To Ruin”, “Stacked Actors”, “Walk” y “Monkey Wrench”, que terminaron en una zapada en la que el baterista Taylor Hawkins imitó a Freddy Mercury.
El desenlace del concierto llegó con “Let It Die”, un tema que mostró la maduración del grupo en la última década, el hit “These Days”, al que Grohl definió como su favorito, y la coreada “This Is a Call”.
Y para sorpresa de muchos, y mientras casi todo el estadio estallaba en aplausos, llegó la versión de “In the Flesh”, canción de Roger Waters del disco “The Wall” que fue cantada por el baterista. El cierre de la lista de temas fue con “Best of You” y “One by One”.
Segundos después, y casi sin mediar tiempo alguno entre el desenlace y el regreso a las tablas, reapareció solamente el cantante y guitarrista para encarar en forma acústica el hit “Wheels”, ante el delirio general.
“Queremos agradecer a las personas que en estos 17 años nos han acompañado de manera incondicional. También queremos agradecerles a ustedes que nos han recibido tan bien. Tienen una gran ciudad en la que me divertí hace muchos años y lo único que puedo prometer es que no tardaremos tanto en
volver”, señaló muy emocionado Grohl mientras las ovaciones tapaban parte de su discurso.
La clausura del espectáculo llegó con la climática “Times Like These”, “Young Man Blues”, “Rosemary” y la esperada llegada de la rockera Joan Jett para cantar en “Bad Reputation”. Como la gente mantenía sus coros aludiendo al grupo y fundamentalmente a su líder, Grohl decidió sobre la marcha prolongar unos minutos más la performance, encarando una extensa versión del clásico “Everlong”, que obró como final del concierto a las 23:52 y ante una multitud que ya mostraba signos de cansancio cerca de la medianoche.
Foo Fighters volverá a actuar en el Monumental esta noche, con Joan Jett y Arctic Monkeys como teloneros, en la segunda velada del Quilmes Rock. El festival cerrará el sábado con una fecha local que tendrá como estrellas a Banda de Turistas, Catupecu Machu, Las Pelotas, Fito Páez y Charly García
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