Debido a la crisis, se achica en Francia la fábrica Peugeot
| 13 de Julio de 2012 | 00:00

PARIS.- El fabricante francés de automóviles PSA Peugeot Citroën anunció ayer la supresión de 8.000 empleos en Francia debido a la debilidad del mercado europeo, provocando una iracunda reacción sindical y el rechazo del gobierno del socialista François Hollande al plan de recortes de la firma.
Aunque el gobierno francés esperaba este anuncio, no deja de ser “un verdadero shock” para el país, declaró el primer ministro Jean-Marc Ayrault, en momentos en que se perfilan otros planes de despidos colectivos en la industria francesa. Hollande, “sumamente preocupado” por este anuncio, pidió a su equipo que “haga todo para limitar las consecuencias sociales” del mismo.
RECHAZO DEL GOBIERNO
Poco antes, su ministro de Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, había afirmado ante el Senado que el gobierno “no acepta” el plan de PSA. En la Bolsa de París, después de abrir en alza, la cotización del título de PSA declinó progresivamente hasta alcanzar su nivel más bajo desde 1989. Al cierre, la acción de PSA valía 7,02 euros, lo que supone una caída de 1,74%.
PSA Peugeot Citroën, primer grupo automovilístico francés (tiene 100.000 trabajadores en Francia) y segundo europeo por detrás del alemán Volkswagen, alegó sus pérdidas en el primer semestre del año y una reducción duradera de los mercados europeos para justificar esas decisiones, que se suman a otras medidas anunciadas a fines de 2011.
“Soy consciente de la gravedad de los anuncios que estamos haciendo y la conmoción que provocan en la empresa y su entorno”, explicó el presidente del directorio de PSA, Philippe Varin. Sin embargo, agregó el responsable, “la envergadura y el carácter duradero de la crisis que afecta a nuestra actividad en Europa vuelven indispensable este proyecto de reorganización que nos permite adaptar nuestra capacidad de producción a la evolución previsible de los mercados”.
Este nuevo plan prevé el fin del ensamblado en la fábrica de la firma en Aulnay, suburbio de París (3.000 puestos), la supresión de 1.400 puestos en la fábrica de Rennes (Bretaña, oeste del país) y de 3.600 puestos en otras plantas.
El cese de la producción en Aulnay es el primer cierre de una fábrica de automóviles en Francia desde la de Renault en Boulogne-Billancourt (periferia de París) en 1992, y significa el fin de la industria automovilística en la capital francesa, de la que partió su auge a principios del siglo XX. Por la noche, Varin declaró a un canal de televisión francés que “no habrá despidos directos, propondremos una solución a cada empleado”.
El gobierno acusa al ex presidente conservador Nicolas Sarkozy, vencido por el socialista François Hollande en la elección presidencial del 6 de mayo, de haber pedido a las empresas que atrasasen sus planes de despidos durante la campaña electoral. Este plan es “típicamente uno de esos que Nicolas Sarkozy pidió atrasar en vez de buscarle soluciones”, declaró el ministro de Trabajo, Michel Sapin.
Los beneficios de Peugeot-Citroen habían caído a la mitad en 2011 y la empresa tuvo una pérdida neta en el 1º semestre de 2012: su división automóviles registró 700 millones de euros de pérdidas en este período.
Los sitios más afectados serán la fábrica de Aulnay donde se produce el Citroen C3 y trabajan 3.000 empleados, mientras que en Rennes se suprimirán 1.400 puestos de trabajo, y en el resto de Francia se recortarán otros 3.600 puestos, mediante retiro voluntario
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