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El rugbier que vuelve a sonreír

La angustia de Diego Bourdin fue la angustia de todo el rugby platense. Al jugador de La Plata le estalló el bazo el sábado pasado durante el clásico con San Luis. Lo tuvieron que operar de urgencia y se lo extirparon ese mismo día. Rodeado de amigos, ahora sueña con volver pronto a jugar

El rugbier que vuelve a sonreír

Bourdin y la camiseta que más quiere: la de La Plata Rugby Club. “Voy a volver a jugar, de eso no tengo dudas”, aseguró

5 de Agosto de 2012 | 00:00

ENTREVISTA

Por MARTIN CABRERA

Milagro. Suerte. Destino. Intuición. Señal. Sobran las definiciones para contar la historia de Diego Bourdin, el jugador de La Plata RC que el sábado pasado contra San Luis pudo morirse dentro de la cancha por la rotura de su bazo. Hoy, una semana después, en su casa de City Bell y rodeado del cariño de su familia y amigos, retrocede la cinta para contar lo que le pasó, en un mano a mano con este diario.

Tiene 21 años y estudia profesorado de educación física. Es un chico educado, sereno y muy amigo de sus amigos. Todavía está shockeado y le cuesta hablar. Se cansa y pide un descanso. Pero está firme y consciente que la vida le dio una revancha. Lo cuenta él: “Todo comenzó con un golpe en la rodilla izquierda a los 10 minutos del segundo tiempo. En la misma jugada tuve un golpe, mínimo, en la panza. Entonces llegaron los médicos, me revisaron y listo. Estaba más o menos, me dolía un poco. Si bien no era intenso, por suerte preferí no seguir jugando”.

-¿Alguien te dijo qué pasaba si seguías jugando?

-Sí, tal vez me moría...

La charla se interrumpe. El jugador hace una pausa. De fondo se escuchan las risas de un grupo de amigos que se instaló en su casa para cuidarlo. Bourdin nació de nuevo. Y, aunque no lo diga, lo sabe.

“Perdí tres litros de sangre. Si llegaba más tarde perdía más y.... Calculo que si hubiera seguido me desmayaba en la cancha y nadie iba a saber por qué. Entonces se iba a retrasar mi llegaba al hospital. Fue una decisión de no sé quién, pero una decisión importante”, continúa su relato el wing canario.

-¿Te acordás de ese momento al costado de la cancha?

- Sí, me preguntó el médico si estaba para seguir y lo pensé dos segundos. Entonces le dije que no. No estaba seguro. Es raro, porque era un clásico, ganábamos y, por mi personalidad, siempre trato de no salir. No sé quién se metió en mi cabeza y me hizo salir.

AL HOSPITAL

Después del golpe y la salida empezó lo peor. En apenas cinco minutos el dolor de rodilla fue historia y comenzó una insoportable molestia en la panza. “Me empecé a marear y me desmayé”, recuerda y agrega el jugador: “Cuando me desperté estaba rodeado de gente y les dije que me dolía la panza”.

Entonces la lesión no importaba, pero su problema interno sí. Fue ahí cuando llamaron una ambulancia -porque no había ninguna dentro del club- y fue trasladado de urgencia al hospital Español. Fue tan rápido todo que en la ambulancia, confesó, llegó a lamentarse porque se perdía la fiesta del Tercer Tiempo.

“Fui con mi tío, Francisco Tufare, que es gastroenterólogo. También estaba mi papá. Seguramente ellos sabían que había algo malo me estaba pasando, pero yo no”, sigue Bourdin, con voz pausada y pero firme. De inmediato agrega que le realizaron una ecografía y se dieron cuenta que tenía toda la panza llena de sangre. Con short, calzas y medias amarillas se fue al quirófano.

“No entendía nada. No era un dolor insoportable, pero estaba mareado. Eso sí, cuando me despertaron me dolía un montón. Estuve un día en terapia intensiva y lo único que sabía era que me habían sacado el bazo” , agrega este joven que jamás había sufrido lesiones graves, salvo una fractura de muñeca de pequeño.

Después de la operación empezó la recuperación. Día a día se sintió mejor, a tal punto que el miércoles a la noche recibió el alta.

- ¿Cómo sigue tu vida?

- Normal, pero para eso tengo que recuperarme ciento por ciento. Bahh, me voy a tener que dar vacunas todos los años, porque el bazo en un órgano de inmunidad que genera defensas. Estoy más expuesto. Por ejemplo, ahora estoy con los glóbulos rojos muy bajos.

-¿Vas a volver a jugar?

- Por supuesto. Deportivamente no me afecta en nada. El otro día mis amigos me fueron a visitar con un listado de jugadores que pasaron por lo mismo que yo y siguieron. De hecho en el club está el caso de Juan Carlos Di Luca, que a los 18 años perdió el bazo y siguió jugando. Era pilar y jugó hasta los treinta y pico. Igual, en ese momento ni pensé en el rugby, recién ahora lo estoy haciendo.

- ¿Cuándo?

- Supongo que para el año que viene seguro. Este año no creo. No vale la pena esforzarme. Voy a hacer algo bien progresivo.

- ¿No tenés miedo de volver a jugar?

No tengo nada de temor porque no fue un golpe fuerte. No tengo ese trauma. He tenido mil golpes más fuertes que el del otro día. Fue algo raro. Veo los videos y no me doy cuenta cuándo me lesiono. Ahora el riesgo lo tienen los otros...

-¿Volviste a ver la jugada?

- Mil veces y no me doy cuenta. ¿No te digo que fue increíble lo que me pasó?

POR UN LUGAR EN SEMIFINALES

Con la lesión Bourdin se pierde lo que queda del torneo, pero La Plata se pierde a un gran jugador. “Este año jugué todos los partidos menos uno. Me afiancé. Es una competencia sana con amigos. Pero no importa, tengo bastante tiempo para volver a ocupar ese puesto. Se los presto por unos meses”, se burla de sí mismo, con absoluta confianza que volverá a jugar en la Superior.

“El equipo está bien. Siempre hay cosas para mejorar. De tres jugados, ganamos dos. Las estadísticas no fallan. Ojo que ahora se viene San Cirano, que es bravo en su cancha. Pero hay que ir partido a partido. Son todos rivales difíciles. Todos nos cuestan mucho. Tenemos que mejorar semana a semana para terminar dentro de los primeros seis. Después será otra historia”, cierra el diálogo con este diario. Pero vuelve a acordarse del momento que decidió salir de la cancha. Hace una pausa y asegura: “Estoy feliz”. Y así se despide.

De seleccion
Diego Bourdin estuvo integrando el Pladar Menores de 19. Participó de una goleada a Chile (101 a 0) en la final del torneo Sudamericano de 2010


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