Con una primavera demorada, el comercio le saca jugo a los saldos

Primavera de contrastes. En el centro platense ya se percibe el característico olor de los azares al tiempo que las vidrieras de los locales de ropa muestran la colorida colección de la temporada. Pero aunque ya se inició octubre las temperaturas no suben, los días son de frescos a fríos, y la gente, por lo general, no se anima todavía a anticiparse al calor y empezar a armarse el nuevo ropero. Por eso, la apuesta de los comerciantes es al repunte del clima.

“Estamos zafando porque largamos promociones; todavía nos quedan saldos y eso se vende. Si a la gente no se la tienta con algo, no entra”, precisó Silvia Balmaseda, empleada de una casa de moda masculina de 8 entre 46 y 47. En ese caso, según consideró, también incide el rubro. “En la venta de ropa para hombres influye mucho el clima. Las mujeres solemos adelantarnos y nos compramos ropa aunque todavía no la usemos, pero con ellos es distinto: si no necesitan no compran”, añadió la joven vendedora.

Según coincidieron los comerciantes consultados, que son optimistas respecto a los próximos días, cuando la temperatura se ponga a tono para el uso de remeras, blusas frescas, sueters de hilo, sacos de media estación y sandalias, septiembre suele ser un mes de caída en las ventas. Se trata de la transición entre el invierno y el verano y “siempre es más flojo que los del resto del año”, aseguraron.

Rosalía, que vende calzado de mujer en un local de 8 entre 47 y 48, también cree que “hay que esperar un poco”. Según lo que advierte en estos días, “está todo un poco estancado y es que la gente sale cuando hace calor no, con este tiempo feo”. La joven comparó la situación con la misma época del año pasado. “A esta altura ya estábamos vendiendo la mercadería de la nueva colección”, recordó.

De la provincia de Río Negro, Teresa Martínez, que visita La Plata, hacía “shopping” ayer en los comercios de calle 8. “Cuesta decidirse - comentó - porque una busca lo nuevo de la moda pero el tiempo no acompaña. Igual yo, que vengo del sur, no me parece que acá haga tanto frío”.

Quienes están al frente de las ventas en casas de indumentaria aseguran que el escaso movimiento se debe, fundamentalmente, a la falta de acompañamiento del clima. En ese sentido, Cecilia Padilla, vendedora de un local de 8 entre 49 y 50, contó que en el lugar que trabaja no se largaron de lleno con las prendas de primavera - verano. “Vamos a esperar que empiece el calor y recién ahí vamos a traer toda la colección”, dijo.