Angustia por audaz y dramática toma de rehenes

MARCELO AMEIJEIRAS, UNO DE LOS DELINCUENTES QUE TOMÓ REHENES EN UNA VIVIENDA DE TORTUGUITAS. SU PRONTUARIO METE MIEDO

Seis horas. Eso fue lo que duró una toma de rehenes a la que no le faltó nada, ni siquiera un delincuente “mediático” que admitió ser uno de los tantos presos que se han fugado en las últimas semanas. Con un arma en la mano y una mujer como escudo, denunció en vivo y en directo complicidades penitenciarias y políticas, entre amenazas de hacer correr “un río de sangre”. Eso sí, dijo que él y su compañero no estaban haciendo otra cosa que ganarse la vida. Sus víctimas fueron un matrimonio con su hija de 9 años.

En medio de las negociaciones, los delincuentes aseguraron tener a un bebé de 5 meses cautivo, lo que era mentira, igual que el dato de que la banda estaba conformada por cuatro hombres. Eran dos, y el rol de líder lo jugó Marcelo “Correntino” Ameijeiras (41), un condenado a perpetua que se fugó de varias cárceles y durante la toma se mostró al menos 4 veces frente a las cámaras.

Para que se entregaran fue necesario que estuvieron presentes una jueza de garantías, una fiscal y el jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, a quienes Ameijeiras pareció desafiar diciéndoles que no era “un asesino”.

LA FUGA QUE SE COMPLICO

La toma comenzó a las 14 de ayer en una casa ubicada entre las calles Seguí y Puerto Rico, en el límite del barrio San Lucas, de Tortuguitas, cuando un joven estaba junto a su novia en la puerta de su casa.

En eso llegaron los sujetos que venían escapando de la policía y, al verse atrapados, irrumpieron en la casa donde estaba la familia, un matrimonio y una nena de 9 años. El joven -hijo también de la pareja- y su novia escaparon. La policía llegó pronto. Y arrancó una negociación que copó el aire de los canales, sobre todo porque uno de los delincuentes hablaba en vivo.

“Si ingresan, acá se pudre todo papá, tenemos muchos años en el lomo. Volamos todos, no estás hablando con nenes”, dijo a los primeros periodistas que llegaron cerca de la escena. Alrededor de la casa se montó un comité de crisis con tres anillos: el primero, del Grupo Halcón; el segundo, de Investigaciones, y por último el de Infantería.

Los delincuentes exigieron la presencia de una cámara en vivo. Y se eligió una que no tuviera cables. El camarógrafo se acercó a no más de 120 metros de la casa y rechazó el convite a avanzar que le lanzó el captor, gritándole “tengo miedo”. Este fue el momento más tenso: Ameijeiras cruzó la puerta de la vivienda con la dueña como escudo, y se presentó: “Soy uno de los fugados de la cárcel, el que más se ha fugado de las cárceles. Todo con arreglo de plata. En la última fuga estuvo involucrado el ministro de Justicia y el señor gobernador”. Más tarde, Ricardo Casal tildó al delincuente de “alienado” y calificó a sus dichos como “una locura”.

Ameijeiras aclaró que no quería “matar a nadie, pero arreglen conmigo”. La cámara había llegado hasta allí bajo la promesa de que liberarían a la nena de 9 años, pero los captores no cumplieron con su parte por considerarla una “garantía”.

Mientras tanto, desde adentro se escuchaban los gritos alterados del cómplice de Ameijeiras, que se identificó como “Julio”.

“A una cárcel no voy, ni federal ni provincial. Voy a la alcaldía de José C Paz”, insistió el líder del dúo. Pasadas las 19 liberaron a la dueña de casa, Azucena, en lo que fue el primer gesto de buena voluntad.

A las 19.30 Ameijeiras salió de nuevo, esta vez para prometer entregarse mientras le hablaba cara a cara a Matzkin, a la fiscal de San Martin Karina Carbonella y a la jueza Elena Persichini Marco, quien mostrándose firme cerró la negociación. Ya habían pasado las 20, cuando los delincuentes entregaron a la nenay se descartaron del arma. 15 minutos después liberaron al hombre de la casa y se entregaron. Era el final de seis larguísimas horas.

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