Tras tenso debate, oficialistas avanzan en el acuerdo con Irán

CON LA PRESENCIA DEL CANCILLER TIMERMAN EL DEBATE FUE FUERTE EN EL CONGRESO, PERO SIN EMBARGO EL OFICIALISMO AVANZA PARA LLEGAR A APROBAR EL ACUERDO CON IRÁN

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Al final, cuando el canciller Héctor Timerman lucía cansado luego de escuchar todas las objeciones al memorando con Irán, salió en su rescate Miguel Angel Pichetto, una de las espadas legislativas del oficialismo: “Aquí no hay ninguna pérdida, sino una búsqueda con riesgos”, dijo el senador rionegrino. Y a todos los presentes les quedó claro que la Cámara alta avanzará en la sanción del polémico acuerdo que establece una Comisión de la Verdad sobre el atentado contra la AMIA.

Es más, ni bien terminó el plenario de las comisiones de Relaciones Exteriores, Justicia y Asuntos Constitucionales que sesionó en un abarrotado Salón Azul del Senado, se anunció la firma del dictamen con el objetivo de que el acuerdo enviado por el Gobierno sea tratado el jueves 21 en el recinto de la Cámara alta. Y que a más tardar el 27 de este mismo mes sea refrendado en Diputados. Sin embargo, la celeridad no contribuye a que se despejen las dudas sobre el espinoso asunto.

El debate transcurrió la mayor parte del tiempo entre chicanas políticas

Según pudo constatar EL DÍA en el Senado, tanto los legisladores de la oposición como las entidades de la comunidad judía y los familiares de las víctimas se fueron tras cinco horas de debate con muy pocas certezas, pese a que el canciller Timerman dijo que concurrió al Congreso para “aclarar todas las dudas” sobre el acuerdo que firmó con su par iraní. “No hay cláusulas secretas ni intereses espurios”, arrancó el jefe del Palacio San Martín, que tras leer su presentación respondió preguntas de los senadores.

Lo hizo en algunos casos apelando a tecnicismos, como cuando se plantearon dudas sobre el vocabulario utilizado en la versión del memorando en inglés; o a la ironía: “Me hubiera gustado hablar con Suecia o Noruega, pero no tendría ningún sentido. Tuve que hacerlo con Irán”. Timerman dijo también que la negociación no le resultó “placentera”, aunque parece haberlo comprometido en términos personales: “Un diario de Israel me trató de traidor”, comentó el Canciller.

Enseguida justificó su accionar, bajo las órdenes de la presidenta Cristina Kirchner. El jefe del Palacio San Martín, quien negoció personalmente con su par iraní en Zurich y en El Cairo, se mostró efusivo a la hora de afirmar que el acuerdo permitirá “sacar a la causa de la total parálisis en la que se encuentra actualmente”. Su discurso se centró en un fuerte cuestionamiento al desempeño de la Justicia argentina en la investigación del atentado, que dejó 85 personas muertas en 1994.

Curiosamente, Timerman mencionó los controvertidos casos del ex juez Juan José Galeano, del ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y de ex autoridades de la comunidad judía como algunos de los responsables de que el atentado siga impune, aunque no hizo alusión al ex presidente Carlos Menem, actual senador por La Rioja, durante cuyo mandato tuvieron lugar tanto el atentado contra la AMIA como el ataque a la Embajada de Israel en 1992.

El Canciller dijo que el acuerdo con Teherán permitirá “interrogar” a las personas acusadas por el atentado, entre ellos cinco iraníes, como el actual ministro de Defensa, Ahmad Vahidi. La aclaración de Timerman tuvo lugar después de que el régimen que lidera Mahmud Admadinejad rechazara públicamente esa posibilidad. “Pequeño cambio señor. Por primera vez un juez argentino puede tener delante a la persona a la que se imputa”, garantizó el jefe de la diplomacia argentina.

La intervención del Canciller fue en tono elevado, luego de que el senador radical Ernesto Sanz pusiera en tela de juicio el entendimiento con el Gobierno iraní y cuestionara que el oficialismo no haya convocado al debate parlamentario al juez la causa, Rodolfo Canicoba Corral, y al fiscal Alberto Nisman. “Es lamentable que no podamos escucharlos, luego de que firmaran un acuerdo nada menos que con un gobierno sospechado”, consideró el legislador mendocino.

ENTRE CHICANAS Y UN PEDIDO DESGARRADOR

El debate transcurrió la mayor parte del tiempo entre chicanas políticas, para las cuales Timerman se valió de la asistencia de los senadores Pichetto y Aníbal Fernández. “Me causan gracia algunos que se llaman constitucionalistas porque van a tomar el tren a Constitución”, se burló el presidente de Quilmes sobre los cuestionamientos a la legalidad del memorando. Aunque nadie pudo explicar cómo haría el fiscal Nisman para ir a Teherán si allí existe un “pedido de captura” en su contra.

Otro senador kirchnerista, el porteño Daniel Filmus, logró moderar al debate pese a algunos discursos altisonantes, hasta que Laura Ginsberg, referente de una de las entidades que agrupa a familiares de las víctimas (APEMIA), se levantó de su silla para reprocharle alzando la voz que no los habían convocado al debate. La mujer avanzó hasta la mitad del salón y quedaron en evidencia entonces las internas que surcan a las entidades de la comunidad judía.

“La Comisión de la Verdad no va a ser otra cosa que una comisión encubridora. Si aprueban esta ley, estarán haciendo obediencia debida y avalarán el punto final de la causa AMIA”, advirtió Ginsberg y sus palabras cayeron como un baldazo de agua fría en el recinto. A esa altura, Timerman se había desplomado sobre una silla ubicada en el extremo de la mesa central, mientras algunos legisladores de la oposición pedían su renuncia en diálogo con la prensa.

Sin embargo, el oficialismo se mostró sin fisuras a la hora de avanzar con el proyecto pese a las dudas que dejó el debate y firmó el dictamen a la velocidad de un rayo. Tal vez por eso la oposición lució resignada en el Senado, aunque en la Cámara de Diputados intentará dejar la votación sin quórum.

“Esperemos que ninguno de los nuestros se haga el distraído y le termine dando el número al kirchnerismo”, deslizaron voceros parlamentarios.

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