Se viene abajo un jardín y no arrancan las clases

Es el 909 de Los Hornos. No tiene agua y cada vez que llueve tienen que cerrar. Convocan a padres


La lista es larga. Rajaduras estructurales, filtraciones que provocan la inundación de todas las salas cada vez que llueve, falta de agua en los tanques por la rotura del motor de la bomba, pérdidas cloacales en el interior del edificio, un baño para 300 niños de entre 3 y 5 años, invasión de ratas y de hormigas, entre otros problemas. Así se encuentra el Jardín de Infantes 909 de Los Hornos, por lo que los directivos se vieron obligados -ante la falta de respuesta a los reclamos que vienen realizando desde el año pasado- a colocar un cartel en la puerta donde se anuncia: “Señores padres, se suspenden las clases hasta nuevo aviso por riesgo edilicio, sanitario y ambiental”.

La denuncia fue realizada por los padres del establecimiento, entre ellos Eva Vázquez, y los graves déficit que padece el inmueble confirmados por las autoridades del jardín.

Hoy realizarán una reunión para informarle a las familias sobre la situación, indicaron en el centro educativo, donde expresaron que tienen la esperanza de poder retomar las actividades la semana entrante. Aunque no saben qué día.

“Es que el fumigador nos dijo que debemos esperar 72 horas hasta que el veneno haga efecto y elimine a las ratas, que seguramente provienen de terrenos baldíos de la cuadra que son verdaderos basurales”, se explicó.

problemas de fondo

Ya hay gente trabajando, pero los problemas de fondo no se solucionarán en breve ni mucho menos. “El Consejo Escolar puede hacerse cargo de algunos desperfectos, pero este edificio tiene problemas estructurales. Hay rajaduras que se arreglaron hace poco y ya volvieron a abrirse”, se apuntó.

Aunque el mayor problema hoy pasa por la higiene y el riesgo que implica el estado de los cielorrasos. “Tendremos que hacer una limpieza general y a fondo y embolsar los juguetes y el material didáctico, porque los roedores pueden seguir vivos un tiempo, y todo eso lo tocan los niños o se lo llevan a la boca”, dijo una docente, profundamente preocupada.

Y añadió: “Con cada lluvia se inundan todas las salas (los responsables de Educación tienen material fotográfico en su poder, indicó) y se corta la luz porque el agua cae sobre el tablero eléctrico; las aguas servidas fluyen por las tapas de registro, y los niños no cuentan con baños en condiciones ni con un patio de juegos que invite a jugar”.

Lo peor del caso es que “el jardín 909 es excelente -dijeron en ámbitos educativos-, y gracias al trabajo de sus directivos y docentes ha conformado una comunidad cada vez más comprometida. Es la que el año pasado terminó, luego de 3 años de trabajo, la bandera de 135 metros para el bicentenario de su creación”.

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