Alan, el joven que rescató a quince vecinos a nado y los llevó a su casa de Tolosa

ALAN -DERECHA-, JUNTO A PARTE DE LOS VECINOS QUE RESCATÓ DURANTE EL TRÁGICO TEMPORAL DE LA SEMANA PASADA

En 527 entre 13 y 14 surgió un nuevo héroe: Alan Faucheux. un joven de 23 años, guardavidas desde 2012, de enorme espíritu solidario, el que lo llevó a rescatar a quince vecinos y seis perros de la cuadra para llevarlos a su casa, la única con planta alta de la cuadra, donde se refugiaron todos durante la trágica tormenta del último 2 de abril.

En esta cuadra de Tolosa la relación entre los vecinos cambió para siempre y eso se respira en el barrio. Cada vez que el joven sale de la casa para hacer alguna actividad y se encuentra con algunos de los “rescatados” la respuesta es un fervoroso saludo, con ojos llenos de lágrimas, conmovidos por lo que hizo el joven, que se jugó la vida en cada “brazada” que tuvo que hacer en el medio de un río turbulento y furioso.

Alan contó que “una vez que pudimos salvar y ordenar algunas cosas de la casa, que tenía un metro de agua en la planta baja le dije a mi mamá (Graciela) y a su amiga (Violeta), que iba a salir a ayudar a la gente. Escuchábamos ruidos extraños y así encontré en la calle a gente de todas las edades, incluso una mujer de unos 90 años. Nadé hasta alcanzarlos y los llevé a la casa”.

Desde las 19:30 en adelante, en ese barrio de Tolosa arrancó una película de fuerte contenido dramático. Mucha acción, fundamentalmente solidaria, y con final “feliz”, porque la gente pudo encontrar un refugio en el medio de la tempestad.

Mientras transcurrían los rescates en forma incesante, Alan también pensaba en su padre, Eduardo, quien trataba de regresar a la casa de la calle 527 en bicicleta y quedó varado en la Plaza Belgrano, en las gradas de 13 entre 39 y 40, hasta el día siguiente.

“Fue un momento dramático, del que no nos vamos a olvidar jamás, pero la fuerza de Alan es para agradecer toda la vida, fue como un ángel que se cruzó por nuestros caminos”, dijo uno de los vecinos rescatados, quienes no encuentran forma de agradecerle al joven mantenerlos con vida, darle ropa seca, comida y mucho afecto, junto con su madre Graciela.

PIENSA COMPRAR UN KAYAK

El joven ya asegura que con su padre están proyectando conseguir fondos para comprar un kayak. Su madre dijo que “ya lo había pedido antes de la tormenta, pero había otras prioridades. Ahora tendrá que esperar un poco más, pero no me extraña que arme una colecta y consiga el dinero para comprarlo. Es muy emprendedor y casi todo lo que se propone lo logra”.

Tras la odisea para rescatar a Fabián, Mariano, Leticia, Florencia, Javier, Susana, Silvia, Graciela, la familia Colazzi y cuatro chicos del barrio, entre otros, Alan terminó lógicamente agotado. A muchos los llevó “a upa”, como cuenta él, en diálogo con este diario. La tensión y el esfuerzo realizado lo llevó a quedarse despierto hasta las seis de la madrugada del día siguiente, pensar numerosas cosas hasta que llegó el sueño y logró dormir media hora para reponerse. Una vez que el agua empezó a bajar en la casa colaboró para empezar a ordenarla junto a sus padres.

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