La historia del ladrillo tiene su museo en Ringuelet

Está en la ex fábrica de la familia Ctibor y tiene diversos atractivos

Hace pocos años se inauguró en Ringuelet el Museo del Ladrillo, y es el primero de esas características en el país.

Toda la familia Ctibor ha participado en este proyecto, logrando un lugar en donde se unen la construcción antigua con un anexo de última generación,

Según se informa en el sitio www.museodelladrillo.com.ar, con la Fundación Espacio Ctibor nace, en Argentina, el primer Museo del Ladrillo. Una iniciativa inédita en la promoción social, cultural y tecnológica del ladrillo; enlazando el pasado, el presente y el futuro de la actividad ladrillera nacional, que reconoce el aporte brindado por la sociedad, al construir y preservar las numerosas obras que fueron realizadas con ladrillos Ctibor .

“El Museo del Ladrillo rescata del olvido el espíritu pionero del Ing. Francisco Ctibor; pone al resguardo su historia familiar y su legado y exhibe en sus cuatro salas la evolución del proceso de producción del ladrillo en el último siglo; con el propósito de transmitir conocimientos y con la esperanza de motivar a futuras generaciones a seguir su ejemplo”, se indica en el mismo sitio.

TERCERA Y CUARTA GENERACION

Hoy, en manos de la tercera y cuarta generación, esta empresa familiar y centenaria rescata para la sociedad la obra de Francisco Ctibor y reaviva al calor de sus recuerdos todo lo aprendido sobre este noble material; el ladrillo, símbolo de identidad del patrimonio cultural heredado, en los orígenes de la ciudad de La Plata.

El museo fue construido con material histórico recuperado de las distintas etapas por las que pasó la empresa. Pueden verse ladrillos y máquinas de todas las décadas.

Si bien se mantuvo la estructura de la casa administrativa, los impulsores crearon un salón auditorio y otro de múltiples funciones.

Sobre la entrada, además, se plantó el “Patio de Máquinas”, donde permanecen los elementos con los que se realizaba la fabricación del producto.

Cabe indicar que en una de las oficinas de la vieja casona se pueden ver ladrillos macizos, aplanados, secados al sol, perforados y huecos. Todos, elaborados a lo largo del siglo.

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