La centroizquierda arrasó en los comicios municipales de Italia

A pesar de la elevada abstención, esa fuerza le arrebató a la derecha la alcaldía de Roma

IGNAZIO MARINO CELEBRA TRAS HABER SIDO ELECTO ALCALDE DE ROMA POR LA CENTROIZQUIERDA

ROMA.- Pese a una alta abstención, la mayor formación de la izquierda, el Partido Democrático (PD), fue el vencedor de la segunda ronda de las elecciones municipales que se celebraron el domingo y ayer en Italia, al arrebatar a la derecha la alcaldía de Roma en el primer test electoral para el primer ministro Enrico Letta, de centroizquierda.

El cirujano Ignazio Marino derrotó con el 64% al alcalde saliente, Gianni Alemanno, ex neofascista perteneciente al partido Pueblo de la libertad (PDL) de Silvio Berlusconi, quien duplicó los 12 puntos de desventaja que registró hace quince días en la primera ronda electoral.

Roma, la última alcaldía importante de la derecha, será de nuevo administrada por la izquierda tras los controvertidos cinco años en que la capital italiana estuvo en manos del ex ministro de Berlusconi, marcados por escándalos de corrupción y sobre todo por una mala administración.

Además de la “batalla por Roma”, la izquierda fue la vencedora en la mayoría de los 67 municipios en que se celebró la segunda ronda electoral y en todas las 16 capitales intermedias, como Siena y las norteñas Brescia y Treviso, esta última feudo desde hace 20 años del movimiento xenófobo Liga Norte.

“Roma debe renacer”, declaró emocionado Marino ante cientos de militantes congregados en el centro de la capital. El nuevo alcalde, de 57 años, un cirujano experto en trasplantes de hígado, prometió relanzar la ciudad como capital del arte, la cultura y la arqueología en el mundo, y reactivar el trabajo juvenil y convertirse en punto de referencia moral y ético de la península.

El Movimiento 5 Estrellas (M5S) del cómico antisistema Beppe Grillo, es considerado como el gran derrotado después del sorprendente éxito obtenido en febrero, al convertirse en ese momento en la tercera formación política del país al canalizar la protesta y el descontento de buena parte de la población.

Pero su conducta parlamentaria y las acusaciones de autoritarismo a Grillo han desprestigiado al movimiento, que perdió la semana pasada a sus primeros dos diputados, irritados y divididos por las decisiones y declaraciones de su carismático líder, que llegó a tildar al Parlamento de “tumba maloliente que no sirve para nada”.

El resultado debería reforzar el liderazgo del PD y de Letta, quien tuvo problemas para convencer a su electorado de la necesidad de pactar un gobierno de unidad con el histórico rival Berlusconi tras la parálisis política que agobió al país. La participación fue de sólo 48,5%, la más baja de la historia reciente.

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