Seis sesiones de sexo

Volvemos sobre una película comentada la semana pasada, protagonizada por la gran y austera (aunque bella) Helen Hunt: “Seis sesiones de sexo”. Ella –narra el trabajo de una asistente terapéutica real en materia sexual- es una consejera que, en casos muy peculiares (incapacitados, accidentados, neuróticos o enfermos mentales profundos) desean pero no pueden llevar una vida satisfactoria en el lecho. “Counseling” en terapia sexual, una especie de trabajo de apoyo psicológico y corporal en amor o vínculo sexual donde lo placentero tiene que ver con lo emocional y no con lo genital excluyente. Resuelto lo emocional surge solo lo corporal con fluidez. El filme es serio y el tema podría ser irrespetuoso (para los pacientes) y ser mal entendido, ya que no se trata de prostitución ni viveza, digamos, a la criolla. Es una tarea de asistencia y consejería sexuo-genital donde el terapeuta, debidamente entrenado en materia de estudio de psicología y comportamiento conductista, puede ayudar con eficacia al incapacitado a través de un aprendizaje en que hay que sostener la ternura pero no cabe el enamoramiento. No es fácil; es audaz. Y ayuda (y no es prostitución, que no ayuda).