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ELDIA |INFORMACION GENERAL

El agobio aumenta los riesgos en las zonas más vulnerables

El drama de soportar temperaturas superiores a los 30ºc en construcciones de chapa o madera, sin servicios y cerca de la basura

12 de Enero de 2014 | 00:00
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CONSTRUCCIONES QUE MULTIPLICAN EN SU INTERIOR EL CALOR AMBIENTE, BASURALES Y CARENCIAS DE INFRAESTRUCTURA POTENCIAN LOS RIESGOS VINCULADOS A LAS OLAS DE CALOR EN LOS BARRIOS CARENCIADOS PLATENSES
CONSTRUCCIONES QUE MULTIPLICAN EN SU INTERIOR EL CALOR AMBIENTE, BASURALES Y CARENCIAS DE INFRAESTRUCTURA POTENCIAN LOS RIESGOS VINCULADOS A LAS OLAS DE CALOR EN LOS BARRIOS CARENCIADOS PLATENSES

Para Jessica Bravo (27) no hay muchas dudas: cuando el calor aprieta, la prioridad es salir temporalmente del barrio La Bajadita, a la vera de la autopista, donde vive junto a su familia. Sabe que la mejor opción es escapar en un éxodo improvisado y desesperado a la casa de su suegra, que alquila una vivienda de material y donde, hasta que el calor ofrezca una tregua, se apiñarán los habitantes originales de la casa con Jéssica, su marido Emanuel (27) y sus chicos.

La virtual huida tiene sus razones. La casa donde Jessica vive junto a los suyos es de chapa y madera y bajo su techo y al resguardo de sus paredes, la fuerza del calor se multiplica. “Si no hay más remedio y nos tenemos que quedar acá salimos al patio, donde por lo menos circula el aire. Adentro tenemos un ventilador, pero de mucho no sirve”, dice Jessica. Pero estar afuera tampoco resulta fácil: al lado del barrio, donde alguna vez hubo una laguna hoy señorea un basural que llena el lugar de olores nauseabundos a toda hora y desde donde provienen moscas tan grandes como perseverantes.

Los veranos de Jessica, como los de otros cientos de platenses, habitantes de las zonas más vulnerables de la ciudad, carecen de la resonancia que tiene la palabra en otros ámbitos sociales. No evocan vacaciones. Ni mar. Ni descanso. Al contrario: se asocian con el riesgo, el padecimiento y la amenaza de las enfermedades.

En esos barrios, con la llegada de la ola de calor, algunos riesgos asociados a las altas temperaturas llegan a quintuplicarse. Así lo indica Marita Marini, directora del Hospital Noel Sbarra (ex Casa Cuna), quien sostiene que si el contacto con la basura se asocia en circunstancias normales con el riesgo de contraer más de 40 enfermedades, esos peligros se multiplican por cinco en medio de una ola de calor y en los barrios precarios de la periferia de la Ciudad.

Según los datos manejados por ese hospital, con cada ola de calor crecen las consultas por dermatitis y problemas gastrointestinales. La mayoría de ellas llegan de los barrios platenses más vulnerables.

Pero los que trabajan en las guardias de los hospitales conocen otras consecuencias del impacto de la ola de calor en esas geografías. Marini destaca el crecimiento consultas que se relacionan con accidentes por el uso de instalaciones eléctricas precarias, ventiladores en malas condiciones y piletas improvisadas.

A estos problemas se suman otros, que son permanentes y no llegan a los hospitales. Entre ellos, la sensación de “no poder estar” que se abate sobre los habitantes de los barrios con la llegada de una seguidilla de días con temperaturas superiores a los 30 grados, como los que signaron el final del 2013, días que convirtieron al ultimo diciembre en el más cálido de los últimos años.

“Es desesperante. Nosotros vemos que muchos vecinos del barrio, que tienen familiares que viven en casas de material, se van cuando el calor es más insportable y tratan de que les hagan un lugar en sus casas. Pero en el caso nuestro no podemos irnos a ningun lado, porque no tenemos donde ir. Las chapas y la madera de la casa parecen multiplicar los grados que hay al aire libre y el ventilador que tenemos, que es viejito, apenas si sirve para algo”, dice Laura Díaz (23), que vive en una casilla de madera y chapas junto a sus hijos Luna (5), Milagros (2), Daiana (3) y Kevin (de dos meses) y a su hermano Diego (20).

Laura reconoce que el calor se siente de manera tan aplastante dentro de las cuatro paredes de su casilla que tiene que hacer grandes esfuerzos para hacer cosas tan elementales y necesarias como cocinar y lavar.

“Uno saldría a hacer todo afuera, a la puerta de la casa, pero hay mucho olor a basura, no hay sombra y hay moscas y mosquitos por todos lados”, dice Laura.

Rossana Romero, otra de las vecinas del barrio se preocupa, con la llegada del calor, especialmente por su hijo Dylan, de dos meses.

“La casa donde vivimos es de madera y chapa y tiene una ventanita muy chiquitita, por donde apenas entra el aire. Se hace muy difícil soportar tanto calor, especialmente para el nene más chiquito. Por eso lo baño muy seguido en un fuentón para que se calme. Otra cosa con la que tengo que tener cuidado es con los cubiertos, porque siempre hay moscas dando vueltas y no se puede dejar nada sucio ni nada expuesto”, dice.

“Uno saldría a hacer todo afuera, a la puerta de la casa, pero hay mucho olor a basura, no hay sombra y hay moscas y mosquitos por todos lados”

Estas situaciones se repiten en miles de casillas precarias esparcidas por la periferia de la ciudad cuyos materiales multiplican, en su espacio interno, la temperatura que se registra al aire libre.

Un trabajo destinado a desarrollar estrategias para el mejoramiento del hábitat llevado adelante por la secretaría de Extensión de la Facultad de Arquitectura en un típico barrio carenciado de La Plata (Villa Alba) incluyó un relevamiento de las viviendas. Los profesionales determinaron, a través de él. que las tipologías constructivas predominantes son las casas hechas de solo madera. solo chapa, chapa y madera, ladrillos utilizados de canto, ladrillos y madera o ladrillo y chapa. En la mayoría de estas combinaciones se registró la presencia de un envolvente que no actúa como aislante del calor. Tomando como ejemplo el de la chapa, los profesionales indicaron que “en verano, la energía térmica que absorbe se acumula en el interior de la casa aumentando sensiblemente la temperatura interior”.

En la iniciativa trabajan tres cátedras de la Facultad (Introducción a la Materialidad, Matemática y Física y Producción Obras) con la idea de evaluar y proponer soluciones constructivas destinadas al mejoramiento térmico de las viviendas del barrio ubicado entre las calles 604 y 610 y enre la ruta 11 y la calle 120, contemplando la utilización de materiales de bajo costo o reutilizables (como madera de pallets, planchas de telgopor o cartón corruugado). La iniciativa no apunta solo a los veranos, sino también a los inviernos, en los que los barrios carenciados son igualmente vulnerables.

“El trabajo comenzó a realizarse en 2013 y continuará en 2014 con la idea de desarrollar estrategias piloto para el mejoramiento del hábitat a nivel de su confort térmico en Villa Alba. No obstante somos consicentes de los límites y los condicionantes de estas intervenciones, a sabiendas de que la cuestión disciplinar por sí misma no puede transformar las causas que originan esta compleja vulnerabilidad”, indicó a este diario Rosa Enrich, titular de la cátedra de Matemática y Física de la Facultad de Arquitectura de la UNLP.

“ENTENDER A LA PERIFERIA COMO PARTE DE LA CIUDAD”

Para Gustavo Páez, secretario de Extensión de esa facultad de la univesidad platense, “los problemas de habitabilidad en los distintos asentamientos de la Ciudad y la falta de planificación necesaria en relación a la infraestructura, tratamiento de deshechos, falta de agua segura, tendidos eléctricos irregulares e inseguros, potencian todo tipo de riesgo. Ejemplos también nos sobran de ´casillas´incendiadas por consecuencias eléctricas o por prender fuego mediante leña o carbón para calefaccionar en invierno”.

Para Páez “todas estas consecuencias son el lamentable resultado de la ausencia de un espacio digno, de una materialización adecuada desde el soporte y el cerramiento de espacios desde su concepción técnica y en el marco de una necesaria planificación que permita entender la periferia marginal del casco urbano como parte de la ciudad, con acceso a infrastructura y a los servicios básicos elementales”.


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